La moderna y próspera astucia paisa se halla más activa que nunca. Es tal la cantidad y variedad de artículos de lujo que está produciendo y ofreciendo, que hasta el más ilegal de los sanandresitos se encuentra al borde de incurrir en legalización. 

Todo esto ocurre por una razón sencilla: porque ningún sanandresito viene a la vida con los dones necesarios para elaborar y vender productos tan indispensables para el bienestar de los pueblos, como las candidaturas presidenciales y otras baratijas semejantes. 

Por lo visto, a Antioquia le sobran esos dones. Cuenta con instalaciones de última generación dedicadas, no solo a la elaboración de candidaturas presidenciales, sino a fabricarlas a gusto y pedido de la clientela. Para la muestra, estos clientes: 

Para los colombianos que sueñan con sorprender a las ballenas en su mejor bostezo, ahí está Sergio Fajardo; Luis Pérez está hecho para quienes aplauden que Otoniel ya está gozando de retiros espirituales perpetuos en un refugio gringo; y para aquellos que creen posible un gobierno peor que el de Duque, ahí está el buen Fico. 

Pero una cosa es lograr el montaje de la candidatura de Fico, por ejemplo, y otra muy distinta convencer de las bondades de este producto a unos clientes que saben que carece de todas: de las humanamente normales, e incluso de las generosamente inventadas. 

Y es que la candidatura de Fico, y él mismo, ostentan tal cantidad de defectos de fábrica, que haría bien en regalar varios de ellos a Ingrid y a Sergio, con la seguridad que, si ambos los aceptan, subirían sustancialmente en las encuestas. Además, Fico no los echaría de menos. A los defectos, claro está. 

Ante la necesidad de ocultar fallas y abrir más mercados a Fico, la picardía paisa llegó a preguntarse: ¿Por qué conformarse con una sola candidatura y un solo candidato, cuando a la clientela podríamos ofrecerle dos candidatos y una sola candidatura? 

La picardía lo pensó y, respondiéndose a sí misma, sacó a la luz pública a Fico y a Federico: dos paisitas distintos y una sola candidatura verdadera. La Trinidad imperfecta. 

Fico y Federico comparten ambiciones, ideales, sueños y calzoncillos. A primera vista parecen la misma persona, pero no lo son. Los separa su trabajo en la campaña actual. 

Según lo ordenó la picardía paisa, Fico es apenas el candidato, no será el presidente. Su misión, lograr los votos que instalarán a Federico en la Presidencia. Su estrategia, hacer uso de su irresponsabilidad y prometer al elector todo lo que le viniere en gana. Y algo más, si es posible. 

Y Federico será el presidente, no el candidato. Como gobernante, estará obligado a incumplir responsablemente cada una de las promesas que Fico soltó durante la campaña. Como electores, sabemos que su sentido de la responsabilidad le va a alcanzar para incumplirlas todas. 

Y así, entre ficos y federicos, entre promesas y engaños, la astucia paisa seguirá ocupando la Casa de Nari.