John Poulos: “desconoció toda condición humana, luego del homicidio trató el cuerpo de Valentina Trespalacios como si fuera una cosa, un objeto inservible; desconoció toda condición humana; su comportamiento raya en lo brutal, en lo enfermizo”. Así lo describió el fiscal del caso.

Por robos menores, por lesiones personales, por demanda de alimentos, por intento de homicidio, por posesión de marihuana y cocaína, por estafa, por porte ilegal de armas, por enriquecimiento ilícito están en la cárcel nacional Modelo de Bogotá personas que han cometido estos delitos.

No se entiende, no tiene ninguna explicación, por qué John Poulos no está en este centro de reclusión donde dice a la entrada claramente en un aviso de dos por dos ‘Aquí no entra el delito sino el hombre’ y es el lugar a donde van los sindicados, los supuestos delincuentes.

Por qué entonces hoy continúa disfrutando en la Penitenciaría La Picota de Bogotá con una celda privada, con baño, inodoro, lavamanos y ducha, todo un privilegio. Toma el sol a diario, camina por el patio sin ninguna restricción y se le dan los alimentos a diario, sin que tenga que hacer ningún tipo de fila ni espera.

Por qué tanto privilegio para el señalado de asesinar a la DJ Valentina Trespalacios de 21 años, que el 22 de enero pasado fue encontrada por un habitante de calle en un contenedor de basuras, después de haber sido asesinada por el estadounidense, que solo vino a Colombia con el objetivo de quitarle la vida. Y así lo hizo. Después de asfixiarla y cometer el feminicidio la metió doblada en una maleta de su propiedad y la arrojó dentro de un basurero en la localidad de Fontibón.

¿Por qué con celda privada para él solo, con aislamiento de otros privados de la libertad, por qué se le otorga seguridad, por qué destinar un guardia en tres turnos para que nadie le hable o socialice con el asesino de Valentina Trespalacios?

¿Por qué se le permite tener sueños cómodos y guardianes permanentes y vigilancia personal?

A diferencia de nuestros nacionales que están en una cárcel como La Modelo, sin privilegios, donde debería estar Poulos, ante su monstruoso crimen por el que le imputaron los delitos de feminicidio agravado en concurso con el ocultamiento, alteración y destrucción de pruebas para desviar o retrasar la investigación. Y continúa como sindicado, razón por la cual su lugar de reclusión debe ser la Cárcel Modelo.

Nuestros criollos tienen que vivir en comunidad, en hacinamiento, un baño compartido para 30 o 40 personas, viviendo diariamente en el suelo, con sábanas o pedazos de tela rasgados que cuelgan de los techos, acompañados constantemente de ratas que permanecen vigilantes y correteando por los pasillos, por entre los pies y las piernas de los privados de la libertad y pagando el privilegio de una colchoneta requeteusada para poder dormir tres o cuatro personas, que tiene un costo entre 300 y 600 mil pesos para poder dormir por turnos y otros con un ojo cerrado y el otro abierto.

Noventa horas de video, todas demuestran, segundo a segundo a este criminal, asesinando y embalando el cuerpo de Valentina Trespalacios, que la dominó, la asfixió y la llevó a la muerte. Y sigue con privilegios, y sin ser condenado.