Antes de su entrada al avión que lo llevaría a Corea del Sur, el presidente Duque se quejó del nulo interés que los colombianos le dan al ahorro de inteligencia humana.

“Yo la he ahorrado como el que más. Seré el expresidente con las reservas de inteligencia más altas de nuestra historia. Reservas a las que ya veo perversamente ignoradas, cuando no ridiculizadas”, dijo un atribulado Duque a quienes acudieron a despedirlo.

“No hay funcionario de este gobierno que no haya ahorrado intelecto. La asombrosa cantidad de inteligencia reunida no se perderá. Estoy a punto de convertirla en inteligencia artificial, para lo cual inventé un método que está esperando los últimos retoques de belleza”, se ufanó la vicepresidenta Ramírez.

Se sabe que el Centro Democrático apoya con fervor patriótico la economía mental de Duque. Y reconoce que, gracias a esa saludable práctica, el Cociente Intelectual (CI) presidencial ha descendido sustancialmente, y puesto la Presidencia al fácil alcance de muchos colombianos.

Con todo, nunca el cociente presidencial fue obligado a caer tan bajo como cayó cuando la senadora María Fernanda Cabal anunció su precandidatura presidencial.

“Tras este sainete, el Partido determinó fijar el CI requerido para ser presidente de Colombia. Lo fijó en 100 puntos, que hoy en día es el de Duque, y no en 130, que es el de los genios”, explicó Paola Holguín.

Algún chistoso interrumpe la erudita exposición de la Holguín y apoya un CI presidencial de 100 puntos, “pues se trata de suceder a Duque, y no de una investigación sobre El enfriamiento sexual como producto de la calvicie púbica.

La Holguín terminó la charla diciendo que “de los 130 puntos de CI con que la generosa Providencia me adornó, 100 gastaré en la campaña electoral. Los 30 sin usar los ahorraré, y con el tiempo se los cederé a alguien a quien con seguridad no le van a sobrar: a Tomasito Uribe”.

“Me preocupa el elevado y soberbio Cociente Intelectual del candidato Petro”, atronó la senadora Paloma Valencia.

“Según sus eficaces servicios de incienso y adulación, él empezó campaña con un CI de 140 puntos. Esa falta de seriedad debe llenarla reduciendo su CI a 100, como yo lo hice”, gritó la Valencia.

Y le propuso a Petro dos de las actividades más eficaces y conocidas en Colombia para bajar el CI: la lectura de la revista Semana y ver en televisión Noticias RCN.

“O que haga lo siguiente: que de los 140 puntos que tiene de CI, le quite 40 a la campaña, y los invierta, mejor, en hallar el modo de consentir a las gallinas que sufren de depresión por no poder engendrar huevos a $1.800 la docena”, bromeó, finalmente, la Valencia.