La Dirección Nacional de Asentamiento Pulmonar, que comanda en Colombia las operaciones del Coronavirus, entregó ayer el siguiente comunicado:

Del Coronavirus para la sana opinión pública nacional: Nuestro ingreso a Colombia levantó rumores que nos han herido profundamente. Los acabaremos. Debemos hacerlo por gratitud a los pulmones que hoy nos hospedan, y en los que nos reproducimos con un gustazo que ya quisieran sentir todos ustedes, amigos y amigas colombianos.

Así que, al grano: conquistamos el cálido pulmón nacional gracias a la colaboración del gobierno de Duque. Nuestra eterna gratitud al señor Presidente.

Expulsados de China, pulmonizamos (no aterrizamos) en Venezuela. Si las bondades que promete el castrochavismo nos hubieran seducido en aquel momento, como el régimen pretendía, hoy seríamos un bicho en vía de extinción. Y por ahora no pensamos desaparecer pues contamos ya con un aliado poderoso: Donald Trump. Un socio de lujo.

Huyendo despavoridos de las maravillas del castrochavismo pulmonizamos en Colombia. En la de Iván Duque, por fortuna.

Nuestra suerte cambió, por supuesto. Los pulmones criollos nos esperaban. Así lo dieron a entender sucesivas embarradas del gobierno colombiano. Papayazos, que llaman. Y así nos hicimos al hospitalario pulmón nacional: de papayazo en papayazo.

Estos y sus autores fueron los siguientes:

Iván Duque, arrodillado, orando: qué gran papayazo éste. Pues Iván, rezando, parecía decirnos: ‘Entren, entren, que ya veré cómo se las arreglan ustedes con las tropas antivirales de la Virgen de Chiquinquirá. No entramos: decidimos esperar, en cambio, la aparición de los chiquinquireños batallones celestiales.

El otro nos lo proporcionó la vicepresidenta Ramírez cuando dijo: ‘hay mucha gente apostándole a medidas extremas que no son necesarias’. Qué alivio. Tampoco entramos. Tranquilitos seguimos esperando la aparición de la Virgen y sus temibles tropas de asalto.

El papayazo final nos lo dio la ministra Alicia Arango mientras decía: ‘Todavía no es el momento, no hemos llegado a la semana cuatro’. Al son de este papayazo entramos. Y hoy continuamos entrando, puesto que ella aún no sabe qué diablos es la semana cuatro, y en qué año va a llegar. Y no lo sabrá jamás.

Apoyaremos el progreso económico de este país. De hecho, ya pusimos en marcha planes de desarrollo que fertilizarán aún más el suelo colombiano. Entre ellos, y el que más fertilizará, nuestro famoso Plan Nacional de Desarrollo Funerario.