Recorriendo los sectores más tradicionales de la querida y golpeada Bogotá se ve el crecimiento de un nuevo estilo de prostitución: Johana, Tatiana, Estefanía y Erika pertenecen a Cibernáutica Sexual, Contacto Cero o Bogotagay.com
Bogotá es la principal ciudad de este tipo de turismo extranjero en Colombia: pornografía, incesto, abuso sexual con niños y niñas desplazadas, obligadas por el rebusque o simplemente porque ‘me encanta’ y ‘con ello logro complacer mis gustos’ y un ‘dinero rápido’, aunque sea doloroso.
686 menores en la ciudad han sido objeto de un tipo de delito sexual originado inicialmente en internet, primera fuente de contacto.
Bogotá recibe el mayor número de turistas extranjeros, casi un millón de personas de diferentes partes del mundo. Algunos y por fortuna la mayoría quieren conocer nuestro oro, esmeraldas, montañas, diversidad de flora y fauna, sus costumbres culinarias y sus imponentes y majestuosas regiones, clima y trópico.
Otra, llega por la facilidad de conseguir y consumir cocaína o ‘producto nacional’, sus bajos precios, y lugares complacientes de diversión, con luces de neón, y pagar por niñas y niños menores de edad que encuentran gracias a las mafias de narcotraficantes dedicados a la trata de pequeños que ponen a ‘funcionar’, como ellos llaman, en sectores como Chapinero, el barrio Santa Fe y el centro histórico de La Candelaria, donde el negocio se ha vuelto próspero y creciente.
Hoteles y hostales de fácil acceso y donde discretamente se consume droga y se abusa de todo tipo de actos o de eventos sexuales. Se estima que el 49,3 por ciento de los visitantes extranjeros llegan con esa finalidad. Entre ellos hay ejecutivos de multinacionales e inversionistas. Y todo se realiza a través de redes sociales, para contactar desde el exterior al cliente, previamente.
Muchos asisten a congresos, foros, encuentros, capacitaciones o vienen exclusivamente a tener contactos sexuales, cometer delitos de explotación sexual, a través de conocidos o de las redes.
En Colombia la Policía encargada de niñez, adolescencia y delitos sexuales ha cerrado 13.279 sitios dedicados a la distribución de pornografía infantil, entre el año 2011 y marzo del 2016, y han bloqueado 553 páginas colombianas dedicada a este delito.
En los últimos meses hemos visto con sorpresa el incremento de niñas de nacionalidad venezolana que según ellas, ante la actual situación económica de su país han hecho una red altamente peligrosa y preocupante a través de la frontera de Cúcuta.
Bandas de delincuentes de trata de personas captan a través de la llamada ‘trata externa’ que se ha implementado en nuestro país y funciona capturando a la víctima en el lugar de nacimiento o de origen en Venezuela, de donde la traen a Colombia para someterla a la explotación.
Son de 14, 15, 16 y 17 años que arriban clandestinamente hasta nuestra nación para vender sus cuerpos. Y a enrolarse con expendedores de drogas, armas, mafias, que están dedicadas a este negocio de introducir venezolanas a la capital, Bogotá, al mercado de la prostitución.
Los proxenetas se mueven por las calles de noche y de día cuidando celosamente las zonas o territorios, para evitar la competencia en el mercado, como lo llaman las bandas.
Las calles son su amparo y por lo general las traen y las ubican en residencias, todas en un mismo lugar, donde tienen que responder por las cuotas que les asignan, más un valor de sostenimiento. No les permiten salir o moverse sin permiso y la vigilancia de los proxenetas.
En uno de esos lugares la Policía encontró en noviembre pasado a 20 jóvenes venezolanas que estaban ejerciendo la prostitución, estaban indocumentadas, no se conocía su fecha de ingreso al país y todas señalaron que ingresaron clandestinamente al país.
El hecho se ha vuelto una gran preocupación por el aumento de niñas de nacionalidad venezolana puestas al servicio de la prostitución para ser explotadas. Basta solo con salir a caminar por los bares de Chapinero, del centro y los hostales de la zona histórica para encontrarlas y escuchar sus acentos.
Twitter: @JoseMRamirezR