En medio de mi recorrido por la más reciente Feria Internacional del Libro de Bogotá, encontré una iniciativa que me hizo pensar en la época donde las cartas, esquelas y llamadas (solo a teléfono fijo), eran las herramientas para enamorar.
En medio de mi recorrido por la más reciente Feria Internacional del Libro de Bogotá, encontré una iniciativa que me hizo pensar en la época donde las cartas, esquelas y llamadas (solo a teléfono fijo), eran las herramientas para enamorar.