UN PUEBLO SIN OPOSICICIÓN Y SIN INTERMEDIARIOS. El pasado lunes 26 de septiembre de 2022, se dieron unas marchas multitudinarias en varias ciudades de Colombia. Estas marchas fueron por iniciativa ciudadana, un grupo de personas independientes oyeron el clamor de los colombianos, el inconformismo, el temor, la preocupación sobre el futuro del país y de cada uno de sus ciudadanos, por las reformas y alzas anunciadas por el nuevo gobierno y su capacidad de cambiar dramáticamente la forma en que nuestra sociedad vive hoy e incluso la democracia que tenemos.

Un pueblo sin intermediarios, con un único partido en oposición retorica por orgullo, o conveniencia, sin realidad

Fue más que notoria la ausencia de figuras políticas nacionales liderando grupos o ciudades. Por lo menos los muy pocos, en especial que han aparecido últimamente en el escenario político nacional, lo hicieron casi que como ciudadanos, no ondeando las banderas de algún partido. Eso, por una sencilla razón: los partidos se plegaron completamente al nuevo gobierno, por razones que no voy a exponer acá, quedando el país sin oposición. Solo un partido se declaró en oposición y fue casi nominalmente, para aprovechar la ley de garantías a la oposición, más que por una convicción clara de oponerse al gobierno, incluso parece más de gobierno que los independientes, o incluso que los que se declararon de gobierno.

Al mejor estilo del triunfo del NO contra los acuerdos de paz, corrieron a hablar con la presidencia en nombre de la oposición y trataron temas que fueron rechazados por las marchas, sin comentar en sus declaraciones, inocente o deliberadamente, que no representaban a los marchantes, porque, repito: las marchas no fueron de la oposición, fue una expresión espontánea y clara de los colombianos, en contra de las reformas anunciadas por el nuevo gobierno y del increíble, absurdo e inaceptable alza de combustibles, ya tratado en un blog anterior. Ningún partido político puede apropiarse el derecho de hablar por los marchantes, menos los que no se han pronunciado decididamente en lo que se reclamó en las marchas. Ni siquiera el que se hace llamar oposición, pero hace cualquier cosa menos eso, incluso lo contrario, que está deliberada y sospechosamente en contra de lo expresado por los organizadores de las marchas, quienes dijeron «No habrá una intención de negociación… exigimos que se retiren las reformas».

Hay un Déjà vu en el ambiente con una reunión al día siguiente del contundente NO de los colombianos a las reformas y al alza de los combustibles, que lleva al día siguiente de la victoria del NO en contra de los acuerdos de paz, en que alguien se apropió también del derecho de hablar con el presidente de turno, para deshabilitar lo que los colombianos expresaron en las urnas, traicionando a los electores, botando a la caneca todo el dinero gastado en el referendo y llevándonos a la situación en que nos encontramos hoy, una situación sin retorno en que estamos igual o peor que antes, de firmar los acuerdos. No se quiere por ningún motivo que esto suceda con el mensaje contundente de NO a las reformas y alzas de combustibles enviado por las espontaneas marchas.

Ya el país tiene esa experiencia, no pueden salir nuevamente con el cuento, que si que fue claro el NO a las reformas y a las alzas de combustibles, pero que ellos van a negociar para favorecer el diálogo, como les convenga a ellos y sacar sus réditos propios, a costa de traicionar el espíritu de las marchas y del sentir de los colombianos. No, esta vez no, nadie ha autorizado a ninguna persona, por mucho que se crea, o cualquier delirio que tenga, para negociar el NO rotundo a reformas y alzas. Es claro y necesario reiterar que no representan a los colombianos; es más, muchos colombianos están en contra de lo que la supuesta oposición fue a hablar. Si no participaron decididamente en las marchas por tener algún tipo de acuerdo tácito o privado con el gobierno, no queremos que negocien nada por nosotros, no queremos términos medios o los mismos con otros nombres, en temas como las alzas de combustibles, la Reforma Tributaria, la Reforma a la Salud, la Reforma Política, etc. simplemente no se quieren, deben ser archivadas.

¿Oye el gobierno manifestaciones pacificas? Otro punto que no se puede dejar pasar, es que en las protestas contra la reforma Carrasquilla, base de esta, rechazada furibundamente por quienes ahora presentan la actual, hubo hechos muy violentos que se prolongaron después de las manchas pacificas del primer día, hechos que se prolongaron más de lo debido en el tiempo, que produjeron que la Reforma Tributaria fuera retirada, al igual que la reforma a la salud, e incluso se retiró de su cargo al ministro de hacienda que presentó semejante atentado contra la economía y contra los colombianos. La pregunta obligada ahora es ¿este gobierno tendrá la capacidad de entender el pacífico clamor popular del 26S? sin que haya hechos violentos de quienes dicen representar? Se les llena la boca diciendo que es un gobierno popular ¿escuchan entonces la “voz del pueblo”?

Ese punto es importante, que el gobierno demuestre que con marchas pacíficas es capaz de oír y cambiar mucho de lo que tienen planeado en cuanto a reformas y alzas de combustibles. Imposible más pacificas que las del 26S, con personas realmente conscientes y enteradas de porque marchaban, no solo enteradas, preocupadas, con el preocupometro con la aguja pegada en MAX, incluso muchos en la cara y en las palabras se nota que de eso depende su vida y otros sus negocios, los cuales pueden irse a la quiebra.

Hasta el momento no se han oído declaraciones claras del gobierno y del congreso, en especial de los congresistas que consideran las reformas como suyas, donde reconozcan lo masivo de las marchas, pero muy especialmente que recibieron el mensaje, incluso algunos tratan de bajar la espuma de semejantes olas, diciendo que fue una marcha de la oposición, por oponerse, a pesar de las tosudas evidencias de que los partidos de oposición ni se asomaron por ahí, por lo que ya se dijo, sencillamente porque no los hay, todos están esperando pasar por ventanilla a reclamar lo producido por las reformas.

Unos cuantos defensores del gobierno, no todos bien informados incluso del contenido de las reformas por lo que dicen en redes, primero trataron de desvirtuar lo masivo, para lo cual partidarios de las marchas subieron en las redes los videos multitudinarios. Luego trataron de tomar un hecho aislado de una frase de una persona para mostrar que hubo violencia (verbal), total no han reconocido la importancia de las marchas, la espontaneidad de las mismas, otros simplemente rechazan todo lo que se dice sobre las marchas, sobre las reformas y las alzas, repitiendo lo que envían de las bodegas sin mayor explicación. Queda claro que el mensaje fue contundente, la pregunta es cuando lo van a reconocer y sobre todo que efecto va a tener en retirar alzas y reformas.

Se evidenció en las marchas que Colombia vive un momento del mundo al revés, hasta el punto que los manifestantes se pronunciaron en defensa de la democracia, de las instituciones, ¡los ciudadanos exigiéndole al gobierno que respete las instituciones!! ¡inedito! Eso muestra la gran preocupación manifestada en esas marchas y ante la falta de respuesta oficial del gobierno, de que oyeron el mensaje y que correctivos van a hacer, ya se tiene planeada una segunda marcha para finales del mes de octubre, a menos que para esa fecha se hayan retirado en especial la Reforma tributaria, se confirme que no va la peligrosísima Reforma a la Salud y se revise drásticamente el precio de los combustibles anunciado, que dispararía la inflación y perjudicaría todos los sectores de la economía.

Mientras pasan marchas y protestas la inflación continua y la devaluación no para, las autoridades económicas del gobierno parece no importarles, en el pensamiento que todo en el país se va a arreglar con los impuestos que están planeados en las reformas, lo cual es tan absurdo como las mismas, ya que lo único que se puede anticipar por seguro es que las van a aumentar ambas, inflación y devaluación.

En conclusión, lo masivo de las marchas superó cualquier pronostico, del gobierno que creía que “iban a salir cuatro gatos” y de muchos colombianos, que pensaron que al no haber cabezas visibles de los partidos políticos la convocatoria podía fallar. Es absolutamente claro que las marchas no fueron de la oposición, que no hay, que fue una clara expresión popular y le crea al reto a un gobierno que se auto declaró en palabras popular, pero que en su corta estadía no lo ha demostrado, ya que la gran mayoría de sus anuncios, poca ejecución hasta ahora, son ampliamente impopulares y muchos en contra de ese pueblo que dice representar.