Como todo deporte
se volvió político.
No es una práctica
en sí misma…
Es,
lo que otros
quieren que sea,
un muñeco
de ventrílocuo
una víctima con
mordaza
y venda
que lucha
por liberar
sus manos…
El futbol,
ese que todos
jugamos en el
recreo del colegio,
en las calles del barrio
o en los campos
de torneos amateurs
en los que gana
el que más lo merece
es cosa de ilusos,
como todo lo demás…
Del poemario «Conexión Brasil»
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