Papás de película

Como antesala a esta celebración, comparto con ustedes un listado de los 10 padres que nunca olvidaré de películas de varios países que me han ayudado a intentar ser un mejor padre cada día. Además, pueden consultar mis listados de los peores padres, los padres adoptivos y otros, aquí. Aclaro que los padres de estas listas pueden ser o no grandes personas, pueden inclusive ser personajes de una mala película, pero su amor incondicional a los hijos (innato o adquirido) es lo que los hace memorables.  Como padre, soy particularmente sensible a estos temas y debo reconocer que varias de ellas lograron realmente conmoverme.

Como bien dice Chaplin al inicio de esta película: «Una historia para una sonrisa, o quizás una lágrima».  Sin duda, The Kid es una de las más representativas películas de Charles Chaplin. La relación entre el actor-director y su niño coestelar Jackie Coogan hizo que en su autobiografía, el director anotara: «Adoro a ese niño». La construcción del par de personajes en medio de una pobreza absoluta, luchando contra la autoridad y la discriminación social, hacen una película tan divertida como conmovedora. El pequeño Coogan, considerado la primera gran estrella infantil del cine, tuvo como muchos de sus sucesores una vida llena de altibajos y problemas. En 1964, dato curioso, encarnó a un personaje inolvidable para muchos: El tío Lucas en la serie de tv Los locos Adams.

Mufasa es lo que puede considerarse un gran patriarca, no en vano es una adaptación muy libre de la famosa obra de Shakespeare, Hamlet. Este colosal padre, que marcó a muchas generaciones de espectadores, es un rey sabio y ecuánime y procura enseñar a su hijo acerca del poder y las responsabilidades que con éste se adquieren. Mufasa en swahili significa rey y Simba, león (ver análisis de la película aquí), por eso para llegar a ser grande, el muchacho debe convertirse en su padre, el gran Mufasa.

Aunque puede ser cuestionable el trauma que genere en unos niños convivir con su papá mientras fingía ser una enorme y cariñosa niñera, no hay duda de que disfrazarse y hacerse pasar por una empleada doméstica, es uno de los grandes gestos de amor paternal que Hollywood nos ha regalado.  Esta comedia, protagonizada por Robin Williams, tiene de fondo un tema dramático: la custodia de los hijos en un proceso de separación, y logra ser conmovedora al cuestionarnos ¿Hasta donde llegaría un padre que ama a sus hijos para verlos diariamente?

Escuchar hoy que una mujer deje su hogar para que su esposo se haga cargo de su pequeño niño puede no parecer extraño, pero cuando esta película lo hizo, en 1979, causó una verdadera revolución. Kramer vs Kramer no es una película sobre divorcio, si no una historia sobre la paternidad que es algo que se construye día a día. La trama central luego se repetiría tanto que se convirtió en un cliché: Un padre adicto al trabajo que aprende a ser padre a las malas dando a la familia el lugar que se merece.  En el caso de esta película, la diferencia la hace el papel magistral de Dustin Hoffman que nos acerca a un drama personal ocasionado por pequeños actos cotidianos.

El nombre de esta película no pudo estar mejor puesto. El caracter es precisamente lo que forma un severo padre en su hijo.  Dreverhaven es el alguacil del pueblo, representa la ley, es un hombre duro e implacable.  La fuerte presencia y el reto implícito y permanente del padre que nunca lo ha acompañado, llevan al joven Katadreuffe a tratar de superarse a sí mismo en un ambiente hostil y económicamente precario, acompañado por una madre que no le da afecto y escasamente le dirige la palabra. El padre que nunca acompaña, es, sin embargo, una enorme figura que siempre está presente.

Lo más bonito que tiene esta película es que está basada en un caso de la vida real: La historia de Zeze di Camargo y Luciano, dos hermanos cantantes de música popular en Brasil.  Francisco, el padre de una numerosa familia, un hombre campesino y sin educación, se empecina en conformar un duo con sus niños en medio de la más precaria situación económica.  Como muchos padres de la vida real, Francisco vive en medio de privaciones para impulsar la carrera de sus hijos.  Lo más conmovedor de la película es el homenaje que al final hacen los verdaderos artistas a su padre, el hombre que sacrificó todo para que llegaran a la cima de su carrera.

Chris es un padre como muchos de los que abundan en la sociedad actual: Un hombre sin trabajo que trata de ganarse la vida todos los días para dar el sustento básico a su familia.  La película está basada en un best seller autobiográfico en el que Gardner cuenta las penurias que tuvo que soportar en compañía de su pequeño hijo hasta llegar a conseguir lo que nadie esperaba de él: El éxito. Aunque constantemente roza los límites del melodrama, la película logra ser muy conmovedora por la actuación de Will Smith, que, como actor tuvo la gran ayuda de actuar con su propio hijo.

Cuando un padre dice a su hijo que arriesgaría la vida por él o que sería capaz de atravesar el océano por su bienestar, puede estar hablando en serio, pero el protagonista de esta película realmente lo hace. Marlin es un pez payaso abocado a ser padre cabeza de familia por la inesperada muerte de su esposa y esto lo ha hecho ser inseguro y nervioso frente al bienestar de su hijo.  Su miedo a todo lo que se mueve en el mar es, no obstante, superado por el gran amor que le tiene, que lo lleva a emprender una increíble aventura atravesando el océano, encarando toda clase de peligros para encontrar a su pequeño Nemo.

Aunque Ricci puede no ser un padre modelo, sí protagoniza uno de los dramas más conmovedores de la relación entre un padre y su hijo.  En medio de la gran crisis de la posguerra en Italia, debe buscar la bicicleta que le han robado para poder alimentar a su familia, que está en la pobreza absoluta.  Por esta razón emprende un recorrido por toda Roma buscando su bicicleta robada en compañía de su hijo, soportando la indolencia de la gente y la injusticia de la sociedad.  En el recorrido, padre e hijo viven toda clase de sentimientos que reafirman sus lazos hasta llegar a un dramático desenlace que, como pasa en el neorrealismo italiano, nos hace sentir más cerca a la vida real que al mundo mágico construido por Hollywood.

Guido es encerrado junto a su hijo en un campo de concentración nazi en la segunda guerra mundial. En medio de estas deprimentes condiciones, decide preservar la inocencia y la tranquilidad de su hijo por medio de su sentido del humor.  Roberto Benigni, protagonista y director, asegura que la película es una «fábula» y ciertamente lo es, una fábula del amor paternal. Como las buenas historias, La vida es bella nos ofrece momentos divertidos y otros tremendamente dramáticos. Sólo el mejor de los padres puede proteger, amar y divertir a su hijo en medio de la más cruel situación.

Espere en mi próxima entrega: Famosos que no reconocemos

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