El próximo jueves 17 de junio Canadá presidirá la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos. De cara a la Conferencia quisiera destacar algunos elementos.
Reconozco y celebro el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos. Esta medida del gobierno de Colombia busca acoger legalmente a ciudadanos venezolanos que se han visto obligados a huir de la crisis y buscar mejores oportunidades. El Estatuto de Protección Temporal para Migrantes, que tendrá una vigencia de 10 años, busca acoger legalmente a los más de 1,7 millones de venezolanas y venezolanos, quienes han llegado a Colombia desde Venezuela huyendo de la crisis, y permitir que se integren a la sociedad colombiana. Dicha decisión es un acto de solidaridad sin precedentes y es una política líder, que muy probablemente servirá como ejemplo e inspiración para otros países de la región.
Quisiera también felicitar al pueblo colombiano y a las comunidades receptoras por su generosidad y solidaridad con los migrantes venezolanos. Reconocemos la generosidad de Colombia con la población migrante venezolana y el desafío y alto costo que ello ha implicado. En ese sentido, es importante señalar que las contribuciones realizadas durante la Conferencia no son solo para los migrantes venezolanos sino también para las comunidades de acogida.
Canadá reconoce que la crisis migratoria venezolana es la crisis más sub-financiada de la historia moderna, cuando se compara con los esfuerzos que se han logrado alrededor de otras crisis como en Siria y en Sudán el Sur. Como lo resume la Brookings Institution en uno de sus estudios: “los refugiados venezolanos y sus comunidades receptoras necesitan financiación, no simpatía”. Este informe señala con cifras de 2020, que en Siria se habían logrado 20.8 mil millones de dólares (USD), en Sudán del Sur USD 3,2 mil millones y para Venezuela USD 1,400 millones. Según estas cifras, añade el Brookings Institution, el financiamiento total por refugiado asciende a USD 3,150 en Siria, USD 1,390 en Sudán del Sur y de tan solo USD 265 en Venezuela. Lo anterior ha hecho que buena parte de los esfuerzos hayan recaído sobre los países receptores, que como Colombia han acogido a más de dos millones de migrantes venezolanos. Por ello, hacer más visible esta crisis es un objetivo clave de la Conferencia de Donantes, procurando sensibilizar sobre áreas prioritarias, brechas, desafíos y oportunidades.
Desde 2019, Canadá ha asignado 86 millones de dólares canadienses (CAD) en asistencia internacional para responder a la crisis de Venezuela, tanto dentro de Venezuela como en los países anfitriones de América Latina y el Caribe. Esto incluye más de CAD 38 millones en fondos de asistencia humanitaria con perspectiva de género para ayudar a satisfacer las necesidades inmediatas de las personas afectadas por esta crisis. Además, Canadá anunció el 27 de mayo una contribución de CAD 50 millones a la Organización Panamericana de Salud para apoyar la vacunación contra la covid-19. Al menos 16 millones de dólares de esta contribución apoyarán directamente las necesidades de América del Sur, incluyendo Colombia.
Canadá es también parte del Grupo de Amigos del Proceso de Quito que apoya a los países que reciben buena parte del flujo migratorio y que buscan dar respuestas coordinadas a la crisis. En estos procesos de coordinación multilateral y de cara a la Conferencia, hemos identificado nuevos donantes que permitirán movilizar recursos adicionales.
Frente a la Conferencia y experiencias pasadas, es evidente que no es suficiente el compromiso y las buenas intenciones. Es fundamental asegurar que los recursos estarán disponibles, con mecanismos de seguimiento concretos que permitan identificar acciones futuras y contribuir al cumplimiento de los compromisos.
Para concluir, no podemos olvidar la raíz del problema y de la crisis migratoria. Ante esto, Canadá continuará trabajando para ayudar a los venezolanos a encontrar una solución a la crisis a través de un retorno pacífico a la democracia.