Con el doloroso marco del atentado vivido en la capital el pasado martes 15 de mayo se viene anunciando desde hace días lo que podría ser LA serie del año y, quizás, la reivindicación televisiva a todo el desfile de bodrios que ahora pululan en los canales colombianos.
Se trata nada más y nada menos que «Escobar, el patrón del mal», realizada por el Canal Caracol e inspirada en la acuciosa investigación «La parábola de Pablo» escrita por el hoy inhabilitado exalcalde de Medellín Alonso Salazar. Sin duda (para qué negarlo) esta realización se convierte oficialmente en una referencia para medir las reacciones frente a todo lo que se ha dicho y lo que no del «capo de capos», que salió por la puerta de atrás del Congreso nacional para dedicarse de lleno a un infame negocio, ajustar las cuentas contra quienes lo denunciaron y poner entre la espada y la pared a todo un sistema, cuyos efectos aún se sienten en la historia reciente de Colombia.
De paso es el personaje que faltaba en el panorama de las «narcoseries», el de verdad (no el Capo rcneísta) con el que, esperamos muchos, se cierre un círculo sobre este tipo de producciones.
En este caso sus artífices -la curtida Juana Uribe, vicepresidenta programación del canal Caracol, de la mano de Camilo Cano- enseñan como carta de presentación «el aval» de mostrar desde su óptica de víctimas un retrato fidedigno a todos los conflictos desatados por la presencia del narco en muchos de los estadios de la vida nacional de la época. Es importante destacar la presentación de personajes reales (no como al estilo El Cartel, con nombres alterados) en el caso de Luis Carlos Galán y el director de El Espectador, Guillermo Cano.
De las promos emitidas lo que se ve aún es «correcto» sin que llegue a causar impacto, salvo las comentadas caracterizaciones físicas de Andrés Parra y Germán Quintero. Locaciones fastuosas, grabación en cine, todo se ve bien puestecito pero aún falta algo más. Nicolás Montero luce un Galán con serios problemas de bisoñé, pues es el que menos parecido tiene con su personaje original, y a Ernesto Benjumea lo deberían licenciar pues desde enero este actor se pasea por ambos canales hasta la saciedad, lo que me hace preguntar sobre dónde están los demás actores que pueden dar la talla en un proyecto tan ambicioso como este. La presencia de Angie Cepeda, tras más de una década de no trabajar en Colombia, me la reservo cuando haga la crítica a su interpretación, pero desde luego, tampoco es Virginia Vallejo.
¿Estamos preparados para verla? Un país poco acostumbrado a recordar puede sentirse herido en lo más hondo, precisamente cuando ataques como el mencionado atentado traen a la mente los más horrendos paisajes de miedo y desolación instigados por «El Patrón». La fatal coincidencia despertó cierta animadversión en las redes sociales frente a «Escobar», pero solo contribuye a alimentar más el morbo por saber cuán lejos va a llegar Caracol en esta catarsis, recuperación de la memoria histórica y lucha por el rating.
¿Usted la vería? ¿Qué espera de una producción con nombre propio como Escobar?
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