«Si hay algo que no es lineal es un ser vivo. Mucho
menos un equipo de fútbol compuesto de 25 seres vivos» Juanma Lillo.
Partido jocoso el de ayer entre el Peks team y el renovado Brasil de
Menezes. Trepidante desde el inicio, con vaivenes de alta intensidad que
pronosticaban, con seguridad, un choque de trenes. Evidentemente así fue, pero
con varios detalles para reflexionar:
Me gustó muchísimo la propuesta de la Canarinha al
pararse con tres en el fondo, poblando la medular con jugadores de extrema dinámica
y buen pie. Paulinho y Ramírez en términos generales se quedaban respaldando a
su defensa (se descolgaba un poco más el del Chelsea), para así darle vía libre
de acción tanto a Alves como a Thiago Neves por las líneas de cal.
Muy participativos y a punta de velocidad generaron
grandes momentos de asocie. Oscar, Kaká y Neymar, junto con los anteriormente
nombrados, dejan ese cuero chiquitico cada vez que entran en sintonía. Y es que
Menezes viene moldeando de forma artesanal la idea de juego que proyecta y que
aún le falta (mucho), pero que con seguridad logrará afilar de cara al 2014 en
su feudo.
Colombia no jugó mal, pero tampoco lo hizo de forma
monumental como he leído/escuchado en distintos medios. Por lo reflejado en el
terreno, José Nestor apostó (creo yo, eh, creo yo) por un planteo menos
posesivo, donde Mac, en una función semisacrificada, apoyaba (en su medida) a
Sánchez. De esta manera crearía juego desde más atrás y se les daría origen a
las transiciones ofensivas de forma rapidísima (tres-cuatro toques) con
Cuadrado y James, ambos unos misiles.
Pero en defensa, hablando puntualmente de los
centrales, hay que empezar a darle cabida a Cristian Zapata. Si bien Yepes es
un líder, es al que menos vida futbolística le queda. Cada vez se le ve más
lento y es ampliamente superado cuando le cambian la marcha. Hay que tener muy
en cuenta el factor renovador. Es vital.
Arriesgamos tanto como arriesgaron ellos. Eso,
simplemente eso, me ilusiona a dejar en el camino esa tacañería exacerbada con
la que se encaraban esta clase de partidos. Sí, estamos de acuerdo que Neymar
botó penal y Ospina se convirtió en su némesis en otro par de jugadas donde le
ahogó el grito de gol, pero esta Selección claramente destila otro humor.
Valencia es un All
terrain que cualquier equipo quiere tener, por eso una mención especial
para él. Jackson y Falcao se movieron de forma espesa, lo cual no significa que
sean mutuamente excluyentes. Es un modelo de juego que necesita muchas
repeticiones para aceitarlo. Sin embargo, el dueño del Show en el MetLife fue
el hijo de Will Smith: Juan Guillermo Cuadrado. Aplausos, por favor.
Sigue la buena vibra en la Tricolor y se
finaliza un año de manera óptima. No queda sino seguir soñando con la vuelta a
un Mundial, que seguro no será de una forma lineal.