Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

COLOMBIA REQUIERE 4 AÑOS DE TREGUA. Se aproxima el día D1, de los 3 decisivos que vamos a tener, y a una semana de ir a votar se han visto muy pocas propuestas y mucha pelea junto con maniobras electoreras, unas públicas y otras subrepticias, pero todas se conocen. A medida que se van conociendo, los colombianos de bien, de voto inteligente, de conciencia de país, asqueados, se van desilusionando, y demostrarán en las urnas qué decidieron. Muchos de ellos nunca han sido encuestados, de manera que esta primera encuesta real del 13 de marzo aclarará mucho el panorama.

Siguiendo en la línea de mi blog anterior, insisto en que Colombia está cansada de la polarización y en mis escritos espero representar ese grito de auxilio de país. No pertenezco a ningún grupo político. Al que me gustaría pertenecer no existe. Un partido político que haga todo por un mejor país, no por darle poder a unos cuantos de sus miembros y menos si es por mantenerle ese poder a los mismos con los resultados de siempre. No tengo compromiso con ninguno y he votado siempre por personas, independiente de sus partidos, en el entendido que estos han desdibujado sus principios políticos y ni hablar de sus valores éticos, como se puede ver en las maniobras electoreras que se muestran a diario.

A los que se sientan representados con mi grito contra la polarización y a los indecisos, les pido que salgamos todos a votar masivamente, que no nos dejemos llevar por quienes parecen que van a ganar porque tienen más dinero disponible para mostrarlo en todas las emisoras, bodegas, grupos de asustadores profesionales y desestabilizadores emocionales. Votemos para evitar que el país sea sometido a otros 4 años más de polarización, de peleas de micrófono, mientras se ponen de acuerdo para no hacer nada y llenarnos de disculpas sin sentido, que llevan a que los colombianos estemos cada día peor.

Analizando el panorama electoral, vemos candidatos que por sí mismos son polarización y otros que tienen como único programa de gobierno polarizar, gritar y pelear; aquellos a quienes sus áulicos llaman los candidatos “con carácter”. Todos ellos son garantía que si quedan nos van a tener 4 años más en ascuas, agrandando y debilitando alternativamente el coco del lado contrario, manteniendo al desarrollo y el bienestar social escondidos detrás de las cortinas, sin atrever a asomarse en la vida de los colombianos.

Hablando de cortinas, pero esta vez de humo, con sus maniobras obnubilantes, estos candidatos tratan de no dejar ver las evidencias que se muestran en escena como posibilidades para la democracia, como oportunidades de cambio, no totalitario. Un cambio gradual hacia el desarrollo, hacia un mejor país, hacia algo de tranquilidad, que nos diferencie de la sofocante realidad política latinoamericana, erigiéndonos como los gigantes del norte que algunos nos consideraban y sembrando la semilla para que esta parte del mundo vuelva a ser el vividero que los países desarrollados envidiaban por su alegría, brazos abiertos y otras características que la polarización y su consecuente confrontación se han tragado.

Es así, como no podemos negarnos la posibilidad de tener un líder que nos ha demostrado que si pudo llevar desarrollo a su región y ciudad, que ofrece para hacerlo en toda Colombia. No lo dejemos a un lado para escoger al que más grite, a alguien que mantenga la misma pelea 4 años por tener más “carácter” que el resto. Actualmente nos gobierna el que más carácter mostró en las elecciones pasadas, ¿queremos lo mismo? Entre los candidatos está un líder que compite en su equipo con quienes tuvieron la misma oportunidad de hacerlo en sus ciudades y no pudieron o no quisieron hacerlo. O se preocuparon de otras cosas, o de problemas o comunidades muy puntuales que no les permitió posicionar su obra y sus ciudades como uno de ellos si lo hizo, superando las expectativas, no solo de sus gobernados, sino de todo el país y de muchos visitantes internacionales que se maravillan con la nueva perla del caribe.

Sí, del mismo lugar por donde entró el progreso a Colombia, hoy nos llega una voz que se mantiene alejada de la polarización, que nos dice: progresemos, quiero darle al país el impulso de desarrollo que le di a mi ciudad, mostrando hechos y logros reales, mientras otros se trenzan en peleas estériles en las que llevan más de 10 años. Es un hecho que calladamente Barranquilla se erigió como la urbe de mayor desarrollo en nuestro país. Qué casualidad que fue la que se mantuvo más lejos de esa polarización mediocrisante, que parece arrastrar al país en una dirección que no queremos y que la única forma que podemos impedirlo y cambiar algo, es con nuestro voto. No hay que ser Einstein, para saber que, si se continúa haciendo lo mismo, obtendremos los mismos resultados, y en el caso de Colombia, peores; porque aquí los problemas se van agrandando. Tengan la seguridad que gritando, peleando y con excusas, no los vamos a solucionar. Las fuentes de disculpas están ahí. La pandemia sigue. Se vino la guerra de Ucrania. El proceso de paz y la JEP siguen ahí, todo sigue ahí para que si elegimos los mismos nos tengan 4 años más con las mismas disculpas, empeorando la inflación, la devaluación, la inseguridad, la polarización y su mediocridad.

No podemos olvidar que los países obtienen los gobernantes que se merecen. Si todos votamos a conciencia, escogeremos el mejor gobernante. Si votamos por miedo, guiados por quienes tienen con qué adueñarse de los medios, sus bodegas y su publicidad, cualquier cosa podrá pasar. Para que se cumpla el adagio que la voz del pueblo es la voz de dios, hay que votar a conciencia.

Démonos 4 años de tregua. ¡Votemos contra la polarización! Así dejamos que los violentos se vean excluidos y se vayan diluyendo con sus anacrónicas costumbres, actitudes, vocabulario y triquiñuelas. Con nuestro voto, proyectemos a una instancia nacional las obras reales que nos muestran en la región y veremos que tenemos una opción nueva de desarrollo, de mirar el futuro con esperanza, de crear un país de oportunidades. La historia no nos perdonará desaprovechar esta ocasión. Nuestros hijos nos lo agradecerán.

Compartir post