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Con pasajeros todavía esperando soluciones de una empresa aérea que les incumplió, aparece una segunda aerolínea, que parecía sólida, incluso tuvo stand en la vitrina de Anato mostrando planes y ganas de servir, que siguiendo el ejemplo hizo exactamente lo mismo. La segunda aerolínea, de mayor capital colombiano, también le quedó mal a los pasajeros, a pesar de mostrar aparente normalidad en sus planes y ventas, hasta ultimo momento.

Que le pase a una aerolínea, puede ser un problema aislado, que había prendido las alarmas, ya que se le dijo por todos los medios al gobierno que había que tomar medidas; pero que le pase a dos ya es una inocultable crisis, causada por las políticas económicas y aéreas del país.

Hasta ahora la gran solución planteada es que algunos de los maltratados compradores de tiquetes aéreos los vuelvan pasajeros del avión presidencial, pero soluciones de fondo no se ven.

En Colombia aproximadamente el 42% del valor por el que se adquiere un tiquete corresponde a impuestos, que fue incrementado en un 14% a partir del primero de enero de este año por este gobierno, entre las medidas que tienen los vuelos y el costo de vida disparados en Colombia, con la reforma tributaria, con la devaluación del peso y otras acciones como el alza de la gasolina. Sin embargo, a pesar de la crisis, no se oye que le vayan a bajar el impuesto del 19% a los tiquetes de avión, que le vayan a eliminar la gran alza de combustibles al transporte aéreo, nada, la crisis sigue y si se habla de turismo en general, se le agrega el reinsertado impoconsumo, que anuncian que los restaurantes y otros comercios tendrán su propia crisis, donde ya se encuentran algunos cerrados.

Con un porcentaje tan alto del valor de los tiquetes, aumentado por impuestos, el gobierno nacional tiene en sus manos una poderosa herramienta para ayudar al turismo y mejorar la interconexión aérea en el país, ayudando a las aerolíneas, con acciones tan sencillas como rebajar impuestos del 42 al 10 % o a una cifra diferencial importante, para regiones supuestamente sin demanda, pero sus habitantes si viajan, en bus o en su carro, porque el tiquete de avión está fuera de toda proporción, al valer casi el doble por los impuestos. Esa sería una forma de incentivar a los pasajeros y aerolíneas a volar desde esos aeropuertos recién remodelados, a los que no llegan aerolíneas por que la Aerocivil les permite a las aerolíneas volar solo entre las grandes capitales; cuando puede incentivar la demanda en ellos, o volver rentable tener rutas con aviones más pequeños, en mayores frecuencias, entre ciudades menos importantes (para ellos, en contra de cualquier igualdad) e ir aumentando poco a poco su demanda, cuando sus habitantes se vuelvan a habituar a viajar por avión.

Lo anterior lo digo de la forma más constructiva, tragándome por entero la carreta de que este gobierno quiere volver el turismo un reglón importante de la economía colombiana y creyendo tosudamente sus anuncios, a pesar que no se concretan, de que el gobierno reducirá el IVA de tiquetes aéreos y el precio de combustible para el transporte aéreo; pero además, que supuestamente evaluará una serie de iniciativas para la reducción de impuestos. Esperando que entre esas medidas se rebaje la tasa aeroportuaria y tasas a combustibles en esos aeropuertos que, por tener supuestamente menos demanda, las aerolíneas no van y las autoridades no les exigen ir, en compensación de darles slots y rutas preferenciales en los de alta demanda.

Por otro lado, el eslabón más débil de la cadena, los pasajeros, unos con el tiquete de avión en su bolsillo; otros que ya no les da para comprar tiquetes de avión, hoy que las aerolíneas de bajo costo están muchísimo más caras que las aerolíneas de lujo de hace apenas un año; y aún peor, los que tienen aeropuertos remodelados y listos para usar, a donde ni el ministerio de transporte ni la Aerocivil han podido programar rutas aéreas, despreciando las inversiones en infraestructura de gobiernos anteriores y desconociendo el derecho a movilizarse dignamente de sus habitantes.

¿Donde quedó eso de trabajar sobre lo construido? que el cambio no es para destruir ni desperdiciar lo que el país ha construido en doscientos años de vida republicana. Ciudades, como Sincelejo, San Gil, Paipa, etc y hasta departamentos completos como Sucre, que hicieron un gran esfuerzo, de la mano de gobiernos anteriores por habilitar sus aeropuertos, no han logrado que las principales entidades de este gobierno metan en cintura a las aerolíneas, de manera que se cubra más país con la conectividad aérea que se requiere.

Tanto que se habla de equidad, a la hora de poner impuestos y de igualdad para crear un ministerio, pero en conectividad aérea hay muchos colombianos menos iguales que otros, siempre con la misma disculpa que no hay demanda y muestran de manera malintencionada una inexistente demanda de un aeropuerto que no tenía las condiciones, que ya las tiene, pero no ha tenido los vuelos necesarios por falta de gestión y del ministerio cumplir la función misional para la que está, al servicio de los colombianos, que si no las cumplen las aerolíneas nunca llegaran a esos aeropuertos de habitantes menos iguales que los demás.

Que casualidad que en el país que el turismo va a sustituir los ingresos del petróleo, según algunas mentes prodigiosas, antes de cada puente o semana de alta temporada, quiebre una aerolínea, en el momento que más ventas ha hecho y las autoridades, bien gracias y los cuasi pasajeros, con tiquetes aéreos en su bolsillo, de malas, la respuesta de moda últimamente y así enfrentan muchos la Semana Santa. A quienes tratamos de escribir a futuro, nunca nos gusta tener razón cuando vaticinamos cosas malas, pero la semana de pasión para los usuarios aéreos fue anunciada desde mi blog #Turismo: la nueva base de la economía, pero… ¿sin turistas?. Es que se veía venir, a lo que se agrega que las acciones sobre la primera aerolínea no fueron suficientes, para evitar que la segunda hiciera lo mismo y las de estas dos no son suficientes, para que llegue una tercera a hacer lo mismo en la próxima alta temporada sea corta o larga.

No solo sobre eso se vaticinó, desafortunamente, también se ha venido advirtiendo que no se puede pretender volver el turismo la base de la economía maltratando al turista o ni siquiera teniéndolo en cuenta en las decisiones de la industria en cuestión, como en rutas y slots que se asignan a conveniencia de las aerolíneas, no de las necesidades de cubrimiento aéreo nacionales y regionales. No se exige una compensación por dejar pescar en la pecera, exigiendo que salgan a pescar en mar abierto. Así mismo, una cosa es libre mercado y libertad de precios y otra es dejar que las aerolíneas no cumplan con mínimos en atención y cumplimiento, que se asignen rutas y un buen dia la aerolínea no cumpla con sus responsabilidades y se lleve los slots autorizados para otro aeropuerto o región.

¿Cuántos aviones presidenciales se necesitan para resolver la crisis aérea? ¿Es esa la solución? La solución es ¿que todas las aerolíneas vuelen solo a grandes ciudades porque supuestamente son las únicas que “tienen demanda”? ¿Se imaginan lo traumático que es planear las vacaciones de una pareja, o una familia durante meses, para el día que llegan al aeropuerto la aerolínea decidió que mejor no volaba? ¿!Y aún peor! que al tener aeropuerto al que no llegan aviones, haya viajado con su familia a una ciudad a 2 o tres horas por carretera? y al llegar le digan que no, que tranquilo que vuelva mañana, a ver si clasifica en un avión presidencial u otro que una compañía repentinamente samaritana haya prestado, o que le suspendan un vuelo en un aeropuerto de conexión, donde no tiene nada.

Es así como esta semana de pasión va a ser sentida en carne propia por quienes se van a veranear en los principales aeropuertos del país, gracias a la nueva política de turismo como principal renglón de la economía, en los anuncios, pero cuya ejecución hace exactamente lo contrario y los resultados son tan indiscutibles que ni la polarización se ocupa de debatirlos, ni trata de ocultarlos, porque afecta a todos.

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