La reciente crisis fronteriza ha abierto discusiones un tanto insólitas entre los colombianos de a pie. ¿Ir a qué? ¿Acaso son hiper mega destinos turísticos? Tan solo pensar en el pasado judicial y apostillado da una flojera. O en la cola para la visa venezolana. ¿Será que nos convertimos en víctimas de la xenofobia?

Para empezar tenemos que advertir algo desde nosotros mismos. Por muchas noticias que veamos, familia que tengamos en esos países y viajes que hayamos hecho realmente entre los tres países, realmente ninguno tiene mayor idea de lo que hay en el otro. ¿Acaso ha visto algun especial digno de rescatar que muestre la cultura y características típicas de los países hoy en conflicto? ¿Quién puede ir más allá del Cocossette o la malta del oso polar? ¿O Miss Venezuela y Topacio? Mejor aún: la mitad del mundo está en Ecuador…¿y?

Si bien suele ser má fácil adoptar la postura oficialista y desdeñar los caminos que lleven a Barinas o a Cuenca, lo cierto es que por la integración se ha hecho más bien poco. En vez de descubrir la maravillosa sierra ecuatoriana salen a relucir los madrazos al presidente Correa.

Desde luego, razones no faltan para que los sentimientos nacionalistas se exacerben al otro lado: no somos vistos con buenos ojos y eso es una realidad inobjetable. ¿A quién le agradaría ser estafado por un taxista en la ciudad de Caracas, solo por el hecho de ser colombiano?

Me detuve a pensar en esto cuando ví las caras de satisfacción de aquellos que buscan pescar en río revuelto, ¡Somos mejores! ¡No los necesitamos! Me gustaría saber mejor con respecto a qué. Para los que me leen ¿el conflicto suscitado ha aminorado o confirmado sus ganas de desconocer a nuestros vecinos? A los que tienen familia o amigos en ellos, ¿cómo los ha afectado la tensa situación diplomática?

BOCADILLO: Un colega recomendó esta seria de la BBC, Being Erica. «Si se ha preguntado ¿Qué fue lo que hice mal para haber acabado como acabé? ¿Qué hubiera pasado si me hubiera atrevido a…? ¿Donde estaría ahora?» pregunta Álvaro Cueva. Y son las preguntas de muchos de nosotros. Aunque sea estúpido preguntarselo, porque el tiempo no vuelve hacia atrás, ¿qué cosas del pasado haríamos de otra manera? ¿Qué decisiones tomaríamos en otro sentido? Para pensar…

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