El pueblo colombiano, como el de muchos países, ya no quiere volver a oír la palabra impuestos, por el exceso de estos sobre todo, pero también por la corrupción que ya muchos no se molestan en ocultar y más bien invitan a resignarse, que es un mal al que hay que acostumbrarse. Pero los ciudadanos no entendemos que los efectos de esa corrupción lo paguen los mismos que contribuyen con más impuestos, y esta la aprovechen al parecer los mismos que ponen más impuestos. Sin olvidar que más gravámenes y un presupuesto más alto significa más corrupción, es claramente proporcional.
Hablando de presupuesto, este gobierno para el 2023 va a contar con el presupuesto más alto de todos los tiempos en Colombia, sin necesidad de colocar un solo peso de impuesto adicional. El presupuesto de este año de $350 billones fue ampliamente superado en recaudo y el proyectado para el año próximo ya va entre $390 y 400 billones, con base en los cálculos que arrojan el crecimiento económico por la reactivación. Además, en la medida que se combata la corrupción, lo va a hacer más efectivo, contando realmente hasta con $50B más que el gobierno anterior, en el que muchos calcularon esa cantidad. Hay herramientas económicas diferentes a colocar más impuestos, que incluso pueden incentivar más ese crecimiento económico, que para los que se hacen los locos, hay que decirlo clarito, significa mayor recaudo. Sin cambiar constantemente todas las reglas, sin crear incertidumbre anual en los inversionistas, el recaudo aumenta por crecimiento de la población, de las empresas y, si se logran atraer, llegan más inversionistas nacionales y extranjeros. Lejos de ahuyentarlos con reformas leoninas, hay que atraerlos con garantías y estabilidad en las condiciones tributarias, NO reformas anuales.
Como hay cada vez menos espacio y razones para colocar más impuestos, los gobiernos y sus amigos políticos, cada vez más sin importar supuestas ideologías, se han vuelto “recursivos” para disfrazar el mal y el abuso de nuevos impuestos, poniéndoles sobrenombres, que ya casi que se le pueden llamar alias, impuesto al combustible alias verde, impuesto a los alimentos y bebidas alias “saludables”, etc.
De estos alias, cada vez más increíbles y forzados, no se salvan los contribuyentes. Estigmatizan a los ricos y luego cualquiera que pueda comer decentemente lo llaman rico, relativamente cualquiera puede ser rico comparado con algún otro, sin importar la cantidad de trabajo que requiera para conseguir lo que hoy tiene, sin hacerle daño a nadie, ni mucho menos volver pobre a nadie. Esto ha llegado a tal punto que una persona pasa de victima a victimario de un día para otro, un día es un colombiano digno, necesitado y trabajador que merece tener una vivienda propia y al día siguiente que la consigue, es un abusador de los pobres, un terrateniente y super rico al que hay que ponerle todo el impuesto predial que sea posible, porque tiene casa, porque seguro le hizo daño a algún pobre que no la ha podido conseguir, como era él el día anterior. Cada vez menos personas quieren comprar su vivienda por miedo al predial y otros la han tenido que vender por no poder pagarlo, desde que la recibe tiene que pagar ese predial, sin ser completamente de él, al tiempo de las cuotas hipotecarias.
Lo mismo con el carro, después de años ahorrando para comprarlo, al día siguiente es un potencial delincuente que va a andar a increíbles velocidades de 31 km/h, que es un borracho empedernido si se tomó una cerveza y es un ricachón descarado que no quiere pagar más por Soat, revisión técnico mecánica, combustible, rodamiento, seguros, peajes, etc. Ah, y todos esos ricachones con carro lo usan para el pecaminoso placer. Quienes les colocan más impuestos a los vehículos o a los consumos necesarios para poder transitar, no conocen los trabajadores independientes que dependen de su vehículo, los transportadores, los taxis, los de limitada movilidad y/o de edad que tienen que ir a diario a citas médicas, los repartidores, los vehículos de servicios, etc, todo propietario de carro lo consideran un descarado ricachón que hay que acabar con fotomultas por ir a 30 o 50 km/h en autopistas y poner cada vez más impuestos, tasas y todas las arandelas ya mencionadas. Es difícil que quienes ponen los impuestos sean conscientes de lo costoso de tener carro, cuando ellos tienen asignado un(os) vehículo(s) oficial de gama alta, con combustible, mantenimiento, impuestos pagados, por lo que imponen en costos y restringen en movilidad no les afecta.
Todos estos estereotipos y alias a los impuestos, han llevado al país a un estado de inflación insoportable que está afectando de gran manera la vida normal de los colombianos, no se puede vivir sabroso y menos se podrá hacer si cada vez se ponen más impuestos innecesarios.
Lo peor es que esos sobrenombres o alias no son ciertos, ni cumplen la función que supuestamente indica su rimbombante, humanitario o concientizador nombre. Lo único que realmente hace es encarecer el producto y la vida en general, el peor de todos, que es bien traído de los cabellos es llamar verde a cualquier impuesto a los combustibles. Ningún transportador o taxi o repartidor va a dejar de hacerlo porque le suban al combustible, no se va a disminuir su uso, pero si se va a pagar más caro y ellos le van a cobrar más caro a TODOS los que le transportan, encarecen el transporte público, los artículos, alimentos y bebidas y en general todo el costo de la vida. Las emisiones siguen siendo las mismas y con lo que se recoge no mejoran el medio ambiente, un combustible más caro por impuestos no contamina menos, solo encarece, poner impuestos a los combustibles, así como a la energía eléctrica, es de los factores que más inciden en la inflación, en el alto costo de vida y le quita a los colombianos dinero para algunos incluso poder comer. La inflación ha sido un tema vedado en el nuevo gobierno, y cuando se la menciona algún atrevido entrevistador, dicen que es culpa de otras cosas y que no saben cómo bajarla, evitando decir la que van a producir con el proyecto presentado.
Un impuesto a los combustibles para reducir el hambre es la mentira más grande que nos pueden decir, es pura y dura mala fe. El caso más aberrante el que querían incluir 19% de IVA a los combustibles en la Reforma Maldita, nadie que trabaje con su carro va a dejar de consumir combustible e igual lo va a pagar, asi como los que transportan todos tipo de mercancías perecederas (alimentos) y no perecederas (alimentos y otros bienes) inmediatamente subían los precios entre 19 y 30% o más de todos esos artículos, por eso principalmente les tocó retirala y sin embargo esa experiencia no sirvió, vuelven a incluir sobrecostos a combustibles.
En El Caso de Combustibles, Alimentos y Bebidas Encarecer Es Mas Hambre y Daño
En cuanto a los saludables, es igual o peor y usado con igual mala fe, cualquier alimento, así como medicamento, tiene efectos benéficos y otros no tan buenos o colaterales, si se consume en exceso cualquier alimento o bebida puede tener efectos en la salud, más por el exceso que por sus mismos componentes. Algunos existen desde el inicio de la humanidad, la manzana de Adan y Eva ¡tiene azúcar! La mitad de los alimentos de la humanidad son salados y la otra mitad dulce, con variaciones mínimas de agridulce, acido, agrio, etc y resulta que con el afán de poner impuestos ahora los que contienen azúcar son “malos para la salud” ¡la mitad de los alimentos de la humanidad! Consumida desde hace siglos, ahora ya ¡un repostero o las vendedoras de dulces del portal les falta poco para ser criminales de lesa humanidad, que han tratado por años de envenenarnos con azúcar! Y con mala fe también muestran solo a las gaseosas como las únicas bebidas azucaradas y resultan que terminan poniéndole impuestos a las bebidas lácteas azucaradas, a las aguas azucaradas y a otros en una amplia gama que termina encareciendo toda la alimentación.
Así mismo, los procesados, todo alimentos empacado o enlatado necesita un proceso, al natural se daña, y son necesarios, para algo los inventó la humanidad y no fue para hacerse daño, fue para mejorar la calidad de vida, para viajar, para almacenar, para llevar a sitios donde no hay otras cosas, para ahorrar tiempo y dedicárselo al trabajo u otros menesteres y ¿todo eso lo vamos a echar a la basura o lo vamos a volver más costoso? La contradicción del progresismo en contra del progreso, la humanidad lleva siglos mejorando los plásticos, los combustibles, los alimentos, las bebidas y resulta que ahora todo es dañino, pero no lo reemplazan o modifican, solo lo prohíben o lo castigan con impuesto afectando al ciudadano y no al “rico” que lo reemplaza con muchas cosas, al pobre que no tiene con que comprar su reemplazo y que no está precisamente obeso, ya que escasamente come, nada en exceso.
Además del concepto pragmático de porque existen todos esos productos que nos alegran y facilitan la vida, está el tema conceptual de la libertad de uno escoger con que se alimenta, con base en su metabolismo y hasta de sus gustos, hay quienes les cae mal la leche (intolerancia a la lactosa) y otros que la necesitan, porque uno tiene que pagar más que el otro porque un aprovechado decidió ponerle impuesto a uno de los dos? Otros la grasa, otros la sal, otros el gluten, cada uno hace un efecto diferente en cada organismo, incluso en su gusto, no tiene el estado que meterse en la intimidad de su alimentación, para los sistemas de salud hay otros ingreso, las entradas deportivas, etc y si de verdad consideran que un alimento produce algún efecto menos bueno, hagan campañas de concientización e inclúyanlo en la educación, yo preferiría que le enseñaran a un niño en el colegio a comer bien, a que les muestren los tipos de tortura que usaban los insurgentes en sus campos de concentración!
La hipocresía de la sociedad y de los legisladores en el tema de los impuestos a los alimentos, con la excusa del alias de saludables, es que los alimentos “más saludables” son los más costosos, pero no los subsidian, ni propenden por quitarle costo a sus insumos o exonerarlos de impuestos, si alguien quiere consumir solo productos “dietéticos” o saludables tiene que pagar más, mucho más, algunos no pueden hacerlo y subiendo el precio de los que no son dietéticos, que también tienen de malo, porque no contienen algunos nutrientes, muchos tampoco podrán comprar los normales, ya ni s
La mejor ayuda a los más necesitados es contrarrestar el alto costo de vida, pero a muchos no les conviene aceptar esto, que es tan obvio que todos lo entienden.
En conclusión, pintados de verdes o del color que quieran siguen siendo impuestos y pocos beneficios ecológicos y si por seguro un grandísimo efecto encarecedor, que en el caso de los combustibles afecta todos los que necesiten transportarse para su comercialización y llegar al consumo del ciudadano. Los impuestos a alimentos y bebidas, ya afectados por el de los combustibles, en caso de aumentarles los impuestos (y si es en locales se le agrega adermás el impuesto de consumo) pueden llegar a desestabilizar la seguridad alimentaria, colocando en peligro a los más necesitados. Algunos, con los precios actuales, ya solo pueden acceder a dos comidas diarias, más caros menos podrán adquirir. La razón de colocar estos impuestos, que con el crecimiento natural del presupuesto queda muy cuestionada su necesidad, es para programas sociales, la necesidad más básica del ser humano es alimentarse, si se le quita la posibilidad de hacerlo, ningún programa social le va a ayudar y si muere de hambre menos necesita programa social.