Los chicos del Chapecoense – Por: Eduardo Bechara Navratilova
Los chicos del Chapecoense
A los chicos del Chapecoense, el pueblo de Chapecó, a Daniel Bechara Navratilova, los familiares afectados por la decisión del capitán Miguel Quiroga Murakami, y todas las demás personas del mundo afectadas por este absurdo…
I
Los chicos del Chapecoense
que viajaron a Colombia
para ser campeones,
encontraron la gloria
en la cima de un cerro
donde se enterro su avión,
sus cuerpos se hicieron polvo
y sus sueños volaron
como libélulas a otros sitios…
II
Con las bocas abiertas,
los ojos hinchados,
y los gritos atragantados
en las gargantas,
partieron a otra galaxia
los chicos del Chapecoense.
III
Los chicos del Chapecoense
tenían la vida
en sus corazones,
el anhelo vibrante,
y la fuerza en la fibra
de cada músculo…
Eran aves en vuelo,
un triángulo en formación
listo para el juego
de sus vidas,
la posible coronación
o derrota
que jamás sucedió…
Vuelan por las cimas
de las montañas
como posibles campeones;
el viento los acaricia,
los consuela
y hace silencio…
No les dice que mañana
podrá ser,
que en el fútbol
siempre hay revancha…
IV
Los chicos del Chapecoense
pensaban en Nacional,
campeón de la Copa Libertadores,
la forma en que defenderían su arco,
y atacarían en contragolpe
con sus gacelas endiabladas…
Pensaban en un empate,
por suerte una victoria,
el partido definitivo en Brasil
frente a su hinchada jubilosa,
una copa
y el título de campeones de
America…
Los chicos del Chapecoense
no pensaban en la misería humana,
la codicia, la avaricia,
en estirar los límites,
la autonomía de vuelo,
la falta de combustible,
las escalas y sus costos…
Desconocían ir al mando
de un piloto-propietario,
su ruleta rusa,
y otros juegos de azar
propios de los suicidas…
V
Estirar los límites
es jugar a que se reviente
la banda eslástica,
un avión se quede sin combustible,
se apague,
y descienda como ave
sin ojos,
en medio de la noche,
hacia la nada…
VI
Para un piloto-propietario
es importante el ahorro,
la ganancia y el centavo…
Sus pasajeros
igual no saben lo que pasa
en cabina;
para él,
solo saben patear balones
y gritar gol…
VII
Un suicida al mando de un avión
es un ave con los polluelos a cuestas,
en busca de un hoyo
dónde enterrar sus alas…
VIII
Los chicos del Chapecoense
entonan un grito mudo
en esa montaña que sirve de casa.
Himno a la brutalidad del ser humano,
vuelo de victoria frustrada,
en lo más alto
y lo más bajo
de nuestro mundo…
Eduardo Bechara Navratilova
Encarnación, Paraguay
Diciembre 5 de 2016
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