El reguetón, ese género urbano que despierta todo tipo de pasiones, que conquista a la juventud y que tiene –hay que decirlo—detractores que reclaman que más que “tum, tum, tum” tenga letras que valgan la pena, tiene más de una semana en el ojo del huracán y los premios Grammy, son, de alguna manera, el detonante.
Y es una controversia que me hizo viajar en el pasado, para remontarme 83 años atrás, cuando a través de las notas mágicas de “La gota fría”, el maestro Emiliano Zuleta Baquero, en una noche de parranda, batiera en duelo de versos y acordeón a su rival de entonces, Lorenzo Morales.
Y esta nueva versión –en tiempo y en estilo musical– de “La gota fría”, empezó el pasado 28 de septiembre cuando la Academia Latina de la Grabación dio a conocer la lista de músicos y artistas nominados en su edición 2021. Aparecen entre los nominados, nombres reconocidos y otros que vienen en ascenso. Ahí están artistas como Bad Bunny, Mon Laferte, Camilo (con diez nominaciones), Juanes, Juan Luis Guerra y el colombiano J Balvin, entre otros, quien, a pesar de contar en plataformas con casi 60 millones de escuchas, solo tuvo dos nominaciones.
La chispa de uno de los enfrentamientos más llamativo de los últimos tiempos entre artistas de la música la encendió Balvin con un quejoso tuit en el que, según él, la Academia “los usa porque los necesita, pero que no los valora”. El talentoso cantante paisa, hizo también un llamado a sus colegas al boicot: a no presentarse a la ceremonia. ¡Y ahí fue Troya!
Leyendo los dimes y diretes en el post de Twitter o viendo los videos de Instagram, viralizados a través de YouTube de uno y otro, rápidamente me di cuenta de que Balvin iba a quedar mal parado. Ante la creativa y tal vez demasiado fuerte andanada de Residente, veía muy difícil que el reguetonero colombiano pudiera dar esa pelea. Eso me hizo acordar cuando una vez uno de mis maestros de periodismo me dio un consejo que he atesorado durante décadas: “Puedes pelear contra alguien más fuerte; pero procura no enfrentarte a un rival más inteligente”. Y esa parece ser la lección que el padre de Balvin, del que se dice está detrás del artista aceitando la fábrica de hacer millones, nunca le enseñó a su hijo.
Sobre ese cuadrilátero virtual en que se estaban lanzando jabs, ganchos y haciendo finas fintas a punta de mensajes en redes, estaban dos grandes de la música latinoamericana. Cada uno con talentos definidos. Pero, sin duda, uno de ellos con la ventaja de la palabra fácil, la prosa fina, el humor ácido y un gran sentido para las metáforas y la analogía. Las respuestas que René Pérez Joglar, mejor conocido como Residente, –exageradas para algunos— terminaron apabullando a Balvin.
Empieza el combate
Después del llamado al boicot a una gala que, precisamente, era homenaje a la vida y obra de Rubén Blades, René dejó en claro en su réplica, casi que rapeada, que J Balvin está molesto porque no tuvo muchas nominaciones: “Yo te creería lo del boicot si, no sé, el año pasado cuando te nominaron 13 veces no ibas pa’ los Grammy. Pero ahí tú no pediste boicot, de seguro tenías hasta cambio de ropa para cada premio. Pero como de las 13 nominaciones, te ganaste un solo Grammy, ahora vuelve el boicot”, dice Residente, quien hace una creativa analogía sobre la música de Balvin, a la que compara con un “carrito de hot dog”:
“Tienes que entender, José, es como si un carrito de hot dog se molestara y se encojonara porque no se puede ganar una estrella Michelin. “Te explico, pa’ que entiendas: tu música es como si fuera un carrito de hot dog, que a mucha gente le puede gustar o a casi todo el mundo. Pero cuando esa gente quiere comer bien, se van a un restaurante y ese restaurante es el que se gana las estrellas Michelin”
El mensaje de este primer video fue tan contundente, que Balvin debió buscar los medios para zanjar las diferencias; promover un pacto de “no agresión” porque la prosa de Residente –ya demostrada en sus innumerables éxitos compuestos por él, cargada de ácida crítica social, humor, cotidianidad y, por su puesto sexo—no le iban a dar ningún chance a Balvin para sobrevivir a este combate.
Y es que René Pérez Joglar, el popular Residente y quien saltara a la fama de la mano de la agrupación Calle 13, fue contundente en cada round librado en contra de Balvin. Y sus estrategias de argumentación se basaron en lo que representa ser auténtico, ser coherente entre lo que se hace y lo que piensa y ser solidario. A todas estas, los números también lo apoyan: Residente acumula 31 premios Grammy en su carrera y hoy se le considera como uno de los cantautores más influyentes de América Latina por su poder de crítica social; por su mensaje de reivindicación a los menos favorecidos y por la picardía desparramada en sus letras, que saca carcajadas. Su mensaje, su música y sus composiciones son un reflejo, según muchos especialistas del mundo de la farándula, de lo que es el artista es como persona.
En este match de dos colosos nadie pone en duda sus talentos. Nadie se atrevería a negar, por ejemplo, el enorme talento que J Balvin posee, –no por nada tiene tantos fans y lidera la lista de escuchas en las plataformas- pero su perfil debe decir más que solo “esto es el negocio, socio”. Porque tener tantos seguidores te entrega una responsabilidad con la gente, y más cuando eres líder de un género urbano, ese mismo que le habla al de la calle, al desprotegido, al del común, al que quiere salir adelante. Y eso lleva a la pregunta ¿Quién asesora a Balvin? ¿Su padre? Porque dejarlo aceptar un rifirrafe contra un rival con una prosa dura, creativa y explosiva, como la de Residente, es como aceptar ir a la guerra sin un fusil.
Y eso mismo dio pie al segundo round de este combate donde se habló de deslealtad, identidades múltiples, diseño y venta de prendas de vestir con logotipos de carritos de hot dog, y, por supuesto, del talento.
Segundo round
“José, vi que subiste un merch, así como si fueras el más capo, entonces me interesa que la gente sepa el tipo de persona que eres (…). Yo soy un hombre de palabra, a diferencia de ti, además de que sería aburridísimo tirarte”, dijo el cantante de “Yo te quiero a ti”. Falta de compasión por los demás; haber olvidado a los que les debe su estrellato; dar discursos sobre dinero y economía; ausencia de sensibilidad social y, sobre todo, falta de identidad, fueron algunos de los uppercut con los que el mítico vocalista de Calle 13, terminó mandando a la lona –con aterrizaje forzoso—al reguetonero colombiano.
“Tu papá debería enseñarte valores, porque no todo en la vida es negocio y que es importante la lealtad”, arremetió en este segundo enfrentamiento, suscitado por lo que él llamo deslealtad: Balvin pidió que Residente retirara el video de las redes y él iba a retirar lo de sus “carritos de hot dog” y el llamado al boicot de los Grammy, pero según el portorriqueño, el colombiano no cumplió la promesa.
Sin duda la frase más dura de Residente —quien hace una detallada explicación sobre la supuesta falta de palabra de Balvin– es que “Yo soy una sola persona, no 20 diferentes. Tu único talento es no tener talento y hacer parecer que sí lo tienes”.
En este punto cabría una reflexión sobre la proporción de la respuesta contra lo planteado por Balvin. ¿Es necesario? ¿Era de verdad necesario que se sacaran todos esos trapos al sol cuando son colegas que permanentemente se encuentran en giras y galas de música? La creatividad y astucia de Residente para responder, sobrepasa los intentos de reacción de Balvin, pero, a la vez, también nos hace cuestionar sobre los excesos a los que podemos caer cuando traspasamos el umbral de lo profesional a lo personal.
Para terminar de rematar, hace pocos días se hicieron públicas en las redes sociales del ex Calle 13, una foto en la que sale sonriendo, posando con Juanes, a quien en el primer video él había hecho referencia, aludiendo a lo que, según el puertorriqueño, sería “un acto de deslealtad e ingratitud” con el intérprete de “La camisa negra”.
La foto explotó las redes y hablan de una supuesta toma de partido de Juanes en esta polémica, a favor de Residente.
Y es que hasta las protestas sociales en Colombia salieron a relucir también entre esos trapitos al aire: “Fue por un mensaje que te lo escribe un puertorriqueño, porque no te sale ni eso. Pa’ colmo, lo pegas literal del WhatsApp debajo de tu video y eres tan mentiroso, que le pones ‘José’, como si lo hubieras escrito tú”, disparó René sin piedad.
¿Habrá un tercer round? ¿Balvin será consciente que no se deben cazar peleas que no se pueden ganar? ¿Podrá el destino, en un futuro, volver a unirlos como colegas y personas?
No sería de extrañar que el colofón de esta historia podría ser el salto de las redes y los videos a la música. Y seguramente el que sea capaz de componer y grabar esta batalla tan épica como la de Emiliano Zuleta –el popular Viejo Mile– y Lorenzo Morales que terminó con la paliza que el primero le propinó al otro en “La gota fría”, termine con la victoria del que sepa componerla y recrearla con picardía en verso y prosa.
Y creo que, a estas alturas, ya sospechamos quién será el que gane.