Compro un ‘Philadelhia Cheesesteak’ con queso americano y cebolla, salimos a la tribuna y volvemos a nuestros puestos. Los equipos saltan de nuevo al terreno de juego. Torres ajusta sus medias sobre sus pantorillas y se persigna. El árbitro da inicio al segundo tiempo. ‘D.C. United’ toca el balón hacia atrás y Le Toux ataca al centrocampista adversario. – El francés entró con ganas, quiere el tercero.
 
– Ojalá que así sea -, dice Yesid terminando su perro caliente. Personas a nuestro alrededor beben cerveza, comen papas fritas y hamburguesas.
 
Los primeros minutos transcurren sin novedad. La temperatura ha ido bajando y la brisa se cuela por entre el poliéster de mi saco ‘Fit Dry’. Moreno le mete un pase de profundidad a Le Toux. El delantero corre en diagonal ganándole la espalda a los defensas, queda mano a mano con el arquero, dispara a un costado pero el guardameta ataja su tiro. Se toma la cabeza con las manos en la imagen de la pantalla.
 
– ‘That could have been a hat-trick’ -, dice uno de los norteamericanos.
 
– Yeah! Bummer.
 
Un niño come paleta en los hombros de su papá, una joven bebe una Miller Light y se da un beso con su novio. Un hombre canoso mira el partido a través de sus binóculos. Volver a tus aficiones te reconecta con tu pasado. El ser que fuiste cuando eras pequeño e ibas con tu papá al estadio de fútbol, el joven que gritó los goles de triunfos que hacen parte de otra época, el hombre que escribe una nueva historia día a día.
 
‘D.C. United’ avanza con una jugada de riesgo y el delantero es ‘fauleado’ en la boca del área. – ‘Union’ debe concentrarse. El 2 a 0 es un marcador muy peligroso -, le digo a Yesid subiendo una ceja. – Generalmente el equipo que va ganando se relaja y pierde la tónica.
 
– Asshole! Asshole! Asshole! -, le gritan al árbitro por sacarle al defensor amarilla.
 
El tiro pasa por arriba del travesaño. ‘Union’ entra en un marasmo, pierde el medio campo y entrega balones equivocados. ‘D.C. United’ copa los espacios, se aproxima con peligrosidad al área del ‘Union’ en jugadas repetidas.
 
– Al ‘Philadelphia Union’ se le perdió la bola -, dice Yesid ante un nuevo ataque. El central recupera la bola pero la entrega mal, el delantero de ‘D.C. United’, se aproxima al área, patea con pierna derecha desde fuera, el balón golpea a un defensor desviando su trayectoria y vence al arquero. El estadio queda mudo. Los jugadores de ‘United’ rodean al delantero y celebran el gol frente a nosotros. Los integrantes de la barra ‘Sons of Ben’, manotean al aire y putean. La pantalla indica el nombre de norteamericano Santino Quaranta y repite la jugada del gol junto al reloj que marca el minuto 62.
 
– Se adormeció el equipo.
 
‘Union’ saca desde la mitad del campo, pierde un nuevo balón y ‘D.C. United’ llega con otra jugada peligrosa. – Están presionando -, dice Yesid subiendo una ceja.
 
– Es lo que digo del 2 a 0. Perdieron la tónica ganadora y es muy factible que los empaten.
 
La tarde va muriendo. El cielo se tiñe de tonos oscuros dibujando una postal melancólica. Encienden las luces del estadio ante el cántico de las tribunas que animan al ‘Union’. El equipo sale jugando desde su arco y uno de los atacantes de ‘D.C. United’ le comete falta a un defensor. – Filo da puta! Cabrão! -, grita un hombre con la gorra de Portugal.
 
– ¡Booooooooooo! -, abuchea la tribuna.
 
El partido es diferente al del primer tiempo. ‘Union’ no encuentra la bola y se empieza a respirar el empate. Torres es sustituido. Sale del terreno de juego con pasos lentos. La gente lo aplaude y agita sus banderas. – Ya está ganando hinchada -, indica Yesid subiendo la cremallera de su chaleco.
 
Un nuevo ataque termina en tiro de esquina. ‘D. C. United’ cobra y el arquero Chris Seitz controla el balón. Agita su brazo derecho indicándole al equipo que salga. Los jugadores del ‘Union’ corren hacia la mitad del terreno de juego. Seitz toma impulso para sacar pero se detiene ante la cercanía del atacante de ‘D.C. United’. – Se está demorando mucho -, digo ante sus nuevos pasos hacia delante en la boca del área, titubea. El delantero aún a su lado. Lanza la bola hacia arriba, su pierna derecha hace un aire y el balón cae a la grama ante los pies del delantero que la roba, lo dribla hacia adentro. Seitz se come el amague y pasa derecho, la portería abierta. El delantero dispara con un tiro suave que entra rodando por la línea de gol.
 
– ¿Qué fue eso?
 
– Quedamos en silencio -, respondo negando con la cabeza.
 
– Pussy! Pussy! Pussy! -, gritan al unísono los integrantes de la barra ‘Sons of Ben’. Manoteos, gritos de frustración. Rostros decepcionados y miradas gachas ven a los jugadores del ‘D.C. United’ celebrar el gol del empate. Algunos futbolistas del ‘Union’ llegan a confortar al arquero carilargo. Le dan palmadas en el hombro.
 
Me volteo ante los jóvenes norteamericanos. – ‘Unbelievable, right?’
 
– ‘This is bullshit!’ -, dice uno de ellos arrugando la cara.
 
– ‘I blame the communists’ -, añade el amigo con una sonrisa sarcástica.
 
– Es el gol más estúpido que he visto en mi vida -, le digo a Yesid negando con la cabeza. – Y ya no está Torres en el campo.
 
– La moral del equipo se fue al piso -, responde dando un vistazo por las tribunas. Todo mundo anda trastornado.
 
– Fue inteligente el delantero, medio estorbó al arquero. La jugada es dudosa -, digo ante la repetición en la pantalla. El nombre del delantero boliviano Jaime Moreno junto al reloj que marca el minuto 79. – Estoy seguro que algunos árbitros la considerarían falta.
 
– Isso não se vê no Brasil -, le dice un hombre a sus amigos frente a nosotros.
 
– Vocês são de onde? -, les pregunto.
 
– São Paulo e Maranhão -, dice uno que luce chaqueta gris y pelo corto. Una cicatriz visible en un costado de su fosa nasal.
 
– Trabalham aqui?
 
– Sim com carpintaria -, responde agitando su mano. – Se o goleiro faz isto no meu time no Brasil ele tem que sair  escoltado pelos policiais que fazem a segurança do estádio.
 
– Você torce pra que time?
 
– Corínthians.
 
– Esse era o time de minha avó -, digo levantando el pulgar al aire.
 
– Tinha um colombiano muito bom que jogava la, Fredy Rincón -, dice ante una falta de Dejam Jkovic, quien cruza a un jugador del ‘Union’. El árbitro le muestra tarjeta roja.
 
– Asshole! Asshole! Asshole! -, grita la tribuna.
 
Le Toux se para frente al balón, toma impulso, manda un derechazo a media altura sobre el palo derecho del arquero y lo vence. – ¡Goooool! -. La gente  levanta los brazos. Salto en mi puesto celebrando. Me abrazo con Yesid. Los brasileros se voltean y chocamos las palmas de las manos. Me volteo y las choco con los norteamericanos. Giran sus toallas sobre las cabezas con sonrisas en las bocas. La gente mira feliz el festejo del equipo.
 
– Philadelphia! Philadelphia! Philadelphia!
 
Mi celular vibra en el bolsillo. Contesto una llamada de Colombia. – Edu, ¿andas viendo la carrera? Montoya comenzó de sexto pero ya pasó al tercer lugar -, dice papá de forma animada. – Esta pista de Phoenix es un tri-óvalo rapidísimo. Montoya generalmente es muy bueno en estas pistas rápidas.
 
– Ando con Yesid en el estadio Lincoln Finalcial Field viendo un partido de la MLS. Filadelfia por fin tiene equipo de fútbol – digo ante un nuevo ataque de ‘D.C. United’.  Seitz sale jugando la bola con un defensa. – Ahora vamos a ir a ver la carrera, llámame si Montoya sube de puesto -. El ‘Union’ pierde la bola en la mitad del campo y comete una nueva falta. ‘D.C. United cobra rápido hacia un costado y un centrocampista lanza un pase al vacío que Seitz controla de nuevo. – Tienen que manejar estos últimos minutos del partido -, le indico a Yesid.
 
– El ‘Philadelphia Union’ le da las gracias a los 34.000 espectadores que asisten al juego -, dice el locutor por los parlantes. La gente agita sus toallas.
 
– Que aconteceu com a Colômbia nas eliminatórias?
 
– Faz tempo que a Colômbia não é um bom time -, respondo levantando los hombros. – E o Brasil? Vai  ganhar o campeonato mundial?
 
– Não sei se ganhe ou não, mas sempre joga para ganhar -, dice asintiendo. – Para o Brasil ficar em segundo lugar é perder.
 
El cuarto árbitro indica cuatro minutos de adición. El ‘Union’ se apropia de la bola en los minutos finales.
 
– Essa ‘garota’ lá nem sabe onde está -, dice el brasilero indicando a una niña borracha sentada algunas filas adelante nuestro. El árbitro señala la mitad de la cancha, suena su silbato y finaliza el partido. La tribuna estalla en júbilo. Los jugadores de Union vienen a saludar a la barra y les lanzan balones de regalo. Nos tomamos unas fotos con los brasileros, quienes extienden las toallas con el emblema del ‘Union’ con orgullo.
 
El celular vibra de nuevo en mi bolsillo – Montoya acaba de pasar a liderar la carrera y le está sacando una ventaja de 1.8 segundos a Joey Logano.
 
– ¿En qué vuelta van?
 
– En la 52 de 375.
 
– Ya vamos a un bar donde la podamos ver. Vuelve a llamarme si algo cambia mientras llegamos -. Cuelgo y me despido de los brasileros. – Yesid, ¿le perdonamos el gol al arquero?
 
– Mucha gueva. Menos mal que ganó el ‘Union’. Si hubiera empatado ahí si no -, responde ante los fuegos pirotécnicos que estallan alumbrando la noche.
 
La barra ‘Sons of Ben’ remonta las gradas con cánticos. Un joven ondea su bandera de visos azules y amarillos. Fuckin’ fantastic to have soccer in Philly! -, dice levantando el asta en un gesto de victoria.
 
 
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