El lanzamiento del satélite FACSAT-2, bautizado como Chiribiquete, me lleva a pensar en el año 2006, en que un grupo de funcionarios multidisciplinarios de varias organizaciones del gobierno y privadas fuimos llevados a formar el Comité Técnico que creó la Comisión Colombiana del Espacio y en poco más de un año dejamos también aprobada la Política Colombiana del espacio.
El sitio de reunión fue el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, en sus dependencias en la NQS, cuyo director general fue escogido para presidir las reuniones técnicas y fue su primer Secretario General. Ahí, se desarrolló el paso a paso del planeamiento de la organización encaminada a establecer las políticas e implementar los programas nacionales de desarrollo de los temas espaciales, optimizando la contribución de las ciencias y tecnologías espaciales a los programas social, económico, ambiental, cultural, de comunicaciones, de defensa, productivo y académico del país, entre otros, en busca de nuestro desarrollo sostenible, que nos permitiera una mayor competitividad.
Coincidió la creación de la Comisión Colombiana del Espacio en el 2006 con la fabricación y lanzamiento del primer satélite hecho en Colombia, desarrollado por la Universidad Sergio Arboleda, con el bello nombre de Libertad y el promisorio y esperanzador apellido 1. Libertad 1, fue el resultado de aplicar las teorías de satélites CubeSat creados en un proyecto académico de las universidades de Stanford y la de Calpoly, que permitieron pasar de los proyectos de escritorio a las misiones reales en el espacio. El 17 de abril de 2007, a la 1:46 a.m. hora de Colombia se efectuó el lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajstán y posterior puesta en orbita de este primer satélite colombiano.
Después de esta pionera experiencia, en total, Colombia ha lanzado cuatro satélites al espacio; el satélite FACSAT-1 en 2018, el satélite de observación de la Tierra SAOCOM 1B en 2020 y el satélite de comunicaciones KOMPSAT-7 en 2021. También se han lanzado otros CubeSats construidos por empresas colombianas. A pesar que la Comisión Colombiana del Espacio cada vez se oye menos, una de sus principales funciones de promulgar la tecnología espacial entre los colombianos se observa menos, como muchas entidades del país cumple una labor callada, que evidentemente no se queda quieta, a juzgar por este importante resultado del satélite Chiribiquete, pero que sí requiere una mucho mayor difusión, entre los colombianos y entre los niños y jóvenes que todavía consideran que la tecnología espacial es ciencia ficción, mientras a pocas calles de sus colegios y universidades se están gestando e implementando proyectos espaciales como el Chiribiquete.
El satélite FACSAT-2 Chiribiquete es el segundo satélite de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) enviado al espacio, en esta ocasión en una misión de la empresa SpaceX. El lanzamiento se produjo en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, Estados Unidos, a bordo del cohete Falcon 9, de la misión Transporter-7, de esa empresa espacial. El nombre del satélite hace referencia al Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, hermosa reserva natural ubicada entre los departamentos de Caquetá y Guaviare en Colombia, catalogada como patrimonio mixto de la humanidad. La Comisión Colombiana del Espacio (CCE) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias) de Colombia participaron en el proyecto del satélite desarrollado por la FAC y la Agencia Espacial Colombiana (AEC). El costo del satélite fue de unos $3.400 millones de pesos colombianos, cofinanciado entre el Gobierno, Ecopetrol y la Fuerza Aérea.
El objetivo principal del satélite es monitorear los recursos naturales y culturales del país, la deforestación y la minería ilegal. La toma de imágenes sobre el territorio con fines científicos, oservar el territorio colombiano para monitorear emisiones de gases de efecto invernadero, estudiar sus efectos; detectar cambios en el terreno y los ecosistemas producidos por la tala indiscriminada e ilegal de bosques, afectación de terreno y costas y cualquier acción natural o humana que los afecte. El satélite tiene como carga principal una cámara electro óptica para obtener datos sobre la vegetación, control de deforestación, detección de incendios, análisis de cuerpos de agua, ríos, infraestructura crítica, que contribuirá eventualmente también al ordenamiento territorial.
Con esta importante misión se ve un avance en la realización de uno de nuestros sueños y objetivos desde que dimos inicio a la Comisión Colombiana del Espacio hace 17 años, como fue el de contribuir al desarrollo del país a través de la tecnología espacial. Quizá no va a la velocidad que hubiéramos deseado, faltan muchas cosas, como la creación de una Agencia Espacial Estatal, pero se va avanzando, es indudable que el camino al desarrollo de cualquier país está íntimamente ligado a su capacidad de uso de la tecnología espacial. Se requiere mucho esfuerzo, conocimiento e innovación para continuar y persistir en la carrera espacial, con el fin de contribuir a ese desarrollo que tantas generaciones hemos anhelado, y hemos tratado de posicionar en las prioridades nacionales para un mejor futuro.