Fui criado por una mujer y sus cuatro hermanas. Mi padre, a quien hoy día quiero mucho, se fue cuando se enteró que ella, mi madre, estaba embarazada. Soy el segundo hombre de tres, en una familia que ha estado cimentada por el sudor y esfuerzo de sus mujeres.
Les cuento esto porque en mi vida siempre he considerado a la mujer como el sexo fuerte, capaz de realizar todo lo que se propone. Sin embargo, hay algo que desde hace un tiempo me ha llamado la atención y es la capacidad que tienen ellas para moldear a un ser.
Como se los he dicho anteriormente, fui criado por mujeres. Soy un hombre «nena» como diría Vladdo. La cosa es que ellas mismas, tal vez sin premeditarlo, fueron las que infundieron en mí muchas de las conductas machistas que hoy llevo y que intento corregir. Ojo, no digo esto con la intención de culparlas, no me malinterpreten.
Al contrario, las admiro y lo haré toda mi vida, pero hay algo que hoy me preocupa y es esa sed que veo por buscar la igualdad, sin importar si con ello se agrede a los demás. Y es que muchas veces en esa angustia que siente la mujer por no verse menospreciada o maltratada puede deshumanizar al resto de las personas y por lo que entiendo, ese no es el sentido ni el objetivo de lograr una sociedad igualitaria.
Creo que el feminismo no se hizo para lastimar a nadie, pienso que no se trata de demostrar quien es más fuerte que el otro, de pasar por encima de las personas. Si uno busca en Google: ¿Qué es el feminismo?, aparece «doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres». No sé uno lee eso y lo primero que piensa es: qué podrida esta la sociedad que de una u otra manera obliga a la mujer a pelear por algo que debería ser innato desde que nace.
En fin todo esto para decirles que las admiro, que tenemos mucho que aprender de ustedes y que espero de corazón que ese movimiento que pide «reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres» que de una u otra manera no se tergiverse.
Un abrazo que les llegue al alma.
Andrés Albarracín