Por la suerte, hasta hoy desconocida, de Seuxis Pausias Hernández Solarte o alias ‘Jesús Santrich’ en el Congreso de la República no se ha escuchado ninguna voz de su bancada. No se han escuchado a los congresistas y exguerrilleros de las Farc, que hoy ocupan curules a nombre de la bancada Los Comunes.
Durante muchas décadas alias ‘Jesús Santrich’ compartió con los actuales ‘honorables’ senadores y representantes a la Cámara del hoy movimiento Comunes que ocupan estos lugares de privilegio en el legislativo.
Son los mismos con los que, durante años de amistad, coincidió ideológicamente, compartió largas tertulias entre la espesa naturaleza, bosques y montañas, planes que pudieran sorprender al enemigo y nuevas estrategias para permanecer en medio de la selva y poderse visualizar con golpes terroristas, asaltos a puestos de policía, a poblaciones civiles y otros negocios.
Ninguno de ellos, antiguos camaradas, ha hecho mención, comunicado o referencia a quien era uno de sus máximos aliados, tanto en las acciones guerrilleras, como en el proceso de paz de La Habana.
Ninguno de estos exguerrilleros y hoy congresistas ha tenido la más mínima expresión o comunicado de la reacción que les haya producido la desaparición de Santrich; ni una sola voz se ha asomado, ni una sola palabra de los congresistas exguerrilleros.
Así pagan a quien bien le sirve, se les paralizó la lengua a los congresistas de las Farc que bien, o saben que no ha muerto y todo corresponde a una estrategia, o les importa un… O el que no sirve que no estorbe o con sus posiciones ideológicas y militaristas ahora sus ‘excompañeros’ lo tildan y señalan de traidor.
En este mar de dudas y de teorías que rodean este misterio ni el Gobierno Nacional, ni los organismos de inteligencia del Estado, ni el gobierno de Maduro (Venezuela), ni los organismos de inteligencia de Estados Unidos confirman ni dan evidencias ciertas.
Es decir, no nos han mostrado ni la pashmina, o ‘Shemagh’ palestino, característica en su vestimenta tanto en el monte como en la vida civil. No aparece. ¿Quién la tiene? ¿Quién sabe hoy de su paradero? ¿Y por qué los congresistas desmovilizados de las Farc son herméticos y guardan silencio?