Las medidas punitivas no han tenido efecto contra el SPAM, y teniendo en cuenta que más del 70% de los costos de internet se van tratando con ésto, digale NO al que haga SPAM.
El SPAM se define en forma amplia como el correo masivo no solicitado, y en algunas definiciones aducen que es "correo comercial masivo" no solicitado. Se trata de asemejar al correo físico que "inunda" los buzones de correo de cada hogar en los Estados Unidos, y de ahí se desprende la definición.
Lo más curioso de todo, es que los que hacen SPAM saben que lo están haciendo, hasta tal punto que cometen las novatadas de incluir mensajes explicando que lo que envían no lo es, tratando de disfrazarlo con argumentos legales. (Sobre esto escribimos En Profundidad en el 2003, y todavía está vigente.
El SPAM no es exclusivo de las personas o de vendedores inescrupulosos. Cada vez más las empresas serias, dejándose llevar por, eso si, agentes inescrupulosos, se embarcan en envíos masivos de correo a listas "compradas" u obtenidas de la red, bajo las falsas promesas de ser lo "último" en mercadeo. Empresas de altísima reputación y renombre, que al parecer no tienen reparo de dejar en manos de terceros, por incautos o porque realmente están convencidos de la promesa que le hicieron, que realmente poco respeto tienen por el cliente y por la marca forjada por años de arduo trabajo.
Sin embargo, el SPAM lo siguen y lo seguirán enviando (para venderle pastillas de viagra, acciones a bajo costo, ofrecerle un nuevo producto, que se haga rico ayudando a un "pobre" nigeriano a reclamar millones de dólares, o que celebre el día de la madre en su hotel, como el último que recibimos ayer) porque en efecto las personas que lo reciben hacen clic sobre estos mensajes, y terminan generando tráfico y ventas a las páginas de quienes usan la estrategia.
El costo de producción y envío de las piezas publicitarias es prácticamente despreciable en Internet, y es por esto que se hace tan atractivo utilizar el SPAM para la distribución de mensajes comerciales desperdigado como con escopeta de regadera. Pero el SPAM si tiene un costo muy alto en otras instancias de la cadena: congestiona las cuentas de correo, los servidores y las redes, mientras se trata de vender productos, repartir chistes, o propagar amenazas ficticias por Internet. Se calcula que el correo no deseado constituye entre el 70% y el 90% del correo que circula en la red, lo que quiere decir que la infraestructura, tanto de conectividad como de almacenamiento y procesamiento se está desperdiciando en ese mismo porcentaje.
Las medidas punitivas o prohibitivas no han surtido efecto contra el SPAM, y la instalación de filtros en los sistemas de correo solo resuelve la problemática de no tener que buscar entre 10 mensajes de su buzón, ese mensaje que no es spam. Se deben abordar medidas más drásticas, y considero que siendo la Internet y la creación de comunidades virtuales de colaboración uno de sus más grandes bastiones, podríamos utilizar esta misma fortaleza para combatir el SPAM.
La única forma de acabar con el SPAM es reduciendo su efectividad, o generando un efecto negativo de una sola vez. La propuesta es muy sencilla. No le haga el juego a los que hacen SPAM. Similar a lo que se hace con las "protestas populares", rechace cualquier producto u oferta de servicios de cualquier empresa que le haga publicidad de esta manera.
Se podría ir más allá, de generar una lista de empresas que hacen SPAM, para que funcione como una "lista negra", pero no es necesario llegar hasta estos extremos. Simplemente diga NO al SPAM y a las empresas que lo hacen. Piense que estará ayudando a reducir en un 90% el costo de la infraestructura para el manejo del correo electrónico, (tanto en equipos como en conexión) y eventualmente se podría ver una reducción en el costo de acceso a la Internet.