Y REGIONAL PARA SACAR A SUCRE DEL AISLAMIENTO AÉREO.
Érase una vez, Colombia tenía una Aerolínea Nacional resultante de la transformación de la Aerolínea Scadta en Avianca, cuando asumió el primer colombiano como presidente de la compañía, en 1940. La empresa llegó a ser la Aerolínea Nacional de Colombia hasta 1975, fecha en que tuvo un colombiano como mayor accionista, lo cual duró varias décadas, lo que podría llamarse la época dorada de la aerolínea y de Colombia en cuanto al transporte aéreo, sintiendonos orgullosos de tener aerolínea nacional.
Todos recordamos el orgullo nacional de volar en nuestra propia aerolínea. Éramos tratados con especial deferencia entre iguales, entre colombianos. Era nuestra aerolínea y nos trataban muy bien. La empresa se esmeraba en cada detalle, las “azafatas” se les diseñaba uniformes que eran famosos en toda Colombia y se esmeraban por brindar el mejor servicio abordo, que marcaba el inicio de las vacaciones o de gran comodidad en cada viaje. Era un verdadero placer viajar.
Durante los años que fue nuestra aerolínea, hasta casi 2019, todavía la considerábamos como aerolínea nacional y así se reflejaba en el servicio a los pasajeros. Con la llegada del CEO extranjero en 2019, el servicio a los clientes, la percepción de mal trato, de reducción de beneficios y aumento de los problemas para todo, deterioró críticamente el servicio hasta volvernos unos extraños y empezar a sentir que ya no teníamos aerolínea, lo cual empeoró con la pandemia y en este momento realmente nos sentimos tratados como extranjeros o excluidos en la aerolínea que tenemos, en la cabeza, como propia.
Lo increíble es que mucho se ha modernizado, pero en una confusión de querer ser una aerolínea low cost y querer cobrar como aerolínea de lujo, se ha vuelto bastante estresante volar por esta aerolínea. El grado de michicatería los ha llevado a vender bolsas de aire con unas cuantas papitas, en dólares, en los aviones, a no ofrecer ninguna atención en el vuelo y tener unos salones VIP de lujo, pero sirven carne molida con arroz de almuerzo en unos mini platicos y el vino lo entregan después de las 2pm. De manera que los que almuerzan de 12m a 2pm no lo pueden consumir. Así mismo, tienen personas que atienden para evitar que se sirvan, en lugar de ayudar, reduciendo la excelente capacidad instalada por políticas de extrema tacañería, que maltrata hasta los más exclusivos clientes.
Pero este desprecio por el colombiano, por el sudaca, desde que se normalizó el CEO extranjero, no solo reduce la comodidad al volar, también a negarse a transportarlos desde su ciudad, a no poder volar desde aeropuertos como el de Corozal y ninguno del departamento de Sucre, el departamento de la Primera Dama. Corozal fue uno de los aeropuertos más importantes en las primeras épocas de Avianca en sus vuelos desde Barranquilla donde nació; en total desconocimiento de su historia y de quienes hicieron parte de su crecimiento, abandonaron sus pasajeros y los de todo un departamento, al que dejaron sin servicio y con la alevosía de saber que tienen demanda suficiente para tener vuelos. Tan es así, que les tocó aumentar vuelos en otro departamento, en el aeropuerto de Montería, para atender la demanda de los sucreños que salían por Corozal.
Ante el abandono de las rutas de Sucre, Colombia necesita una AEROLINEA NACIONAL que quiera y respete a los colombianos y una AEROLINEA REGIONAL que una sus municipios.
Colombia requiere urgente una aerolínea nacional que nos atienda a los colombianos como sus propios ciudadanos y cubra las rutas donde necesitamos viajar; que la aerolínea que tenía los permisos y rutas dejó abandonados, en el caso de Sucre con probadas cifras de ocupación, fácilmente recuperables, ya que quienes les toca viajar más de dos horas a Montería, tan pronto una aerolínea ocupe el vacío salen y llegan por Corozal.
La conectividad aérea necesita nuevos actores.
Así mismo, en lo regional, no es posible que un departamento tan extenso como Sucre, que es casi 6 veces Quindío, el doble de Quindío y Risaralda juntos y casi la suma de los tres con Caldas, no tenga comunicación aérea entre sus municipios y estos a la vez no puedan viajar por avión a su capital o a través de ella salir del departamento y del país. Sucre es casi del tamaño del eje Cafetero ¡que tiene tres aeropuertos con vuelos nacionales e internacionales! Si eso es igualdad, inclusión y equidad, no estoy entendiendo esos conceptos.
Ya sé que no es solo la extensión, es el turismo, el comercio, la industria, y Sucre tiene sus capacidades. En lo turístico, a Sincelejo con sus tradicionales fiestas del 20 de Enero, a Sampués cuna del sombrero vueltiao, símbolo de #Colombia; a Morroa con sus mochilas y hamacas típicas del país; todo el Golfo de Morrosquillo, con gran desarrollo de complejos turísticos modernos en sus playas de Tolú, Coveñas y más; la ciénaga la Caimanera con tours acuáticos; la zona de Colosó con sus pozos y fuentes de agua con rutas de ecoturismo. En lo industrial, cemento y exploración y salida de petróleo y otros; comercio por el muelle de Tolú con cabotaje y transporte internacional, cuyos trabajadores requieren movilizarse. Personas trabajando en San Pedro y San Marcos, de los cuales unos deben pasar por carretera por CZU en camino a Montería para tomar un avión. El comercio de Sincelejo y los productos agrícolas y de ganadería del departamento. La desconsideración con los habitantes de Sucre es vergonzosa.
Pero el problema de la conectividad aérea no es solo de la aerolínea, es también de los mismos sucreños. En lugar de ir unidos a exigir que no dejen sin vuelos a Sincelejo y su aeropuerto de Corozal, las Brujas, hay quienes hacen intrigas para que los vuelos ¡los envíen a Tolú¡ En lugar de trabajar juntos para fortalecer a Corozal con grandes vuelos y repartir en aviones pequeños a Tolú y otros municipios cercanos ¡no¡ intereses personales los llevan a ponerse zancadillas entre todos, quedando ambos aeropuertos, Corozal y Tolú, sin vuelos, mientras los sucreños retroceden 80 años en conectividad aérea.
En qué cabeza cabe que en una historia de 80 años y a pesar de todas las actualizaciones técnicas, Corozal está en semejante peligro de llegar a ser totalmente abandonada, que haya sucreños que quieren desviar los vuelos a un aeropuerto más pequeño, que le tocaría empezar a recorrer el camino ya recorrido por Corozal para beneficiar uno o dos intereses, alejando el principal aeropuerto del centro geoestratégico del departamento, para llevárselo a unos de sus extremos, para que sus habitantes tengan que viajar entre una hora y tres para tomar un vuelo que lo pueden tomar en 20 minutos o media hora, donde están las capacidades hoy.
La solución es clara, es necesario que todos los sucreños trabajen para fortalecer Sincelejo/CZU, vuelos de Bogotá, Barranquilla, Santa Marta, Valledupar, Medellín y Cali en aviones grandes hasta Airbus 320 y desde Corozal, a medida que lleguen los anteriores, se repartan vuelos de aviones de 20 pasajeros continuamente a Tolú, que lleve también los pasajeros que van para Coveñas.
Entonces, ¿qué aerolíneas pueden ocupar el vacío? Están: Latam que absorbió a Aires que prestaba servicio a esa área; está Copa, que Corozal le queda en un vuelo más corto que Panamá-Bogotá, incluso podría ser su punto de entrada a Colombia o de salida de conexiones con otras aerolíneas; pero también están aerolíneas llegando a Colombia con muy pocas rutas asignadas hasta ahora. Además, en lo regional, la aerolínea que compró los aviones de Ada que volaba también a CZU y porque no Satena que una a Santa Marta, Barranquilla, Cartagena y Valledupar con Corozal.
Queda un año de esta administración departamental y de sus municipios, se tiene la capacidad para trabajar y dejar avanzando cualquier obra que pase de las condiciones mínimas a las condiciones ideales, pero mientras tanto con gestión de gobierno rompiendo el circulo vicioso que tiene marginados y discriminados a los sucreños, por que nos quedamos sin aerolínea nacional, sin aerolínea regional y además ahora disputando entre los mismos habitantes si se pierden las capacidades que ya se tienen, por la ilusión de adquirir otras menos convenientes geográficamente.
A todos los sucreños y a las aerolíneas, por el potencial turístico y comercial de Sucre, les conviene que Corozal se fortalezca, o ¿cuándo creen que Tolú va a estar en condiciones de recibir un Airbus? Que absurdo desperdiciar quien ya tiene la capacidad para beneficio de todos, por el beneficio de un par, con base en tratar de dar una capacidad que no tiene y que costaría muchísimo más que cualquier adecuación que requiera Corozal, ninguna para la gran mayoría de lo que se puede hacer en este momento y escasa para atender un crecimiento que se daría si todos se unen.
Colombia necesita una Aerolínea Nacional, que nos haga sentir orgullos, que nos trate como sus propios ciudadanos y que nos respete con una buena atención al cliente en sus rutas, pero que también tenga rutas para todos, que no le quepa en la cabeza dejar sin atención a todo un departamento. Si esa aerolínea nacional puede ocupar lo regional, maravilloso, sino otra aerolínea regional que rompa el circulo vicioso de aislamiento aéreo, que potencie su aeropuerto, lo que permita bajar costos y por lo tanto las tarifas y así más personas puedan volar desde ahí. Tanto se habla de igualdad, inclusión y no discriminación, bueno, Sucre es el lugar ideal para practicar esas ideas en la conectividad aérea.