“Me acosté con más de cuarenta hombres en dos meses. Estaba en mi primer año en la facultad y ganaba cerca de mil libras a la semana. Con mi anterior trabajo por horas no ganaba lo suficiente, en cambio, ahora tengo más tiempo para estudiar y divertirme”
Unos colegas europeos decidieron poner el dedo en la llaga al hablar de prostitución universitaria. La historia que abre este post describe una situación bastante común a quienes sentimos saturación mental gracias al boom mediático de las prepago (caras o pobres). Pero me llamó la atención enterarme que en Europa la problemática es más alarmante de lo que uno alcanza a imaginarse.
Por dar un ejemplo, los amigos de Café Babel citan un estudio realizado en Francia el año pasado. El sindicato estudiantil Sud-Etudiant, encargado de la muestra, estimó un número cercano a 40.000 chicos entre los 19 y los 25 años (en su mayoría mujeres) como parte de este ejército del placer dedicado a satisfacer toda clase de fantasías a cambio de recursos para pagarse una carrera.
Ahora el negocio no exige tantos riesgos. Sencillamente están las chicas virtuales, las webcamsgirls, como el medio más práctico –y en apariencia seguro- para brindar momentos picantes y de paso ganarse unos pesos extra.
Curiosamente por cuenta de internet la difamación llega más lejos ¿Quién no ha visto en los baños de las universidades provocadores mensajes con los supuestos contactos de damiselas todo terreno? ¿O ha recibido correos electrónicos con fotografías de una de ellas, probablemente conocida, promovida de paso como la más put.. de la facultad y colofón aparte la dirección del motel donde se dejó pillar?
En Colombia no existe como tal una estadística o un seguimiento juicioso al fenómeno. Si bien se ha hecho público, lo cierto es que las acciones para brindar otras alternativas siguen siendo escasas. Además, el solo hecho de recurrir a la prostitución como medio para financiarse los estudios deja mucho que desear frente al tema de la cobertura educativa. Las universidades privadas en particular, donde me atrevo a asegurar que es más frecuente el hecho, son las primeras que deben pellizcarse puesto que el imaginario de salir de una institución respetable implica asumir sus elevados costos a cualquier precio.
Para los que me leen ¿aún es sensible el tema de la prostitución universitaria? ¿Qué casos han conocido? Y lo más rompedor ¿Vale la pena?
BOCADILLO: “You love me but you don’t know me” (Tú me amas pero no me conoces) Es parte del coro de la canción Let me go, del grupo estadounidense 3 Doors Down. Su video ilustra de algún modo este post.
Foto: autism mom/Flickr. Tomado de Café Babel.