Imagen: Hugo Molano Rojas

Algunos economistas sostienen que en Colombia abunda la pobreza porque hemos dejado de producir ricos para dedicarnos a producir pobres.

Tesis ingeniosa. Pero, ¿cómo evitar que la pobreza siga amañándose, como hoy se amaña, en el cuerpo de los pobres? Mejor dicho, ¿qué hacer para que un pobre logre echar de sí la pobreza y hacerse rico cuantas veces le viniere en gana?

“Para eso los creadores de riqueza inventaron las técnicas de autoayuda y superación personal”, responderían los economistas. Y acabarían proponiendo que “quien decida hacerse rico de la noche a la mañana, que se atiborre de cuantas técnicas de superación personal haya en el mercado”.

Es lo que propondrían los economistas, porque desconocen los diversos usos que se pueden dar a los dineros públicos. Los políticos, en cambio, formularían, por su parte, lo siguiente: “No hay que andarse con psicologías baratas y bobadas de superación personal. ¡Nociones de corrupción personal es todo lo que precisa el pobre para hacerse rico!”.

Dicho y hecho. Estas nociones salieron ya a la luz pública. Se hallan en un folletín que al parecer recoge la brillante experiencia política del bachiller Ernesto Macías, como bien lo confirma su título: Corrupción o pobreza absoluta.

Algunos conceptos de este folletín se transcriben enseguida. Ojalá algún aprendiz de estadista las ponga en práctica y se convierta así en discípulo aventajado de Andrés Felipe Arias, quien, hoy por hoy, parece más hombre de picota que hombre de Estado. Son:

“Tenemos derecho al trabajo. Deshonra nuestra labor quien nos tilde de corruptos. No nos sigan llamando así. En vez de corruptos, llámenos hombres en condición de corruptibilidad, así como a un uribista, en lugar de llamarlo uribista, se le dice, por no ofenderlo, hombre en lamentable condición de uribidad.

“No saqueamos las arcas públicas. Promovemos la equidad. Es decir, tomamos una parte de la riqueza del Estado, y algo de esa parte la distribuimos luego entre los pobres de Colombia. Claro, mediante una sana y democrática compraventa de votos.

“Sin el famoso papayazo fracasaría nuestro negocio. Por tanto, estamos obligados a: aliarnos con el funcionario apropiado, con él generar papayazos de mucha ganancia y poca cárcel, y, por último, creer que el mejor papayazo de nuestra vida no es el de ahora, sino el próximo.

“Las oportunidades de realización laboral que brinda nuestro negocio son variadas. Van desde el peculado hasta el enriquecimiento ilícito, pasando por el cohecho y la concusión. Recomendamos la celebración indebida de contratos, ya que, cuanto más indebida sea, más ganancias deja”.

Buen provecho.

*Contenido satírico. Meramente burlesco.