Conocí la historia de dos estudiantes que compartían apartamento, y una de ellas se quejaba de su “roommate” porque demandaba mucho de su tiempo, quería que estuvieran siempre juntas, se había vuelto “aburrida” y le quitaba espacio para hacer planes con otras personas. Poco después, supo que su compañera sufría de una fuerte depresión y lamentó no haber puesto más atención a su amiga para apoyarla oportunamente.
En una época como la actual, llena de presiones y preocupaciones, nos encontramos tan distraídos y enfocados en nosotros mismos que tendemos a olvidarnos de aquellos que están a nuestro alrededor y pasamos por alto una serie de señales silenciosas a través de las cuales nos piden ayuda.
El Informe Mundial de Salud Mental de la OMS de 2022, asegura que mil millones de personas en el mundo viven con un trastorno mental y el 15 % de los adultos que están en edad de trabajar lo experimentaron.
Es una realidad que la salud emocional requiere de una atención especial, no solo por parte de los países o los especialistas, sino por todos quienes estamos cerca de aquellas personas que, sin saberlo, nos necesitan y a quienes podemos brindarle un apoyo significativo. Como dijo una vez el psicólogo estadounidense Carl Rogers, ser empático es ver el mundo a través de los ojos del otro y no ver nuestro mundo reflejado en sus ojos.
No se trata de volvernos psicólogos, pero sería oportuno que, en medio de nuestros propios problemas, nos demos más tiempo para compartir con nuestra familia, colegas y amigos e interesarnos auténticamente en ellos, de manera que tengamos más oportunidad de identificar si alguno de ellos está pasando por un momento difícil y si necesitan en quien apoyarse. Así, seguramente no vamos a hacernos después, preguntas como: ¿Por qué no me di cuenta lo que pasaba? o ¿Cómo no lo vi venir?
Esta actitud ayudaría, además, a que nos sintamos mejor con nosotros mismos porque cuando nos enfocamos en otros, nuestra vida se vuelve más satisfactoria.
Hoy existen líneas telefónicas atendidas por profesionales especializados dedicadas a dar ayuda en casos de salud mental, y también aplicaciones para acudir por consejo experto. Asimismo, algunas empresas en sus áreas de bienestar tienen internamente este servicio para sus colaboradores. Sin embargo, muchas personas pueden sentirse avergonzadas por padecerlos y no acuden. Pero no hay por qué apenarse frente a una situación que es más común de lo que podríamos imaginar, en un entorno social y profesional como el actual. Es mejor pedir ayuda a tiempo.
Contribuyamos a ser parte de la solución. El llamado es a ocuparnos más por los demás y no esperar a que un amigo o familiar llegue a su límite. Mañana podríamos ser usted o yo. Seamos ese apoyo que tanto nos gustaría tener si fuéramos nosotros.