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La próxima semana se celebrará en Colombia la semana del cine colombiano, una gran oportunidad para ponernos al día con las películas colombianas que, desafortunadamente, pasan poco tiempo en cartelera. Serán 55 películas, de documental y ficción, que mostraran un completo panorama del cine que se hace en el país; incluyendo las películas favoritas de la crítica y ganadoras de premios internacionales en festivales y también aquellas que han sido éxitos de taquilla y cuentan con el beneplácito del público. Estas son las 55 películas colombianas se podrán ver gratis en las salas de cine de 196 ciudades y 32 departamentos del país:
2016
Paciente, Jorge Caballero Ramos. En una filmografía como la nuestra, en la que los héroes cotidianos brillan por su ausencia, reconforta encontrar esta historia real y conmovedora de una heroína de la vida cotidiana que acompaña a su hija en medio de una penosa enfermedad. A pesar de que la historia está enmarcada en nuestro lamentable sistema de salud, no se queda en la denuncia (aunque de hecho la hace) ni se regodea en el morbo que podría producir la situación (nunca vemos a la paciente, por ejemplo). Paciente se enfoca en el amor sin límites de una madre y nos hace pensar quien es realmente el paciente en nuestro sistema de seguridad social.
2015
Siempreviva, Klych López. Por medio de una puesta en escena que mezcla el lenguaje cinematográfico con una coreografía teatral, Siempreviva recuerda, 30 años después, la terrible tragedia del Palacio de Justicia desde el punto de vista de las víctimas y sus familias, sin salir del espacio de un inquilinato bogotano en 1985. Al mejor estilo de Confesión a Laura, lo que sucede afuera impacta al interior de la casa y las pequeñas historias y subtextos de los personajes salen a flote en las dificultades y conflictos de la convivencia en un espacio claustrofóbico.
2014
Jardín de Amapolas- Juan Carlos Melo. Además de tener el mérito de ser una de las pocas películas en la que podemos ver reflejados el ambiente y realidades del sur colombiano; Jardín de Amapolas habla también de la pobreza y el narcotráfico, sin regodearse en la violencia ni en el estilo de vida de los grandes capos. Desde el punto de vista de las víctimas, particularmente de los niños, esta película pone en escena la encrucijada en la que viven los campesinos colombiano, siempre víctimas del conflicto, aunque a veces trabajen para los victimarios.
2013
Crónica del fin del mundo- Mauricio Cuervo. Con una modesta producción, esta historia se centra en el guion y en los actores que lo interpretan. Por medio de conflictos emocionales, la película pone en escena el miedo y la paranoia de la vida cotidiana de una familia que espera el fin del mundo en una ciudad caótica y agresiva como Bogotá. Una buena obra en la que podemos vernos reflejados con nuestros miedos e inseguridades cotidianas.
2012
Sofía y el terco, Andrés Burgos. Tal vez la película con el humor más blanco del cine colombiano, acostumbrado a risotadas estridentes, chistes de doble sentido y algunos de mal gusto. Una historia sencilla, sin subtramas ni giros sorprendentes, la vida cotidiana vista desde la óptica de una mujer campesina tan humilde como soñadora. Quienes siempre se quejan de la mala imagen de Colombia en el exterior deberían ver esta película, cuya belleza estriba en la sencillez de su guión, la honestidad de sus personajes y la articulación con su slogan: “La rutina te espera todos los días, los sueños no”.
2011
Karen llora en un bus, Gabriel Rojas. El punto de partida de la historia es su mismo título. Muchas veces nos hemos encontrado con la situación de ver a alguien que llora por la calle y tal vez pensemos en el origen de su sentimiento. Gabriel Rojas lo pone en escena en una película en donde la protagonista carga con la mayor parte del peso de la historia, que no es otra que la de una mujer que trata de reconfigurarse después del más duro revés de su vida. Una historia intimista que, sin embargo, se deja ver bien y termina haciéndonos pensar.
2010
Retratos en un mar de mentiras, Carlos Gaviria. Las historias del conflicto armado en el cine colombiano han abordado (y seguramente lo harán más de ahora en adelante) las múltiples aristas de su complejidad. En esta historia, se toca el tema del regreso a la tierra después de años de desplazamiento forzado. En clave de Road Movie, el director cuenta esta historia de los primos que tratan de regresar a su lugar natal con sus traumas y miedos a cuestas y en medio de las dificultades del conflicto aun latente en muchas regiones del país.
Mi invitación final es aprovechar la semana del cine colombiano para acercarse a las historias que cuentan nuestros cineastas, darle la oportunidad a películas que intentan reflejar como somos, sentimos y pensamos como colombianos. Además de los casi doscientos municipios en donde se verán las películas, es posible visualizar online algunas de ellas de manera gratuita en el portal Retina Latina.
Además de las ya mencionadas, estas son mis cinco películas recomendadas para la presente edición de la semana del cine colombiano:
– Manos sucias
– Carta a una sombra
– Gente de bien
– Infierno o paraíso
– Alias María
Pd: Ya está en imprenta mi nuevo libro «Cinefilia: Entre el gusto y la calidad». Quienes estén interesados en asistir a algunos de los lanzamientos que haremos, puede escribirme a mi cuenta de Twitter.
Próximo post: Películas para celebrar la amistad.
Para ver más textos sobre cine y cultura, visita Jerónimo Rivera Presenta
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