Por María del Pilar Barrios

Alguien afirmó que la existencia humana es muy curiosa, porque cuando empezamos a ser más sabios, es cuando morimos. Y creo que tiene razón. Por eso, es inspirador cuando escucho sobre personas, que en edad de “buen retiro” continúan viviendo intensamente, aportando lo mejor de ellos y disfrutando de su vida.

Ver a personajes como Luis Carlos Sarmiento con 90 años dirigiendo su grupo empresarial, a Ángela Stella Camacho quien a sus 76 años está al frente de la Red Colombiana de Mujeres Científicas,​ a los Rolling Stones organizando y dando conciertos, cuyos miembros rondan los 80 años y a Adriana Ocampo de 68 años como directora  del programa de ciencia de la NASA, me  parece motivador.  ¿Y qué tal Mario Hernández y Arturo Calle?

Por supuesto existen muchas más personas, mujeres y hombres, con menos fama y reconocimiento, en todas partes del mundo, quienes con esos mismos años de vida igualmente hacen cosas maravillosas y se mantienen activas para bien de ellos, sus familias y su entorno.

¿Cómo lo logran? No lo sé y me causa mucha curiosidad. Tal vez a eso se debe que me haya llamado tanto la atención lo que Clint Eastwood, quien con 93 años sigue actuando, dirigiendo y produciendo películas exitosas, le dijo a un cantante de música Country cuando este le preguntó sobre el secreto para su intensa actividad a su edad.

Eastwood, le compartió su fórmula para estar vigente, y lo expresó con una metáfora que me encantó: “Cuando me levanto todos los días, no dejo entrar al viejo. Mi secreto es el mismo desde 1959: mantenerme ocupado. Nunca dejo que el viejo entre en casa. He tenido que sacarlo a rastras, porque el tipo ya estaba cómodamente instalado, dándome un puño a todas horas, sin dejarme espacio para otra cosa que no fuera la nostalgia.

Hay que mantenerse activo, vivo, feliz, fuerte, capaz. Está en nosotros, en nuestra inteligencia, actitud y mentalidad. Hay que aprender a luchar por no dejar entrar al viejo. Ese viejo que nos aguarda, apostado y cansado a la orilla del camino para desanimarnos. Hay que darle la espalda al viejo murmurador, lleno de rabia y quejas, de falta de valor, que se niega a si mismo que la vejez pueda ser creativa, decidida, llena de luz y de proyección.”

¡Increíble! Y él hace esto desde los 29 años. ¿A qué edad entonces, empieza “el viejo” a tratar de entrar en nuestras vidas? Probablemente en cualquier momento.

Siento que lo importante para mantenerse “activo, vivo, feliz, fuerte y capaz” independiente de la edad, es crear un propósito y empeñarse en alcanzarlo. A lo mejor en esa búsqueda, encontremos oportunidades más satisfactorias de las que imaginamos.

El ser humano es de retos. ¿Han notado por ejemplo, que después de escalar una montaña, las personas quieren subir nuevamente a pesar de las dificultades y los riesgos? Los escaladores creen que se debe a que lo importante no es alcanzar la cima, sino el camino y los obstáculos que se encuentran en el recorrido.

Sin embargo, la emoción por lo logrado, no dura mucho y en poco tiempo se están preguntando ¿qué sigue? Es la esencia del ser humano y constantemente queremos algo más. Es lo que nos mueve para seguir creciendo.

Siempre tendremos al “viejo” rondando cerca a nuestra puerta. Por eso necesitamos estar preparados para decirle que no nos encontramos disponibles, porque tenemos planes y los estamos viviendo intensamente.