El 2 de Septiembre de 2008, Sarah Palin fue nombrada con bombos y platillos, como la candidata a la vicepresidencia del partido Republicano. Después de un mes y medio de campaña, el candidato Republicano John McCain está doce puntos porcentuales por debajo de su adversario, el candidato del partido demócrata Barack Obama. ¿Qué incidencia tuvo el nombramiento de la gobernadora de Alaska en la campaña de John McCain?
La gobernadora de Alaska, una total ‘aparecida’ en la esfera política nacional, quien al principio se mostró como una buena contrincante al atacar con sagacidad a Barack Obama, al punto en que lo desequilibró llevándolo a decir la controversial frase: «Puedes ponerle pintalabios a un cerdo, pero sigue siendo un cerdo – you can put lipstick on a pig, it’s still a pig», con el paso de los días mostró su inexperiencia.
Si bien su nombramiento hizo que McCain subiera un par de puntos en las encuestas y aventajara a Obama, surgieron fantasmas de su pasado que empezaron a acecharla. Fue acusada por cazar lobos y aparecer en un viejo video afirmando que la guerra en Irak fue un designio de Dios. Bajo éste argumento, muchos sonaron sus alarmas, diciendo que de llegar a la presidencia, la Palin podría dar inicio a otras múltiples guerras.
Con el acrecimiento de las críticas empezó a lucir insegura ante las cámaras, sin nociones profundas sobre temas de política internacional y economía. Escondió su desconocimiento con ataques constantes hacia el partido demócrata. Pero estos ataques ya no eran frescos sino viciosos, al punto en que muchos de ellos fueron vistos como golpes bajos que desinformaban con datos tergiversados y verdades a medias.
Su ineptitud la llevó a repetir las políticas de Obama y contradecir las de McCain, al decirle a un estudiante de la Universidad en Temple, en la fila en un famoso restaurante de Cheesestakes en Filadelfia, que invadiría Pakistán si eso es lo que hay que hacer para acabar con el terrorismo. El partido republicano tuvo que aclarar su posición, y el propio McCain lució como papá regañón con su hija, en varias entrevistas posteriores, en las que periodistas cuestionaron a la candidata.
Más allá de ello, la designación, considerada por muchos como una jugada para ganar el voto femenino, terminó ofendiendo a muchas mujeres, quienes consideraron insultante que McCain nombrara a Palin sólo por el hecho de ser mujer. Fue algo así como decirles: Ustedes son tan ingenuas y saben tan poco de política, que votan por cualquier mujer sólo por el hecho de que sea mujer.
Muchos otros se preguntaron, ¿cómo es que el candidato más viejo en la historia de los Estados Unidos, – alguien que puede morir en cualquier momento -, escogió a una persona tan inexperta? Luego del boom inicial, la Palin se terminó desinflando, al punto en que fue objeto de varios cuestionamientos. Fue ridiculizada en el programa Saturday Night life’s, donde la actriz Tina Fey la imitó, contestando preguntas de forma retórica y sin ningún contenido.
A dos semanas de las elecciones de los Estados Unidos, la Palin esquiva a los periodistas, no da entrevistas ni responde preguntas. Va de un estado a otro repitiendo un discurso que el partido Republicano le hizo aprender, luciendo más como un lastre para el propio McCain, en vez del volador de los primeros días.
Lo que pareció una jugada maestra, terminó siendo un tiro por la culata, ejemplo de que la inmediatez resulta siendo negativa en cualquier campo de acción. McCain está pagando el precio por querer ganar votos de forma farandulera. Quiso convertir a Sarah Palin en algo así como una pop star, la ganadora de un reality show, que cree que por ganar el concurso ya toca el cielo con las manos, desestimando la pericia que da la experiencia y el recorrido. El increíble acenso de la Palin y no menos increíble descenso, terminó refrendando el dicho: lo que rápido sube, rápido baja.
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