Es cierto que cualquier persona que cometa un crimen atroz como es el caso de Rafael Uribe Noguera hacia Yuliana nos despierta nuestros deseos más inhumanos. Deseos de venganza o incluso muerte. Ayer mientras trabajaba veía como la gente estaba amotinada frente al hospital donde estaba el señor Uribe Noguera (cosa con la que estoy de acuerdo) pero también noté que fue necesaria la presencia del Esmad, una tanqueta y varios oficiales de policía para que pudieran sacar a este sujeto al cual yo también repudio. Justo ahí pensé: ¿en dónde queda la humanidad de todas las personas que estaban lanzando piedras, cascos? En fin.
Supongo que más de uno no estará de acuerdo con esto y que querrá ver muerto a este señor o que le ocurra lo mismo que él hizo. Pero la justicia llega y todo el país está indignado con este caso como debería estarlo con todos los que pasan a diario en Colombia, solo quiero dejar un espacio de reflexión. Creo que no tenemos necesidad de igualarnos a los demás por más errores que hayan cometido. No nos convirtamos en lo que criticamos, así eso sea una tendencia en el ser humano.
Pensemos en cómo podemos ayudar a solucionar el problema de la violencia de género, en lugar de estar lanzado piedras a un señor al que ya la justicia le llegará (y a los policías que estaban con él, que nada tienen que ver) pensemos en practicar todo eso que hablamos, en tratar con amor a las mujeres. La violencia de género no sólo es física es psicológica. Volvamos a ser esos hombres que valen la pena. Esos hombres que recuerdan que la mujer tiene un valor único y especial. Volvamos a ser esos hombres de admirar.
Un abrazo.
@1albarracin