Ante los líderes más belicosos de la oposición, Polo Polo enumeró los éxitos de las marchas que en rechazo a Petro se llevaron a cabo el pasado 15 de febrero, y también las dificultades que estas tuvieron que superar.

Polo Polo convocó la reunión, la presidió y fijó el tema: El asfalto y sus efectos paralizantes en los golpes de Estado. «Al fin y al cabo él ya es, por derecho natural, el jefe supremo de la oposición», dijo uno de esos líderes.

Así que el jefe supremo comenzó diciendo: “Me he propuesto propinarle a Petro un gran golpe de Estado, con el fin único de mejorar su gestión. Las marchas me fallaron. Sé, sin embargo, que lo dejaron tambaleándose”.

Y continuó explicando:

“Surgieron varios problemas. Uno, los golpistas bogotanos. Pedí 100.000 efectivos y apenas obtuve 14.530. Los infames desertores alegaron que la vagancia opositora les produce pereza, y que el mejor día para dar golpes de Estado no es el miércoles, sino el sábado.

“El segundo, la escasez de emberracamiento ciudadano. Poco hay en las calles, y ese poco cuesta una fortuna. Culpo de semejante descalabro a la reforma tributaria de Petro.

“Estas dificultades harían retroceder al más osado de los golpistas, pero no a mí. Tomé del cuello al estadista en bruto que soy, y lo arrastré hasta las puertas de la Casa de Nariño. Pero allí nuevos obstáculos me aguardaban.

“El mayor de ellos, los porteros. Dijeron que el presidente estaba viajando y que le era imposible atenderme. Entendí entonces que mi golpe de estado sería declarado inconstitucional si Petro no lo recibía personalmente. Insistí, sin embargo, en la urgencia de llevar a cabo mi propósito.

“Viendo mi afán, los porteros me informaron que, como se trata de dar golpe de Estado, Petro me recibirá el próximo 19 de agosto, a la tres de la tarde, día y hora que él destina a asuntos de menor importancia.

«Así que las marchas nos dejan, queridos líderes, esta enseñanza: que golpes de Estado no se dan todos lo días, y esta certeza: que Petro ya empezó a tambalearse.

“Puesto que esta vez los golpistas fueron amas de casa que odian perderse la telenovela de la tarde, disolví las marchas y aplacé la urgencia de mi gran golpe hasta la fecha fijada por los porteros”, concluyó Polo Polo, jefe supremo de la oposición.