Los chismes políticos se hicieron novedad con su particular estilo. El sabor costeño de Claudia Hoyos se despedirá de las pantallas próximamente y queda la pregunta sobre la relevancia de esta clase de información.

Algunos críticos como Ómar Rincón han cuestionado la actuación de las noticias, que nuestras presentadoras y presentadores de noticieros adoptan una pose y dramatizan. No estoy seguro si esta situación se deriva del interés por sacarlos del acartonamiento, pienso más que las curiosas necesidades de información, como la rasquiña del brazo del presidente Santos en medio de un discurso, predomina a veces por encima de la profundidad de una verdadera noticia, y parece que eso divierte a un segmento de televidentes yuppies, pues a un televidente del común poco o nada le importan las conversaciones de funcionarios en medio de un partido de golf o el estornudo de un diplomático americano en un funeral.

Hoyos no solo impuso una tendencia, con el antecedente de Las Cosas Secretas con Viena Ruiz allá a inicios de la década de los 90. También impuso una agenda, algunas veces incómoda, para los protagonistas de los mentideros políticos, aunque considero que la fórmula cedió ante los airados reclamos de los afectados, o bien, al avance de unas insípidas notas de farándula que salvaban la emisión diaria.
 
Tras su desaparición quedamos a merced de La Cosa Política con Vicky Dávila y Código Caracol, ambos de los canales RCN y Caracol respectivamente, con abismales diferencias de estilo respecto del 1,2 y 3.

Así que a la señorita Hoyos le deseo que encuentre nuevas rumbos y más acceso a información clasificada en las actividades que desempeñe.

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Como bocadillo,  varios televidentes se quejaron de los abruptos finales de las telenovelas Hilos de amor y Secretos de Familia. Si bien no se convirtieron en fenómenos, lo más decepcionante de un canal es acabar a tijera proyectos que debieron dar más de sí. Ahora suena con más fuerza el cambio de directivas y ejecutivos al interior del canal Caracol, tras anunciarse la alianza con la productora CMO de la reconocida Clara María Ochoa, quien no la tendrá fácil si  termina enfrentando sus colaboraciones para ambos canales. Una buena dosis de creatividad y evitar el facilismo serán los detonadores de un auténtico repunte, en vez de acostumbrarnos a un pestilente cementerio audivisual.

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