Hace unos días Spotify anunció que entraba al mundo de los audiolibros, por ahora solo en Estados Unidos y con un pago adicional por este servicio, pero es un primer paso para competir con plataformas como Audible o Storytel en un formato que cada vez toma más fuerza y que desde la llegada de la pandemia por COVID-19 aumentó su producción y adaptó sus formatos, pero más allá de las plataformas, el usuario final o las editoriales y sus autores, está un gremio que se prepara constantemente para que su voz logre transmitir aquello que el autor narra en el papel; se trata de los voice-over artists o artistas de la voz.

En Colombia somos 220 artistas de la voz que hacemos parte de la Asociación Colombiana de Locutores, una cifra que va en constante crecimiento. Y este formato, el del audiolibro, es sin lugar a duda, uno de los que más requiere disciplina, constancia y preparación al tratarse de un formato largo. Solo para hacer el ejercicio, toma cualquier libro que tengas a la mano e intenta leer en voz alta sin errores, pausado y ameno para otros, ¿cuánto tiempo puedes durar? ¡Exacto! No fueron las seis horas y treinta y cinco minutos que dura el audiolibro ‘La fosa de agua’, narrado por la Yopa Ponce quien acaba de recibir el premio como ‘Mejor Voz Audiolibro’ en el Festival Iberoamericano de la Voz VivaVoz, celebrado en Cali, Colombia.

Fragmento de muestra: https://www.audible.com/pd/La-fosa-de-agua-The-Water-Trench-Audiobook/B09HR5KSB9

“Hay un antes y después de la pandemia; antes las grabaciones eran presenciales y ahora se están haciendo muchas a distancia. Lo que implica que la gente que está interesada en este mundo del trabajo con la voz, además de estar preparada en la parte interpretativa debe conocer la parte tecnológica” asegura Yopa, al hablar de los cambios que ha tenido el sector en los últimos años.

¿Cómo ves el audiolibro en Latinoamérica?

Es interesante porque hay países que están en boga o haciendo mucha producción de audiolibros como lo son Chile y Colombia. Algo interesante es que se están respetando los acentos, es decir, si un libro lo escribió un colombiano, se está buscando que sea un colombiano el que lo narre y creo que eso le da mucha riqueza y empatía para el escucha.

¿Qué es lo más difícil de grabar este formato?

Es un formato que requiere mucha disciplina y conocimiento de ciertas características de vocales para saber dónde colocar tu voz, no dañarte, no cansarte o arriesgarte con una fatiga vocal. Necesitas conocimientos de interpretación y en el caso de este libro, con el que gané, que es un texto de no ficción, debes mantener la objetividad todo el tiempo, para mí era muy fácil irme al enojo o irme al llanto porque se narran cosas atroces. En ocasiones teníamos que parar y respirar para volver a ese grado de objetividad que la periodista utilizó, porque ella no emitió ningún juicio, narra simplemente los hechos y ese fue el reto en este caso.

¿Cómo es el pago a los artistas de la voz en este formato?

Como en todo, hay empresas que pagan bien y otras que pagan mal. Algunas pagan por hora terminada, esto significa que la hora debe ser entregada editada y sin errores. Entonces, una persona se puede tardar cinco horas en grabar para tener dos terminadas y algunas empresas están pagando la mitad de lo que se deberían.

Hay mucha unión de quienes hacemos audiolibros para que se cobre lo justo y no aceptar presupuestos bajos, porque además es una disciplina que requiere mucha entrega. También es importante el derecho de uso de voz, porque se nos da un único pago, así el audiolibro el libro tenga muchas reproducciones o compras en las diferentes plataformas y creo que hay mucho trabajo para unirnos y seguir construyendo.

¿Cómo aportan los audiolibros al sector editorial?

Para promover la lectura de los libros. Fíjate que hace poco tuvimos en la Asociación Mexicana de Locutores Comerciales: AMELOC, una conferencia sobre audiolibros y yo tenía la duda si con los audiolibros la parte impresa iba a bajar y no es así, una de las personas invitadas de Penguin Random House me confirmó que la impresión de libros no ha bajado con el aumento de audiolibros. Entonces creo que la producción de audiolibros está haciendo una tarea de promoción de lectura y que está facilitando este contacto con los libros a las personas que no pueden leer o a quienes están utilizando su tiempo libre para escuchar. Creo la lectura va de la mano con la escucha.