Afiche oficial de ‘Encanto’, de Disney

Twitter: @jeroriveracine

La última semana de noviembre tuvimos en Colombia el estreno de una de las películas más esperadas del año: Encanto, dirigida por Byron Howard y Jared Bush y con el gran sello de Disney, la más poderosa compañía de entretenimiento del mundo. Este estreno habría pasado inadvertido si no tuviera un personaje omnipresente y por mucho tiempo promocionado: Colombia. Mucho antes de su estreno, ya las redes sociales se trenzaban en feroces batallas (como suele ocurrir en nuestro país) entre quienes celebraban con emoción que el estudio del ratón posara sus ojos sobre esta humilde esquina al norte de Suramérica y quiénes se quejaban de que en el trailer no se viera la esencia del país ni se abordaran problemas coyunturales y estructurales colombianos.

En ese orden de ideas, lo primero que hay que señalar es que Encanto no es, ni pretende serlo, una radiografía nacional, un documental o un retrato certero sobre Colombia y que nuestro país es elegido, inicialmente, como un telón de fondo, pero también como reconocimiento por ser uno de los más importantes mercados para el cine de Hollywood en América Latina (Lo hicieron en México con Coco). Sin embargo, es justo reconocer que la película va más allá y que sí representa personajes, temas y objetos con una fuerte carga simbólica en nuestro sentimiento nacional. Mencionaré algunos de ellos:

  1. La música: Encanto es un musical y desde allí establece su estilo y estructura. La forma en la que el autor de las canciones Lin-Manuel Miranda y la compositora de la música incidental, Germaine Franco, arman la película en su banda sonora y en las «coreografías» de la historia son de alta calidad y claramente conquistan a los amantes de los musicales por su alto grado de emotividad y recursos sonoros. Colombia aparece, no solo desde lo visual sino también desde lo sonoro por medio de una banda equilibrada que logra condensar de manera sorprendente varios de los ritmos propios del país, como resultado de un proceso muy serio de investigación que da cuenta en su resultado de la diversidad musical del país.
  2. Los intérpretes: Si bien se trata de una película enfocada en un público internacional, Encanto ha apuntado también al público latino al elegir a un elenco en su mayoría hispano que, sin embargo, no involucra grandes estrellas conocidas en Hollywood; permitiendo que actores y actrices colombianos como María Cecilia Botero, Olga Lucía Vives y Mauro Castillo participen en la película. A ellos los acompañan también comediantes como Alejandro Riaño y el popular cantante Maluma que, de todos, es el que menos funciona para la película. Debemos acostumbrarnos, querámoslo o no, a que de aquí en adelante tendremos en todas las producciones, a algunos influencers que, sin ser actores, seguirán haciendo voces de doblaje, en detrimento de la calidad de las interpretaciones. La película también deja en evidencia la necesidad de formación de alto nivel para que nuestros actores y actrices entiendan los retos particulares que encarna el doblaje de personajes animados.
  3. Las imágenes: Si algo resalta de la película es, precisamente, la inclusión de una gran variedad de códigos culturales que pueden emocionarnos a los colombianos y que van mucho más allá de frases de los diálogos como bacano, parcerito o de una. Con la ayuda de una maravillosa dirección de arte y una fotografía que evidencia los avances técnicos de la animación, podemos emocionarnos al ver los paisajes de paraísos naturales colombianos como el valle del Cócora en el eje cafetero y Caño Cristales en la sierra de la Macarena. Se aplaude, igualmente, la reconstrucción arquitectónica de un pueblo similar a Barichara y la aparición de los trajes típicos de Vélez (Santander) y otras poblaciones del país. Allí se evidencia que este proceso se hizo con seriedad y da tranquilidad saber que Disney no cayó en el estereotipo de polvorienta aldea mexicana con el que usualmente nos representa. La fauna y la flora también están sorprendentemente bien representadas con especies nativas de distintas regiones del país como el chigüiro, la danta, el jaguar y los tucanes y de una amplia variedad de flores que ponen en evidencia la biodiversidad de Colombia (con homenaje al desfile de silleteros de Medellín incluido); así como el café y las esmeraldas. Todo está condensado en un mismo lugar ficticio e indeterminado llamado Colombia y así debe leerse; por eso resultan absurdos los comentarios que critican que se haya volcado todo el país en un solo espacio.
  4. La trama: Aunque la historia es bonita y de fácil comprensión para toda la familia, puede resultar bastante predecible y, prácticamente, se cuenta toda desde el trailer; así que el guion no es el principal mérito de la película, pero sí se valora que se incluyan en la historia emblemas tan importantes de la cultura colombiana como las arepas, las mariposas amarillas de Cien años de soledad (García Márquez) y la casa como un persona más. Para quienes han pedido que también se incluya la situación de violencia del país, la película incluye también un reconocimiento del duro conflicto armado que Colombia ha padecido sin necesidad de explotarlo y como un recurso dramático que, de cierta forma, hace homenaje a la resiliencia y capacidad de lucha de los colombianos. La metáfora de la casa que acoge y protege a la familia es bien recibida en un país en que los ciudadanos necesitamos muchas veces sentir esa seguridad.

Foto: Disney

El mensaje de la película representa claramente el sentir de la mayoría de los colombianos frente a su familia que, en muchos casos, es la única institución en la que puede confiarse ante los problemas de fondo que históricamente ha enfrentado el país. A pesar de la tristemente alta cifra de maltrato intrafamiliar, para muchos colombianos la familia sigue siendo un refugio de amor y confianza y el principal motor para luchar en un contexto muchas veces hostil.

Encanto apunta directamente a esto: a expresar que el coraje y la valentía de los colombianos son lo que han permitido que un país como el nuestro haya podido enfrentar las más difíciles situaciones y, aun así, siga sonriendo y cantando. Encanto no es la mejor película de Disney y está lejos de la calidad narrativa de películas como Coco Moana, por mencionar dos recientes, pero sí es un hermoso y juicioso homenaje a nuestro país que debe alegrarnos por encontrar por fin una mirada foránea cariñosa con nuestro hermoso territorio y aquellos valores que a veces nosotros mismos no somos capaces de ver y apreciar.

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