¿Cuál es esa línea que separa la honestidad de las grandes mentiras? Viene a mi memoria la historia de Frank Warren, el coleccionista de secretos, que se hizo famoso por recibir en su correo personal postales de todo tipo de personas que le confesaban anónimamente sus más reveladoras intimidades.

La fragilidad del ser humano está en lo que callamos. Algunas personas que se entusiasman de más son libros abiertos en toda su extensión. Y están otras, rodeadas de un halo de misterio o de inseguridad, cuyas actitudes suelen despertar sospechas.

No sé si es por la época de paranoia que todavía sobrevive desde la década de los noventa, pero en este post me gustaría plantear la discusión de ‘eso’ que no somos capaces de decir cuando entablamos algún tipo de relación humana. “Mi papá es alcohólico”, “Estuve en la cárcel”, “Soy católica, pero me hice tres abortos en la juventud”, “Me casé y tengo dos hijos, pero me veo con mi secretaria desde hace tres años”, “Mi novia no sabe que de vez en cuando me rumbeo con tipos”.

El grueso calibre es lo de menos. Para lo que uno no está preparado es precisamente el efecto sorpresa. Si es más fácil vivir engañados o hacerse el de la vista gorda, solo queda por pensar en el mínimo riesgo posible: no abrir esa puerta, ni leer ese viejo diario e incluso abstenerse de esculcarle el Messenger (si da papaya para eso). La curiosidad puede ser enemiga de una relación basada en los más recios principios.

Lo que más da piedra es que sea uno al que le vean la cara. O la piedra del otro u otra por esa buena arma que es la conchudez extrema, una saca-apuros ingeniosa cuando somos nosotros los que no nos decidimos a abrir la boca.

Por eso las ‘desinfladas’. Obvio, no estoy diciendo que nos armemos de una obsesiva desconfianza en el trato con los demás. Pero díganme si no es chocante andar con alguien que se esconde detrás de uno cuando parece ver a una persona por ahí, esa llamadera al celular y la levantada tres o cuatro veces con las resabiadas excusas “es mi mamá” o “un asunto de la oficina”. Desde que no sean capaces de sostener la mirada mientras hablan…solo den click derecho y chao.

Para los que me leen ¿cuál ha sido la peor cosa que le han ocultado y de la cual usted se enteró al último? ¿Es fácil perdonar a una persona que esconde algo desde el principio?

BOCADILLO: “Todo el mundo guarda un secreto que podría romperte el corazón” Se lo dijo Warren a la BBC cuando su proyecto entró en furor.