Nuestros honorables congresistas, ¿qué han hecho, en últimas, por el pueblo colombiano durante estos meses de pandemia?

Digamos que al menos se han esforzado por cobrar el sueldo mensual, que sube a 34 millones de pesos. De lo otro, nada. Como siempre.

Ellos no son vagos porque sí. La culpable es la holgazanería, que siempre está a disposición del Congreso. Ante ella, lo único que los congresistas pueden hacer es esforzarse por no defraudarla. Y a fe que nunca la han defraudado.

Como jamás han podido desmentir aquel famoso refrán que dice que mientras en la vida real el vivo vive del bobo, en la democracia el legislador vive del trabajador.

¿Pero es que la holgazanería nunca descansa de su trabajo en el Congreso? Esta vez sí. Y por eso, y tras 100 años de labor en el Capitolio, tuvo que irse de vacaciones.

Se fue, en efecto. Así que los congresistas tuvieron que ponerse a trabajar. En una sola ley, claro está. Pues, según ellos, empeñarse en muchas a la vez “sería atentar contra los valores de la venerada y noble virtud de la vagancia”.

Una sola norma, sí, pero que, según información oficial, muestra la eficacia que los 280 legisladores han desplegado en su elaboración.

Es lo que cree la ministra Alicia Arango. “Si el Congreso hubiera laborado normalmente, esta ley habría favorecido apenas a 531.000 ciudadanos. Pero como en ella han trabajado los 280 congresistas, y los están haciendo en horas extras y los domingos y feriados, el número de beneficiados llegará a 1.567.000”, informó la funcionaria.

“Y espera el gobierno que al menos los perros reconozcan este esfuerzo”, agregó la ministra.

Sí, a los perros, puesto que para ellos es la norma. Según su autor, el representante Edward Rodríguez, del Centro Democrático, los animales de compañía deberán poseer y portar en adelante cédula de ciudadanía.

Así que, ¿se necesitaron 4 meses y 280 congresistas para que la cédula de ciudadanía sea otro de los tantos privilegios otorgados por ley a los perros criollos?

“Sí, porque hubo muchos debates. Y tan extensos que cuando no dormíamos debatíamos, y cuando debatíamos, dormíamos”, bromeó el senador Ernesto Macías, a quien los canes ven ya como su líder más carismático.

Y contó además que se debatieron temas tan fundamentales como estos:

“¿La cédula le daría al perro el derecho al voto?”. “Efectos de la cédula en la personalidad de las pulgas que residen en el perro”. “Decadencia del trasero del perro frente a la cédula, su nuevo medio de identificación”.

Si las cosas siguen como van, en la próxima legislatura el Congreso debatirá y aprobará muy seguramente la cedulación de otro de nuestros animales de compañía: el familiar y penetrante zancudo calentano.