Segunda parte.
Sus manos me acariciaban dulcemente la cintura, mientras sus labios comenzaban a rozar con los míos, ignorando el ruido ensordecedor del vehículo que pasaba por la calle de enfrente. Mi corazón palpitaba con la sensación de salirse del pecho, sus caricias fueron volviéndose más lentas con el tiempo, concentrando toda su atención en ese beso puro, maravilloso y perfecto. El beso que desde hace tanto tiempo ansiaba. Mi mamá estaba afuera de la habitación y eso me mataba de miedo, pero a la vez lo convertía en algo más emocionante aún.
La pasión, el miedo y el amor rodeaban los ojos cerrados y los cuerpos cercanos y yo, me perdía en sus labios, en una inmensidad profunda. Supe desde ese momento como se sentía el ir al espacio. Sólo me preguntaba si él habría sentido lo mismo.
Esa noche dormí plácidamente, hace mucho que no dormía tan profundamente y eso que en la casa se siente mucho frío, pero la verdad yo no sentí nada.
Yo creo que mi hermana siempre lo ha sospechado pero no dice nada, de eso nuca hablamos.
Juan Camilo hace que yo olvide todo, lo malo y lo terrible. El otro día mi mamá me apagó en la cintura un fósforo por estar mirándolo, no lloré, ni me quejé. No pude evitarlo, sólo que en ocasiones es como si me petrificara con algún embrujo que me impide quitar la mirada puesta en sus ojos y sostenerla mientras él me corresponde.
Voy a soportar un poco de esta vida. Una vida que afortunadamente no le tocó a mi hermana, la soporto por las dos.
Voy a soportar un poco de esta vida. Una vida que afortunadamente no le tocó a mi hermana, la soporto por las dos, voy a aguantar lo que sea, cualquier cosa y todo por que confío en Juan Camilo y si prometió que vuelve por mi, sé que lo va a hacer. Me enamoré de un momento a otro y no sé ni cómo, el hecho es que pasó.
No llevaba ni los dos meses aquí cuando a mi me dejaron sola en la casa y él supuestamente se había ido a Tenza, el pueblo de al lado, pero era una mentira. Regresó como a los 10 minutos de la ida del resto, yo escuché que golpearon la puerta y pensé que era que se la habían quedado las llaves a mi hermana, como raro, pero no.
Al abrir, él se me fue encima a darme un beso y yo me asusté al principio, luego cerré la puerta y le correspondí. Todo se fue poniendo diferente, comenzó a tocarme con delicadeza por todo el cuerpo y a mí no me disgustaba, pero me paralicé de temor, ya sabía qué iba a hacer y quería hacerlo, pero el pánico me invadió.
Llegamos al cuarto donde se quedaba él, me fue quitando la ropa y me decía que me relajara, pero yo no podía y eso hizo que me doliera un poco al principio, pero luego ya me gustó. Nunca voy a olvidarlo, fue algo mágico, como parecía un solo cuerpo moviéndose de mil maneras y sentí que él lo disfrutaba como un loco enamorado, sentí que si no podía darle algún regalo material, le había concedido lo más preciado de mi vida. Por eso estaba tan segura de que volvería por mí, por que al igual que yo, sé que él se enamoró y contra eso no hay remedio que valga.