Este blog pronto cumplirá dos años. Y por algún azar del destino se cruza su aniversario con la curiosa ocurrencia de dos eventos simultáneos organizados por la misma entidad distrital, no sé si en un afán de expresar ‘diversidad extrema’ o por aquello de que ‘no cuadraban otras fechas’. Les hablo del hasta hace unos meses inamovible Rock al Parque 15 años y la celebración de la Marcha de la Ciudadanía LGBT 2009, otrora conocida como del Orgullo Gay (dejando por fuera a lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y demás prefijos)

Sea o no cuestión del azar, lo cierto es que aunque parezcan dos temas disímiles por las características de su público, organización y visibilidad, son dos acontecimientos que destacan en la agenda local y nacional precisamente por mantenerse vigentes. Pero, más que su permanencia, es lo comunes que resultan en ciertos matices. RAP se ha posicionado a los trancazos como una de las vitrinas de talento y combinación de géneros musicales, para gusto de unos y disgusto de los puristas, con el consabido remate de puño y pata cual si convocara a decenas de ejércitos para una batalla por defender el honor de su música favorita. La marcha, por su lado, no solo combina géneros o posibilidades: es la expresión de una realidad que no a todo el mundo le agrada reconocer y cuando la tiene frente a sus ojos la encasilla en el estereotipo de un desfile de ‘locas provocadoras’ que logra enardecer hasta al más impasible de los asexuales.

No deja de asombrar entonces que este fin de semana resulte exótico al cruzarse en una misma calle a tres punkeros (dos chicas tomadas de la mano con un tercero haciendo mal cuarto) y, veinte pasos adelante, a cuatro jovencitos afeminados, retocados con gel, camisetas ajustadas y jeans descaderados gritando a voz en cuello ‘somos una comunidad’.

El rock es sexualidad pura, eso es innegable, y la sexualidad tiene algo de la irreverencia del ‘vamos a derretir cerebros’. Las guitarras hacen vibrar pieles y las pieles no distinguen entre un cutis bañado en base facial de una barba mal rasurada. Será un mini homenaje al verano del 69, solo que cada cual por su lado. ¿Será que tendremos un Rock al Parque con absoluta licencia para hacer lo que se nos dé la gana? ¿O que Pornomotora, por dar un ejemplo, cierre en la Plaza de Bolívar un desfile LGBT? ¿O que los dos eventos se den la mano y termine un desfile en el Escenario Plaza el segundo día del Festival? Amanecerá y…

Para los que me leen ¿qué piensa de ambos eventos y de esta coincidencia? ¿Cree en la vigencia de los dos y en los postulados que sostienen su organización en este 2009?  Yo estaré en Rock al Parque, ¿y usted?

juanchopara@gmail.com