Me gradué hace tres años. Desde luego con la idea de lo que se supone que iba a hacer con el cartón bajo el brazo. Lo que nunca imaginé que sucedería es que iba a descubrir lo que nunca hice cuando pasé por la universidad, y que ello me pondría frente a la comparación de la vida antes y después del grado.

Por lo general, el promedio de gente que se gradúa está entre los 23 y los 28 años, asumiendo así que uno ‘está aún joven y tiene toda una vida por delante’ -típico comentario de tía solterona o soltero entusiasta- ¿Cuál es el hecho ahora? ¿Que inevitablemente procedemos a ejecutar el plan maestro de movilidad humana: buscar empleo-casarse-tener hijos-casa-carro-dolores de cabeza-vejez asegurada? Mientras menos cumplido esté el plan más será objeto de condolencias y lástimas ajenas ante su rezago, aunque se presten oídos sordos a las mismas.

Entonces ¿cómo regresa a uno el recuerdo de la vida universitaria? Ayer experimenté ese deja vú, observando a unos amigos compartiendo una casa de estudiantes. Era domingo. Diez de la noche. Tengo que terminar un informe, llamar a mis padres, a la pareja. Y de repente estaba reunido en una sala improvisada, bebiendo vino al azar (un juego bien divertido llamado triman, donde le debemos el guayabo a un dado que determina quien bebe más que los demás, lo que lo hace por demás costoso), al calor de un sinfín de sonidos que iban desde Calle 13 hasta Skid Row, pasando por Mercedes Sosa (QEPD).

El desafío es claro: ¿Es que nunca hicieron esto alguna vez? ¿Por qué se volvieron aburridos? Yo tengo parciales a las siete de la mañana, ¿y qué?, lo que originó la discusión sobre el antes y el ahora tras pasar por la universidad. De esa discusión extraje algunas perlas, por lo que, para los que me leen les queden preguntas como  ¿han cambiado despúes de su vida universitaria? ¿qué lecciones les dejó su paso por la formación superior? ¿Se volvieron aburridos y predecibles? ¿Osarían romper la rutina?

1. Despúes de la U: el tiempo vale oro. En la U: el tiempo vale huevo.

2. Despúes de la U: hay frutas, cereales, pan integral, yogurt probiótico. En la U: caleta de cerveza, cigarrillos, porro, chocorramos y pony malta.

3. Después de la U: hay excusas para llegar temprano a la casa. En la U: hay excusas para no llegar a la casa.

4. Después de la U: los licores raros y mezclas exóticas sientan mal la gastritis. En la U: ¡nada de nervios, acá se bebe de todo!

5. Despúes de la U: Adulto contemporáneo. En la U: contemporáneo.

6. Despúes de la U: Horarios fijos. En la U: los estrictamente necesarios.

7. Despúes de la U: La pareja, a costa de lo que sea. En la U: lo que sea.

8. Despúes de la U: Hay jefes. En la U: Hay profesores, decanos, rectores y vigilantes.

9. Despúes de la U: Corbate o traje sastre. En la U: moda desastre.

10. Despúes de la U: Cama doble, lavadora, horno microondas. En la U: basta un colchón sencillo o cama de tubos, una mesa y comida de rápido consumo. 

11. Después de la U: Aún no sé para donde voy. En la U: ¿y qué importa si no lo sé?

12. Despúes de la U: Desempleo. En la U: Desempleo.

13. Despúes de la U: Me tiré la vida. En la U: Me tiré la materia de línea.

14. Despúes de la U. con lo justo en el bolsillo. En la U: si acaso con bolsillos.

 

Valga decir que llegué a la casa a las 12: 30 de la madrugada, mareado y recién despierto para terminar el informe. Responsable, al fin y al cabo.

Recomendación: Este blog ha mantenido como objetivo hablar de la realidad desde sus fragmentos cotidianos. No es un blog político, intelectual- justiciero o de promoción de marcas, simplemente abre un espacio a la reflexión antes situaciones a las que no les damos importancia o no nos atrevemos a confesar. Y los aportes de ustedes como lectores son una invitación a la construción de miradas, en donde hasta la grosería es una forma de réplica. Por ello es importante recordarles que el respeto por el otro siga siendo la clave para compartir nuestras opiniones. El acuerdo también es de ustedes, de ese modo agradezco su fidelidad durante más de dos años.

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