Prestigioso e influyente, Yamid Amat tiene una amplia carrera en el periodismo colombiano.
Es un ícono, un mito, un inalcanzable periodista. No solo se destaca en su oficio de medio siglo con sus extras y noticias de última hora, con inquebrantable compromiso con el oficio. Es admirado y odiado por muchos que se han sentido maltratados y frustrados en su carrera, muchos con su genio, o mal carácter que señalan algunos… lo que él considera que es para hoy es para ¡ya!, no tiene espera, ni consideración, ni tiene entre sus cuentas el famoso ‘pero… o no pude’. Su paciencia se agota fácilmente.
Hoy enfrenta una grave enfermedad pulmonar que ha afectado parte de su aparato respiratorio, inconveniente que desde hace varios años viene limitando su salud y ha complicado su actividad periodística y su permanencia en el noticiero que dirige. Médicamente se denomina enfermedad pulmonar obstructiva crónica. En contra de su voluntad y muy molesto acude a los especialistas de la Fundación Santa Fe; todas las mañanas, prácticamente, tiene que ir a recibir tratamientos, terapias y ejercicios respiratorios, circunstancia médica que con frecuencia le impide estar con sus televidentes y sus personajes.
Ha convertido la clínica en su oficina de trabajo, da órdenes, mira el trascurrir diario de la vida del país y quisiera volar para estar en el noticiero y hacer y deshacer continuidades del informativo, ordenar, distribuir funciones y estar en todos los lugares donde se produce la noticia. Pero los conceptos médicos no se lo permiten.
Homenajeado muchas veces, ha recibido todos los premios que existen para periodistas en Colombia: el más importante, el más reconocido de su oficio y de su generación. Hoy, los jóvenes comunicadores que salen de las facultades de comunicación social lo conocen muy poco.
Yamid Amat, como dice un amigo, ‘es un monstruo’, lo acompaña el olfato periodístico y su genio que se dispara en cualquier momento: explosivo, irritable y a veces injusto e implacable. Su veracidad y objetividad en la información en los noticieros radiales, televisivos y escritos son su sello. Su pasión, talento por el periodismo lo han acompañado de siempre.
Cambió el rumbo de la radio cuando le dio un vuelco con el programa 6 a. m. 9 a. m. de Caracol, que hasta el día de hoy es el formato que utilizan todos los medios.
José Yamid Amat Ruiz se inició a mediados de los años 60 en una emisora ya desaparecida llamada Monserrate; luego estuvo en TV Sucesos, en RCN como comentarista y en su famosa columna escrita titulada ‘Juan sin miedo’ en el vespertino El Espacio especializado en crónica roja, que lo dio a conocer al país.
El 28 de diciembre de 1990 se retiró de Caracol Radio, donde hizo historia. Luego fundó CM&, columnista de EL TIEMPO, director de Caracol Televisión, fundó Radionet y hoy, cincuenta años después de haber iniciado su carrera, continúa vigente con un espacio en el informativo CM& llamado ‘Pregunta Yamid’, por donde cada noche pasan los dirigentes y las personalidades más importantes del país.
Hincha furibundo del equipo de fútbol ‘Santafecito lindo’, como él lo llama. Una sola, entre muchas anécdotas para reflejar la personalidad de este hombre de las comunicaciones: en el 2018, en un acto de antisemitismo despidió a una presentadora de su noticiero, Kathy Bekerman, a quien le había pedido persignarse antes de dar las noticias y ella se negó por ser judía.
La negativa levantó la ira de Yamid, que terminó despidiéndola en forma arbitraria, pero ante la actuación de la comunidad judía en Colombia, que dio a conocer un comunicado rechazando la actitud del director Yamid, la intervención de la cancillería y una avalancha de críticas de los ciudadanos hicieron que Yamid Amat se retractara.
Ese es Yamid Amat, entre muchos más episodios de su agitada vida. Terco y persistente con sus ideas, no quiere dejar su pasión para la que nació: el periodismo.