Pero también al turismo, al empleo, a la imagen, a la coherencia, al orgullo nacional, a la vida, al futuro de Colombia.

Empieza el año 2024; después del saludo, con el deseo de un feliz año para todos los colombianos, a renglón seguido nos dicen que se pierde la sede de los Juegos Panamericanos para el país, más exactamente para la ciudad de Barranquilla y la Costa Atlántica, indudablemente por negligencia de varios funcionarios y ante la indolencia de muchos que veían que esto podía pasar, que cada vez era más evidente que sucediera y esperaron hasta el anuncio de su pérdida para llamar la atención nacional. Las noticias malas para el país arrancan desde la primera semana, lo de un feliz año nuevo fue solo una frase de cajón, porque cambiamos de año, no de gobierno, ni de mejora en hacer las cosas.

Se puede decir que en una primera mirada al manantial de noticias al respecto, la Polarización y la Reforma a la Salud, con la mediocridad que nos han traído, nos llevaron a perder la sede de Juegos Panamericanos y esto no lo digo sin fundamentos, en varios blogs he mostrado como la polarización lleva a la mediocridad y los últimos gobiernos están dedicados a pelear con su oposición en lugar de dar resultados que hablen por si solos; mientras, la reforma a la salud, no ha dejado pensar en nada más, también lo dije “está acabando con todo”. En el congreso un senador de la costa y en la cámara varios representantes alzaron la voz para evitar que se olvidara el compromiso de los panamericanos y los callaron, que lo que se quería era dilatar el debate de la reforma a la salud, la obsesión de la cámara y del gobierno en 2023, y a lo mejor lo será del senado para 2024, o ¿van a poder legislar para todo lo que el país necesita?

La polarización es usada para culpar y defender, donde cada bando culpa al otro o trata de zafarse de una indiscutible responsabilidad, la que tiene el gobierno después de 16 meses de haberla asumido. Si venía alguna falla del anterior, era tiempo más que suficiente para haberla subsanado. Al haber sido al final del gobierno anterior que Barranquilla cumplidamente pagó los U$250.000 y los U$2.000.000 que le tocaba, el siguiente paso era para el gobierno nacional, iniciando al final del pasado, de manera que, al cambiar los protagonistas, no cambia la responsabilidad del estado y el nuevo gobierno debía seguir normal con el compromiso y sus responsabilidades, así como seguro dejaran algunas al próximo. Pero en medio de la polarización, todo se centra en acusaciones y defensas a ultranza, pero muy pocos dan luces ni exigen que se recupere la sede, cada día que pasa será menos posible ¡en el momento en que se designe una nueva, el proceso será irreversible!

Si no estuviéramos inmersos en la polarización, en la cual la ineficiencia de los gobiernos pasan a un segundo plano, la mediocridad reina y hasta el nacionalismo se pierde, los actores políticos y administrativos estarían dedicados a exigir a Panam Sports que no maltrate al país que, si acaso hubo un descuido o un incumplimiento, el país se compromete a realizar los mejores juegos panamericanos de la historia. Seguramente cualquier organización que vea un esfuerzo de país, todos unidos asumiendo la responsabilidad, no va a continuar con la decisión de retirarnos la sede.

Esto no lo digo a la ligera, es que la misma escogencia de Colombia, después de unos tres intentos por ser sede de los panamericanos, se dio con base en la confianza en el país que se tenía el 31 de mayo de 2021, cuando se la asignó a nuestro país, con base en los excelentes resultados de los juegos Centroamericanos del Caribe en Barranquilla, además solo de ver el crecimiento y progreso de esta ciudad, establecida desde un principio como ciudad sede, e incluso el alistamiento que ya lleva adelantado en campos deportivos, se ve que vamos a honrar con lujo de detalles el compromiso.

Si no estuviéramos en medio de la polarización, la discusión entre nosotros y con Panam Sports no estaría centrado solamente en la chequera. Es que no estamos hablando de un vulgar producto comercial, en que se paga un día y se envía el otro, incluso peor que eso, porque pagando al día siguiente igual lo enviarían. Aquí se está hablando de unas competencias que involucrarían a un país, a una región, a una ciudad y muy especialmente a unos deportistas, que ninguno de ellos ha visto en su suelo unos panamericanos, ya que los últimos realizados en Colombia fueron en 1971 en Cali, ciudad que pasó a ser la ciudad cívica, después de esos juegos, le cambió la cara, la metamorfosis que vivió la ciudad y por un momento el país, es un intangible que muchos de los peleadores profesionales de la polarización, no tienen la menor capacidad de entender, ni hacen algún esfuerzo por hacerlo.

Estamos hablando entonces de competencias deportivas bajo el espíritu olímpico, basado en la excelencia deportiva, la lealtad entre las personas, la camaradería, en tantos ideales unidos bajo los cinco aros enlazados de amistad entre los países para ser remplazados por el signo del billete, lo único que se oye de parte de Panam Sports es “donde está mi plata” no se oye nada de deporte, no se habla de escenarios, no se habla de otra cosa. ¿Que dice la organización de los juegos olímpicos? Es que los juegos panamericanos, es la última etapa o puerta para asistir a los Juegos Olímpicos de 2028 en Estados Unidos (también participa en los Panamericanos). ¿Dónde está y quien exige el espíritu olímpico? ¿quién habla de los deportistas? ¿quién habla por los aficionados al deporte? que incluso son quienes pagan por verlos y asistir a ellos ¡nadie!  Para Panam Sports todo redunda en donde está mi plata y cero en lo deportivo, a pesar de su rimbombante nombre, debería ser «Panam Commercial».

Si queremos recuperar los juegos panamericanos, debemos concentrarnos en hacerlo, dejar a un lado el polarizado debate, la responsabilidad de hacer los juegos nadie la puede discutir es del gobierno actual en la deuda pendiente y de Barranquilla en su alistamiento. Entonces, dediquémonos como nación pujante, que seríamos sin polarización, a recuperarlos y a mostrar a los mezquinos dueños del letrero que si vamos a responderles por su plata, sí vamos a cumplir, más que a ellos a los 41 países hermanos que confiaron en nosotros de manera unánime y sin concurso. Estos países saben que Barranquilla está ya casi lista hoy, tres años antes de recibirlos, lo que falta por terminar seguramente se hará y se está trabajando en ello. Para el país, esto producirá empleo, confianza en nosotros, alegría y razón de entrenar a nuestros deportistas, despertará este espíritu competitivo en la niñez que los mira esforzarse y se hablará de esta faceta nuestra desde ya, hasta la realización de los juegos en 2027 y seguramente después cuando nuestros deportistas, en una cantidad nunca antes vista, asista a los olímpicos de 2028.