En el séptimo aniversario del once de septiembre de 2001, demócratas y republicanos dejaron de lado sus embates y lamentaron juntos el ataque terrorista más nefasto en la historia de la humanidad. Obama y McCain fueron juntos al campo santo de las torres gemelas y rezaron por las más de tres mil personas que murieron en aquel trágico día.
En una fecha como esta no se puede hablar de demócratas ni de republicanos sino de norteamericanos, dijeron. En horas de la noche participaron en el foro de candidatos presidenciales en la Universidad de Columbia en Nueva York, cuyas preguntas giraron en torno al servicio comunitario, la educación, los medios alternativos de energía, la imagen de los Estados Unidos en el exterior, la seguridad nacional y la guerra.
El foro, que duró un poco más de una hora, sirvió para mostrar que ambos tienen más coincidencias que desacuerdos y sus vidas poseen más similitudes que diferencias. Los dos entienden que el país está en crisis y que el nuevo orden mundial muestra un panorama nublado con la guerra en Georgia y los últimos acontecimientos en Afganistán, así como concuerdan en que el servicio al país es vital, ya sea que se de como trabajo comunitario, en las fuerzas de paz o en el ejército, cuyas filas ambos pretenden ampliar.
Su patriotismo, aunque diferente, coincide en su entrega hacia el país y la gente. McCain sirvió a los E.U. en el ejército por más de 25 años y es considerado héroe de guerra, así como Barack hizo 3 años de servicio comunitario en los que se ganó 12.000 Dólares por año cuando podría estar ganando un sueldo millonario en Wall Street.
Los dos provienen de familias que han inculcado en ellos amor a la patria. El abuelo y padre de McCain pelearon diversas guerras, así como el abuelo de Barack lo hizo en la Segunda Guerra Mundial.
Al ser preguntado por el curso que ha tomado la contienda presidencial, McCain dijo que el tono agresivo lo puso Obama al atacar a Sarah Palin por inexperta y ella reviró.
El once de septiembre siempre será un recordatorio de lo abominable que pueden llegar a ser los fanatismos, pero recuerda cómo los E.U. se unieron en torno a la tragedia dejando atrás diferencias. Obama y McCain se dieron un abrazo en el escenario, y aunque podría decirse que Obama jugó de local al ser graduado de Columbia, la fecha sirvió para bajarle el voltaje a las agresiones y golpes bajos que las dos partes se han lanzado, subiendo el debate de un tono chabacano a uno serio y estadístico. La tregua puede favorecer a Obama quien iba perdiendo la pelea. El tiempo de descanso le sirve para tomar aire en su esquina y reponerse de los golpes que Sarah Palin le ha asestado.
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