Y digo a la loca porque todos corrían en distintas direcciones, todos gritaban, todos se lamentaban, pero nadie supo dar una respuesta en ese momento, incluida la propia alcaldía de Los Mártires, que no supo qué hacer y se le salió de las manos el operativo.

A machete, cuchillos y palos habitantes de la calle y vendedores informales sacaban a correr a las autoridades de la alcaldía local de Los Mártires, cuando intentaba organizar un comercio ilegal callejero, sin ningún permiso y sin ninguna autorización, y donde se ha convertido en un foco de inseguridad, prostitución, venta de drogas y reducidero de compra y venta de celulares legales e ilegales.

Donde se compra desde una papeleta de bazuco, pasando por un gramo de cocaína, hasta un arma para ser utilizada por sicarios. Y la constante compra y venta de celulares robados.

Después de una semana del fracasado operativo para desalojar a los vendedores informales del sector, en pleno centro de Bogotá, con la histórica plaza España, que sirvió de marco referencial de los desórdenes del  jueves 25 de marzo, donde se desató una batalla campal que dejó como resultado heridos, robos a comerciantes, transeúntes, quema de vehículos, robo de espejos a automóviles particulares, asalto a almacenes, y donde reinó el caos, el desorden y la asonada, la alcaldía local de Mártires no ha podido restablecer el orden ni recuperar el control de los vendedores ambulantes de la zona.

Por el contrario, la incertidumbre, la inseguridad y el caos siguen apoderados de estas calles, convirtiéndose en un lugar impenetrable, en un lugar vedado para la Policía y las entidades del distrito.

Este emblemático lugar queda en la calle décima con carrera 18, conocido como Plaza España, y tiene como vecinos al intervenido Bronx en el 2016, al sitio conocido como Cinco Huecos, la tradicional calle 13 al norte, así como el batallón de Reclutamiento del Ejército, y a escasas cuatro cuadras la sede de la Policía Metropolitana de Bogotá.

La ineptitud para manejar el operativo del jueves 25 de marzo dejó al descubierto la falta de coordinación entre la alcaldesa de Los Mártires, la Secretaría de Seguridad, la Secretaría de Gobierno y la Policía, que actuaron a ‘la loca’ sin coordinación, demostrando debilidad, falta de accionar conjunto, sin ninguna medida de seguridad, improvisadamente, actuando por separado y poniendo en peligro la vida de los ciudadanos que transitaban por el lugar.

La administración de este operativo dejó en evidencia, más allá de las pérdidas materiales, la incompetencia de la administración distrital en el direccionamiento del operativo y develó una política herrada existente para enfrentar la delincuencia que no anda suelta, sino que, por el contrario, corresponde a una estructura del hampa organizada, y que opera en el centro de la ciudad, muy cerca de la plaza de Bolívar y de la propia Casa de Nariño, residencia del Presidente de la República.

Lo cierto es que a los particulares afectados nadie les ha respondido por las afectaciones económicas, por el robo de mercancías, el daño en sus bienes por el vandalismo, la pérdida de los días de trabajo y la afectación sicológica y la zozobra que hoy los afecta a ellos y a sus clientes.

A los transeúntes que fueron asaltados y robados, y los vehículos particulares que fueron afectados, nadie hasta el momento les ha tenido en cuenta.

Y lo peor del fallido operativo: nadie es culpable, nadie es responsable. No rueda ninguna cabeza. Unos a otros, directa e indirectamente, se culpabilizan. La Secretaría de Seguridad denuncia que el operativo fue un total fracaso por falta de planeación.

Entonces, a quién recurrimos, quién tiene la razón. Esto no fue una percepción, fueron hechos reales, vergonzosos.

Twitter: @JoseLRamirezM