Congreso y/o nuevos lideres llamados a hacer cumplir el mandato popular. Sin duda el país emitió un voto castigo, un voto en contra del gobierno actual. Habla de que después de haber sido elegido por unas mayorías hace un año, las nuevas mayorías ya no votaron por sus propuestas y candidatos a cargos en ciudades y departamentos, pero aún más importante que en el globalizado del país se dio una masiva votación en contra de ese partido, de su forma de hacer las cosas, que muestran sin lugar a ninguna duda que lo recibido en este año, y lo anunciado por venir, es de un profundo rechazo del pueblo colombiano.

Al finalizar el domingo 29 de octubre, en Colombia se sintió, como dicen en la costa, “un fresquito”; muchos dormimos mejor, con esperanza, con el pensamiento que no somos Venezuela, que aguantamos el viaje hacia esa tendencia, que cualquier cosa que hubiera pasado en las elecciones legislativas y presidenciales no pasó este domingo y que, porque no decirlo, la registraduría nos entregó de manera rápida eficiente y segura un parte de democracia que la verdad tranquiliza bastante. Y no es porque hubieran ganado quienes ganaron, es que todo se dio de acuerdo con lo que uno percibía, de acuerdo con los comentarios generalizados, de acuerdo con los resultados en muchos lugares, como siempre con la excepción que hace la regla, con la materialización de los comentarios del hastío por las medidas y situación en que se encuentra el país en general y algunas ciudades y departamentos en particular.

#TuVotoEsPoder. Hasta ahora los comentarios han sido alrededor de lo bien que nos sentimos de haber ejercido nuestro derecho al voto, en libertad y que este haya sido contado bien. Que bien nos sentimos como ganadores, que bien se siente haber hecho cumplir ese poder del voto. Por mucho que los funcionarios actuales traten de disfrazar y hacer análisis acomodados para amortiguar el golpe, nadie en Colombia puede ocultar que sus ciudadanos expresaron fuerte y claro en las urnas que las cosas como van no son como las queremos. El poder del voto se sintió en el mensaje y hay un mandato del pueblo soberano que se puede resumir en que se había votado por un cambio, pero el cambio que iniciaron, que han venido haciendo por un año y han presentado a la opinión pública y al legislativo, ¡NO ES!

Ya se disipa un poco la espuma de la euforia del rotundo éxito de los colombianos y todavía no aparece quien o quienes van a reclamar para los colombianos la materialización de su incuestionable victoria y mandato. El actor natural que debería hacerlo a nuestro nombre es el Congreso de la República que, si se hizo a oídos sordos y ojos ciegos ante las contundentes marchas y manifestaciones en la Plaza de Bolívar, frente a sus propias ventanas, tendría que ser demasiado descarado para no actuar ahora en consecuencia, que además sería una muy torpe acción, ya que de no hacerlo, otros entrarían a hacerlo y esos otros pudieran ser los gobernadores y alcaldes, que van a responder por la estabilidad social y económica de sus provincias, lo cual les va a resultar insostenible de continuar los cambios como van.

Es indudable que la mayor inestabilidad en este momento la muestra la posibilidad de una absurda y peligrosísima Reforma a la Salud, el Congreso está en mora de archivarla, entre más demore en hacerlo mayor será su responsabilidad en la debacle de la salud, más tiempo dura la incertidumbre en la que los privados postergan sus inversiones y otras acciones ante la posibilidad que al día siguiente de hacerlas se queden sin empresas, ya escasean medicamentos y servicios. El Congreso de la Republica no puede seguir dando largas a esta incertidumbre, debe parar en seco esto archivando el proyecto. Nada de lo que dicen que va a arreglar el proyecto lo va a hacer, ya esta ordenado en la ley la salud como un derecho, la prevención, la universalidad, a cada rincón del país debe llegar la salud sin necesidad de nueva ley, una ley no fabrica especialistas de un día para otro. Entonces, que más vueltas le dan, noviembre debe ser el mes del archivo de la más peligrosa reforma presentada. El congreso debe reclamar esto como parte del mandato claro y unísono del Pueblo Soberano.

El triunfo de los independientes en la gran mayoría del país es una señal del hastío por la polarización, personas que habían hecho parte intrínseca de esos dos polos que se apartaron, por saber que no era buena jugada política o por vergüenza de los partidos a los que habían pertenecido hasta pocos meses antes, pero sin duda era el primer aviso del voto castigo al gobierno, ya que su discurso de quienes ganaron y de quienes no, ya mandaba el mensaje de rechazo a lo que se ha hecho y a lo que se quiere hacer.

En lugar de decir recibimos el mensaje claro del pueblo colombiano en las urnas, ya nos tienen acostumbrados a tratar de enredar y sacar cuentas que nadie les cree. En esas cuentas alegres de supuestos apoyos de los partidos al gobierno no se están teniendo en cuenta quienes no apoyaron en primera vuelta y se unieron en la segunda, muchos de ellos por alianzas forzadas porque el ingeniero Hernández no los aceptó o se retiró de la arena publica antes de la segunda vuelta  y no recibía a nadie, pero sobre todo quienes se separaron antes de elecciones y mucho más quienes hicieron campaña en las regionales contra el gobierno, las reformas, la inflación, la inseguridad, el alza de la gasolina y alimentos y bebidas, etc.

De ese “análisis” de supuestas alianzas hay cuatro ciudades de las que no hay forma de evitar aceptar que su mensaje fue inequívocamente un castigo y esas cuatro ciudades suman la medio bicocadita de 10.778.779 millones de personas habilitadas para votar, que por mayoría escogieron los candidatos con discurso contra el gobierno, donde hasta las últimas elecciones las habían ganado y las consideraban fortín político, es una muestra clara que incluso quienes votaron por el gobierno actual, o aparecen en las cuentas como si lo hubieran hecho, cambiaron su voto, en rechazo al incumplimiento del cambio, que el poco que se ha recibido es para mal y es aún peor el que está anunciado, con las reformas pendientes, alzas y seguro aumento de la inflación, con medidas dejadas deliberadamente para pocos días después de las elecciones, en esa máquina productora de inflación en que está convertido este gobierno. El total de personas habilitadas para votar fue de 38.965.515, al dato de esas cuatro ciudades hay que sumarle las gobernaciones y alcaldías del resto del país, que quedaron en manos de quienes hicieron campaña contra el gobierno.

En el congreso saben exactamente quienes son del gobierno, quienes se aliaron en 1ra, quienes en 2da, quienes fueron echados del gobierno, quienes se separaron y quienes marcaron diferencias antes de elecciones y en sus propuestas y arengas de la campaña para el 29 OCT 23 y así saben y deben interpretar el mensaje contundente del pueblo soberano

A esta compleja situación con un reciente mapa de supuestos aliados, ya se habla de un chantaje donde incluyen a algunos que nada que ver con el pacto, pero que quienes no lo aprueben, o asientan al respecto, se les va a negar el apoyo económico del gobierno, como si estos fueran de su plata de bolsillo o un favor, cuando el gobierno nacional lo debe hacer como su deber, en cumplimiento del Plan de Desarrollo que lo debe llevar a todas las regiones proporcionalmente con base en sus necesidades, no con base en simpatías personales y menos para que acallen el inconformismo mostrado por los ciudadanos en las urnas.

Esta más que claro que las elecciones del 29OCT23 fueron un plebiscito, que el resultado del mismo fue un rechazo total a lo que se ha venido haciendo en este gobierno y aún más a lo que se ha anunciado que se va a hacer, además de la mala fe con que se ordenaron cosas desde hace un año para hacerse efectivas descaradamente después de elecciones, así como las alzas congeladas para ahora quienes deben recibir directamente el mensaje están como marrano enjabonado tratando de zafarse, pero alguien debe cobrar por ventanilla la victoria del pueblo soberano, el ente nacional llamado a hacerlo es el Congreso de la República, que además tiene de primera mano la información de la magnitud del mensaje, la responsabilidad de representarnos y la de atajar las iniciativas ampliamente rechazadas, como la Reforma a la Salud, de sacar una ley que revierta el aumento de impuestos a unos productos que hicieron creer que eran saludables y al ejecutarlos están metidos en todos los alimentos y bebidas de consumo humano, que encarecen la canasta familiar y todo con lo que los más necesitados sobreviven. Si el congreso también se resbala, deben aparecer cuanto antes lideres fuera de la polarización que reclamen por el pueblo soberano la indiscutible victoria.