Estaba instagramiando cuando me encontré con una publicación de Andrés Parra invitando a sus seguidores a correr la primera media maratón del mar en Cartagena.
Iniciaba el mes de septiembre con un entrenamiento de transiciones de ciclismo a atletismo, la idea es que el cuerpo poco a poco se vaya acostumbrando al impacto de cada disciplina. Fue en una de esas transiciones donde me pregunté ¿ por qué no? Total si la meta es llegar al 70.3 de Cartagena, esta sería una buena experiencia de conocimiento del terreno, el clima etc.
Ya había corrido 10k en la media maratón de Bogotá y había terminado en un tiempo de 1 hora 13 minutos, había tenido errores por montones, no me había hidratado, no me había alimentado, corrí con un short que me puso a sufrir mal! en fin puras primiparadas. Sin embargo sentía que el cuerpo podía responderme y lograr los 21k. Lo primero era hablar con mi entrenador y ver que plan podía funcionar para terminar ese reto y obviamente saber su opinión, si por algún motivo él llegaba a decir que aún yo estaba muy novato para los 21 pues tocaba bajarnos del avión. Pero no, la respuesta fue positiva, así que nos embarcamos en los 21k.
Como les dije antes, veníamos en un entrenamiento de transiciones cosa que suspendimos para enfocarnos solamente en el atletismo. Inicié el entrenamiento en Cúcuta y el plan era terminarlo en Bogotá 15 días antes de la media maratón del mar. Esta vez corregí los errores de la MMB me hidrataba como un relojito cada 20 minutos y para sorpresa mía logré hacer los mismos 10k en 57 minutos. Otro error que corregí fue el de la alimentación, uno normalmente creería que comer algo mientras se hace algún ejercicio va a hacer daño y yo andaba pegado a esa idea. En una llamada Edison me dice, «loco si no te alimentas te vas a joder! Tienes que alimentarte, meterle gasolina al carro», así que desde ese día en el camelback ya no solo iba el hidratante, si no unos sanduchitos con mantequilla de maní. (ojo la vaina es comerse la mitad de la mitad no todo de un solo totaso) BOOM, SORPRESA, los músculos duelen menos, hay menos fatiga muscular, más energía, me sentía Ironman. Con lo que yo no contaba era que en medio del proceso un pie se me abriera. Para entonces había logrado 15k faltaban 6 km, 6 que tuve que dejar para terminarlos en Cartagena. ( hacer esto obvio no es recomendable ya les cuento porque).
15 días quieto sin entrenar, par de veces rutas suaves en bici, como para estirar las piernas y Sopotocientos millones de ganas de cruzar la meta. Faltaba una semana y aunque el pie ya no dolía si tenía cierta molestia. Y la verdad es que nosotros los tercos no entendemos el no.
Llega porfin el día de la carrera, hay emoción, felicidad, pero sobretodo mucha ansiedad, tanta que solo dormí par de horas.
Salida: Son las 5:30 de la mañana acaba de sonar la pistola que nos marca la salida. Arranco con un trote suave, una App me va contando los km y el ritmo al que voy, la recomendación es arrancar de menos a más, en un trote promedio de 7 y 8 minutos por km.
km 1: Me encuentro con Edison de una vez me avisa que voy muy rápido y que si sigo a ese ritmo los últimos kilómetros lo voy a pagar.
Km 5 : El pie no duele, hay animo, tranquilidad la aplicación me dice que voy a un ritmo de 6 minutos 47 segundos, empiezo a trotar un poco más suave, trato de bajarle a la ansiedad para no subirle al ritmo inconscientemente. La vista es impresionante, es la primera vez en mi vida que troto con el mar al lado.
Km 10 : Comienzo a sentir fatiga, el calor lo deshidrata a uno muy rápido, así que dejo de hidratarme cada 20 minutos y me empiezo a hidratar cada 7 o 10 minutos. En este punto solo me queda un cuarto de sanduche de mantequilla de maní.
Km 15 : Aquí empieza el viacrusis para este punto ya he completado un poco más de la mitad, se me ha acabado la alimentación y el sol comienza a salir. El calor empieza a sentirse un poquito más. Hay algo maravilloso y es la gente cartagenera, que sale de sus casas no solo a llenarnos de ánimo, también tienen mangueras con las que nos echan agua para bajarnos la temperatura. En este km nos dan un hidratante, también una botellita de agua bien fría que me eché en la Cabeza ( prácticamente me bañé). En este punto iba cansado pero sentía que aún se podía.
Km 16 : Voy llegando al centro histórico, por la avenida en la que vamos se alcanza a apreciar la meta, hay música, se siente la alegría. Me faltan 5 km para llegar y ver la meta me hizo sentir dos cosas. La primera que la tenía muy cerca y la segunda me llenó de una ansiedad gigante.
Km 17: vamos corriendo, tenemos al lado toda la muralla del centro histórico, a partir de aquí todo es una sorpresa, ya que en el entrenamiento no alcancé a completar los 21. La ansiedad me Empieza a ganar, la cabeza me empieza a decir que pare que no voy a poder, en el km anterior había visto la meta tan cerca y ahora simplemente ya no se veía y me sentía cada vez más lejos.
Km 18 : Aparece una molestia en la rodilla derecha, ya estoy a menos de 100 metros de entrar a la ciudad amurallada. La cabeza me dice que no más y paro de trotar. Comienzo a caminar hasta llegar a la entrada del centro histórico. Me da hambre, me da sed, me da rabia me acuerdo del colo ( es un triatleta argentino que se graba mientras realiza las carreras). En un vídeo que hace durante el primer Ironman70. 3 de Cartagena donde dice que siempre hay que terminar lo que se Empieza. Así que vuelvo a trotar.
Km 19: Estoy dentro de la ciudad amurallada y dentro de ella tenemos que dar al rededor de 3 vueltas, vueltas que me empezaron a volver loco, quería llegar ya. Lloro un rato, siento que no puedo acabar, vuelvo a caminar, unos 5 minutos después un grupo de extranjeros ve mi cara de angustia y tristeza, y comienzan a animarme, (ustedes no saben como el animo resucita) así que volví a trotar.
Km 20 : ¿saben ustedes lo que pasa por la cabeza de alguien que esta a DOS KILÓMETROS de llegar a una meta que está entrenando desde hace meses? En este punto habían otros corredores caminando, ellos ya habían terminado la prueba y nos decían » animo, animo, quedan 600 metros» ¡marica! Que pena con usted lector pero que angustia tan ¡Hijueputa! Las piernas no me daban me dolía todo. Así que volví a parar a caminar, caminé un par de metros hablé con otros corredores que iban al lado mio me hidraté y a trotar otra vez.
Km 21: En este km hay una vaina en el pecho que no se como describirla, es una combinación de paz, tranquilidad, satisfacción, dicha, orgullo, en fin. La meta empieza a aparecer y verla lo pone a uno demasiado emocional, también te recarga de energía, comencé a trotar más rápido, hasta cruzarla, al llegar me pusieron la medalla y lentamente se me fue un suspiro que me recordaba que podía lograr cualquier cosa que me propusiera en la vida. Iba subiendo las escalas hasta la zona de descanso y me encontré con Edison, nos dimos un abrazo, le agradecí con todo mi corazón todos los consejos y el apoyo, nos tomamos una foto (que se las dejó aquí más abajo) y nos despedimos. De ahí en adelante todo fue dicha, satisfacción y alimentación porque luego de una carrera así se corre el riesgo de descompensarse.
Cosas por mejorar, muchas, cosas por agradecer, infinidades. Hoy puedo decir que hacer deporte para mi me ha ido cambiado poco a poco la vida. Duele? Sí, algo. Pero el dolor es momentáneo y la satisfacción es para siempre, como dice el Parra.
Por ahora queda la recuperación, montar bici suave, descansar y ser muy muy muy consiente que cualquier objetivo que nos propongamos se puede lograr con un plan.
Andrés Albarracín.