EN EL AEROPUERTO LAS BRUJAS ASUSTAN. Sincelejo no tiene aeropuerto propio, Sucre tiene varios aeropuertos: los principales son el de Corozal y últimamente el de Tolú, en su corazón turístico. Pero el más cercano a Sincelejo es el primero en mención. Este aeropuerto ha sido subutilizado toda la vida, pero nunca tanto como ahora. Siempre envuelto en un circulo vicioso, no colocan más vuelos porque supuestamente no hay más pasajeros, pero los pasajes son tan caros que muchos no los pueden pagar, entonces viajan por carretera o no viajan con la frecuencia que quisieran y en temporada, que todos viajan, las aerolíneas no hacen ningún esfuerzo por cubrir la demanda, y además suben aún mas los precios, debiendo viajar por Montería, Córdoba.
En el blog pasado, en la primera entrega de este tema, traté la entrada a la ciudad de Sincelejo por carretera por el lado occidental, viniendo por vía aérea del aeropuerto de Montería, Córdoba. En esta entrega, hablaré sobre la entrada en vía aérea por el aeropuerto de Corozal, el principal del departamento de Sucre, de donde toca desplazarse por la Troncal de Occidente entrando por el oriente a la ciudad de Sincelejo en un viaje de solo unos 20 a 30 minutos, luego de sortear un par de radares de velocidad que han multado a cientos de conductores, más incautos que irresponsables, por ir a la escandalosa velocidad de 50 km/h (o menos?) en algunos tramos en plena “troncal”.
En el mes de diciembre pasado, tratando de comprar tiquetes desde septiembre, no hubo forma de conseguir un tiquete por el aeropuerto de Corozal, ni siquiera tratando de ir primero a Medellín. Si hubiera un buen servicio hacia y desde este aeropuerto, muchos de ellos que viajamos a la fuerza por el aeropuerto de Montería, hubiéramos preferido, por tiempo y costo hacerlo por Corozal, la prueba es que tan pronto uno sale de la puerta del Aeropuerto Los Garzones, lo primero que encuentra son taxistas y colectivos ofreciendo el viaje a Sincelejo, que seguramente trajeron pasajeros desde allá y necesitan regresar con cupo para mejorar su ganancia, con mayor costo para los sufridos pasajeros sucreños.
Desde Bogotá, el servicio por mucho tiempo fue prestado únicamente por Satena. En algún tiempo fue operado por Avianca, una vez se cumplieron las condiciones de pista para permitir la llegada de aviones que les fueran rentables, pero por ser la única empresa que prestaba el servicio, siempre colocó los precios que le vino en gana y un solo vuelo diario, como mucho. Entiendo que como excusa de la pandemia, Avianca suspendió los vuelos y al final de esta no volvió, terminando así en ese circulo vicioso. Cualquier estudio de mercado no les da utilidades y las autoridades nacionales y regionales no hacen nada para exigir que un departamento tenga al menos un vuelo diario de una aerolínea como Avianca, que en este momento no vuela a Sucre. Este tipo de discriminación a todo un departamento, definitivamente poco sana, no debe ser permitida por ninguna autoridad.
Una vez terminada la temporada, ayer jueves entré a la pagina del aeropuerto e indica que vuelan dos aerolíneas desde Bogotá:
- Easyfly vuela tres veces a la semana: lunes, miércoles y viernes. Para el próximo lunes tiene un costo de $492.325,00, debiendo pasar por Medellín, no es vuelo directo de Bogotá (BOG) a Corozal (CZU) y el regreso para el viernes dicen que están agotados los pasajes en clase “económica” (lo que parece indicar que las personas sí están viajando y hay demanda) y en “Preferencial” cuesta $1’099.225. De manera que un tiquete ayer jueves, para el lunes, por Easyfly, a uno de los departamentos más pobres del país vale $1´591.550, por lo que debería ser una hora de vuelo o menos, si fuera directo, pero lo ponen a pasar por Medellín, aeropuerto Olaya Herrera, congestionando más ese aeropuerto y maltratando a los pasajeros sucreños. Es de anotar que en este costo, informa la aerolínea al pagar, que $249.850 son de IVA y $316.550 son de tasas. De manera que el gobierno lejos de apoyar un lugar discriminado por las aerolíneas, los castiga aumentando una tercera parte el valor del tiquete, como a sus pasajeros, por viajar allá.
- Satena vuela tres veces a la semana: martes, jueves y sábado. Para el próximo martes tiene un costo de $310.850,00 en “Flexi”, ya en “Basic” ($227.550) y “Econo” ($284.075) dicen que están agotadas, con la ventaja que el vuelo es directo BOG-CZU, que por características del avión que usa, un Embraer ERJ-145 la duración es de 1 hora y 21 minutos. De regreso, también directo BOG-CZU, solo hay en “PLUS” a $542.900. Igual que Easyfly lo llevan, pero si quiere volver le cobro más. Ya en “Basic” ($310.850,00), “Econo” ($423.900) y “Flexi” ($477.460) están agotadas, si es que alguna vez estuvieron disponibles, por lo menos el vuelo es directo. Pero no deja de llamar la atención que la aerolínea del estado, con las tarifas en inglés para un vuelo regional, con la función social de llegar a los lugares que las aerolíneas no llegan, haya que pagar $853.760 para poder viajar una hora al principal aeropuerto del departamento de Sucre y que además en ese precio está incluido un IVA de $132.050 y una tasa de $178.750, de manera que el gobierno en lugar de hacer algo para facilitar la comunicación del principal aeropuerto del departamento de Sucre, discriminado por las aerolíneas comerciales de manera constante y por años, le incluye al pasaje $310.800, prácticamente le recarga lo que debiera costar el tiquete en su totalidad para una hora de viaje.
Prácticamente, Easyfly parece considerar que le está haciendo un favor al departamento y a Sincelejo, aunque caro para nosotros, para ellos un favor, donde nadie más quiere volar. Solo Satena, obligada y con condiciones parecidas, mientras las autoridades nacionales y regionales, poco hacen para incentivar y demostrarle a otras aerolíneas que sí vale la pena volar a Corozal, por el aeropuerto por donde deberían salir los habitantes de Sincelejo, Corozal, Ovejas, Sincé, San Pedro, Sucre (municipio), San Marcos, la Mojana, San Benito Abad, Tolú, Tolú Viejo, Colosó, Los Caimitos, San Onofre, Coveñas, Sampués, El Roble y otros municipios y veredas del departamento de Sucre, así como quienes se desplazan a Magangué, Mompox, Carmen de Bolívar del departamento de Bolívar, que les queda más cerca llegar por ahí. Incluso no solo salir, también y no menos importante, quienes están interesados en invertir o hacer turismo en las playas del Golfo de Morrosquillo; con el sombrero vueltiao, simbolo nacional; las artesanías de Morroa como hamacas y bolsos; las corralejas de varios municipios, la agricultura y ganadería de la región y tantos motivos que tiene el departamento para tener una movilidad adecuada entrando y saliendo.
Un departamento que ya tiene alrededor del millón de habitantes, con cinco vuelos semanales desde su principal aeropuerto y uno adicional para aeronaves todavía más pequeña, en el área de Tolú, es una tremenda falta de consideración con sus habitantes y un gran obstáculo al desarrollo de su economía, de su turismo y de su calidad de vida.
Se requiere una gran gestión de ciudadanos, autoridades del departamento y la ciudad y de los congresistas del departamento de Sucre, para reactivar y potenciar el aeropuerto de Corozal, usando incentivos como disminución de tasas, de impuestos, temporalmente, a modo de subvención para romper el circulo vicioso de que los pasajes son muy caros porque casi nadie vuela (que no es cierto) y nadie vuela porque son muy caros, lo que haga que mas aerolíneas incluyan vuelos a este destino y la competencia sana baje los precios. Pero, además, no solo desde Bogotá, también desde Barranquilla, desde Santamarta, Cartagena, Bucaramanga, Medellín, Valledupar, que por lo menos la costa esté interconectada y pueda el golfo de Morrosquillo ser incluido en la oferta turística de la costa norte.
Que en las brujas dejen de asustar y se conviertan en hadas de impulso al desarrollo y la economía de esta región que tanto puede aportar al país y que tanto puede beneficiar a un departamento subdesarrollado dentro del subdesarrollo, pero con un potencial inmenso, que lo muestran todos los ilustres emigrantes de Sucre, regados por la geografía nacional en busca de mejores oportunidades, con hijos y/o nietos que ya ni saben que sus raíces vienen de esta fértil tierra, y algunos ni la conocen por lo difícil y costoso que es visitar, producto de la falta de una gestión de sus mayores.