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Empiezo con esta primera entrega el tema de impuestos. Una serie que tratará de aterrizar un poco los gravámenes que los colombianos tienen que pagar. Sí, ya sé, en todos los países los pagan, pero acá se va a centrar en cómo se pagan, cómo se administran, por qué y para qué en Colombia, con la esperanza que sirva para acabar con las frases de cajón que justifican lo injustificable y que muestre que los ciudadanos sí entendemos, que cuando nos oponemos no es porque no entendamos, es porque no estamos de acuerdo.

En este país, así como los que somos hijos de médico, o ingeniero o arquitecto o abogado en la mesa nuestros padres nos contaban los ires y venires de su profesión, anhelaban que estudiáramos lo mismo y fuéramos como ellos, parece que los políticos hicieran lo mismo y les dijeran a sus sucesores: -mijito, cuando sea grande usted es el que le va a poner impuestos a todos esos colombianos que quieren vivir gratis, que todo se lo den y no hacer ningún esfuerzo, vivir del estado y aprovecharse de nosotros los políticos, que sí tenemos que sudarla para que ellos tengan condiciones decentes de vida. Eso ha calado hasta el punto que un político no concibe gobernar sin poner impuestos, ni siquiera piensan en que están aumentando, muchos hacen como si fueran los primeros impuestos que los colombianos van a pagar.

Bueno, una cosa es cuando nuestros políticos (hoy sextagenarios y más) estaban sentados en la mesa con sus padres, y otra actualmente. Ahora es todo lo contrario, no hay una sola actividad en este país en que no se esté pagando un impuesto, un peaje, una tasa, etc. No le explicaron a los pichones de dirigentes políticos que existe un presupuesto nacional, que adivinen de que está hecho, ¡exacto! de los impuestos que pagamos los colombianos; presupuesto nacional que en este momento el gobierno saliente entrega en 350 billones de pesos, eso quiere decir que ya estamos pagando esa cantidad de nuestros bolsillos. De esos 350 billones, el IVA aporta el 50 % de ese presupuesto nacional (según nos contó uno de los candidatos en campaña en primera vuelta), unos 175 billones de pesos que estamos pagando entre todos sin excepción; el resto viene de muchos colombianos en diferentes actividades, no cae de los árboles ni llueve del cielo, lo pagan los colombianos y $50 billones se desaparecen sin llegar a beneficiar a los contribuyentes. En otras palabras hay $50 B que sobran en el presupuesto existente hoy, ya que el país funciona sin que se hagan efectivos en obras y beneficios para el país.

El Impuesto de Valor Agregado (IVA) hace que todos y cada uno de los colombianos pague impuestos. Si alguien gana $1´000.000 (Salario mínimo) le deja al fisco al adquirir alimentos, bienes y servicios $190.000. En algunos casos puede pagar mucho más de impuestos, si lo que compra ha requerido que el vendedor pague materias primas o se lo haya comprado a otros, cada paso ha pagado también IVA (que lo hace plurifásico), de manera que al pagar por el producto final ha habido varias tributaciones. También se pueden deducir algunos muy pocos productos exentos, pero para simplificar se puede pensar en una cifra como esa. Si el colombiano para ganarse ese millón mensual, trabaja lejos de la casa y necesita pagarse el corrientazo, se gasta 8% de ese millón de pesos, que serían $80.000, en impuesto de consumo. Y a eso se le puede aumentar el gasto de transporte, directo e indirecto con el impuesto que ya lleva, de salud y otros que dejan el poder adquisitivo bastante exiguo.

Además, de lo anterior el que tiene cuentas no exentas en el banco paga el famoso y eterno 4X1000 por usar su propio dinero, así sea para comer, impuesto que todos odian hasta el día que llegan al gobierno.

Lo anterior es lo básico de una persona que sobrevive. Si ya en algún momento de esta onerosa vida nacional pudo comprar un carro, paga por el impuesto al comprarlo y, ni que decir, al hacerle mantenimiento y combustible. Hablando del mantenimiento, la revisión técnico mecánica, además del soat y el impuesto de rodamiento o como se llame en cada parte. Si es aún más de buenas y pudo adquirir una vivienda, paga impuestos en la transacción, queda esclavizado de por vida con el predial y ocasionalmente con la valorización. Si a algún gobernante se le ocurre que los puentes ya no deben ser color cemento sino verdes, le pueden colocar un impuesto como este, sin derecho a quejarse o rehusarse, o si por tener ya 90 años no piensa vender esa casa jamás. El caso del predial ha llegado a tal punto de desproporción, que un conocido secretario de hacienda de la capital, que ahora funge como superexperto en reformas, le decía a unos ancianos en tv, si no tiene con qué pagar el predial venda la casa!

Otra aberración de ese predial es que uno lo paga desde antes de ser dueño de la casa. Quien hace un préstamo, a los 10 años todavía está pagando intereses, la casa está a nombre de la entidad financiera, que es el dueño y se puede quedar con ella si deja de pagar y sin embargo uno es el que debe pagar predial de una casa que no le pertenece, ¿cuántos habrán pagado predial y nunca llegaron a ser dueños de esa vivienda? Inclusive, aún más curioso e injusto, si esa entidad bancaria es del gobierno, este sería el dueño de esa vivienda y aún así se le paga predial, a pesar de estarle pagando las cuotas mensuales y los intereses por gran parte de su vida, sin ser el dueño.

Como se ve, los colombianos sí pagamos impuestos. De manera que los políticos que aspiran a que sus hijos los sucedan en sus “altruistas” carreras, ya pueden eliminar el cuento de que los colombianos no pagan impuestos, que no les gusta y que tratan de evitar pagarlos (el Iva se paga desde 1975 siendo presidente López Michelsen, ver imagen). Eso puede ser parcialmente cierto en el caso de la declaración de renta, que no había mencionado y que se agrega a todos los impuestos antes mencionados, en que puede haber algunos que no la paguen o hagan maromas para ser exentos a pesar de tener grandes posesiones, fincas en que no ven sus limites en el horizonte y grandes propiedades, pero el gran porcentaje de los colombianos también lo pagan y a tiempo. De manera que también pueden sacar del discurso ese cuento, en especial cuando están presentando una reforma tributaria, que es que los colombianos lo quieren todo gratis, que hay que pagar los impuestos que en ese momento se les ocurre y que lo quieren hacer ver como si fueran los únicos impuestos que se van a pagar, a pesar que es bien sabido que impuesto que llega nunca se va, pero nuevos llegan todos los días, disfrazados de las más recursivas maneras.

Estos impuestos hoy adquieren una especial importancia y le hacen un daño increíble a las familias más necesitadas, en especial el IVA del 19% a los alimentos y bebidas, que, prácticamente, se traducen en hambre en muchos casos. Alguien que consigue $10.000 para el diario, solo compra el equivalente a unos $8000 en comida o bebida, que si tiene familia lo debe repartir entre todos, son $2000 menos de comida y bebida en su mesa; cada peso de impuesto a la comida o las bebidas con cualquier excusa que se inventen, si tiene color o azucar o gas, o si es carne (que ya está reservada solo para algunos salarios), que si está enlatado, etc. Cada peso de impuesto es la diferencia en la cantidad de personas que la van a poder comprar, cada peso que aumenten en el precio de los alimentos y bebidas disminuye la cantidad de personas que van a llevar alimentos y  bebidas a su mesa, a la de su familia y de sus hijos, así mismo en la alimentación escolar se bajará la calidad y cantidad de alimentos a entregar con el presupuesto existente. Un gobierno que se presenta como humano, no solo debería evitar aumentar los impuestos a alimentos y bebidas, debería erradicarlos, sin reservar la carne, el atún y otros alimentos, que antes comíamos todos, a unos escogidos que todavía lo pueden pagar con los impuestos que les han adicionado.

La gran pregunta es ¿qué van a hacer cuando los impuestos lleguen al 100 % de lo que los colombianos ganan? Para qué trabajar, para darle el 100 % en impuestos al gobierno y en ese momento el gobierno nos dará todo? ¿Y a todos proporcional a su trabajo? El solo pensar eso es un absurdo, pero lleva a otra pregunta, ¿si no se puede llegar al 100 % de impuestos, cuál es el máximo, el 70 % de lo que gana, el 80 %, ¿cuánto? ¿Quién pone ese límite? ¿Qué van a hacer los políticos que les enseñaron que su única función en la vida es poner impuestos? ¿se acabarán los políticos? ya no será necesarios presidente, gobernador y alcalde, ¿qué van a hacer si la única función que conocen es colocar impuestos, para eso estudian y se hacen elegir y ¿cómo van a administrar el estado sin impuestos nuevos?

Ese es el meollo de este asunto, si no se pudieran poner más impuestos, tendrían que llegar a analizar el presupuesto existente, a donde van a parar los impuestos actuales y ajustar los gastos a ese presupuesto, que siempre crecerá como crezca la población y las empresas. Lo peor del cuento, es que ya estamos bastante cerca de eso, pero nadie hace el menor esfuerzo por llegar a hacer el ejercicio de administrar con el presupuesto existente. Desde campaña ya están anunciando que si los eligen, su mayor sueño es llegar a poner más impuestos, ser el que firma el decreto por medio del cual todos los colombianos van a pagar unos impuestos ordenados por él, ese es el puesto en la historia que los llena, que hacer con ellos no importa, lo importante es ponerlos, sin importar en que condiciones de vida quedan los colombianos, que ningún impuesto les mejora las actuales.

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