¿Cuál ha sido la herencia de los realities en nuestro país? El recuento es muy breve: fama efímera, protagonistas de la miseria, agrupaciones musicales pegadas con babas y burdos héroes de pruebas asesoradas por recreacionistas de verano, sin olvidar la selección amañada de participantes so pretexto de una amplia convocatoria en la cual miles de colombianos sirven de bobos útiles para beneplácito de los canales.
No hace falta elegir el mejor o el peor: para mí todos se nivelan por lo bajo pues la novedad que atraía a la audiencia pasó a ridiculizar nuestra estampa en eternas selecciones de personal donde los 15 minutos de gloria se diluían en restregarnos nuestro pésimo inglés, el humor «a lo Sábados Felices», la «mostromanía», gritos desafinados…todo de ello ensalzado por un «noble» deseo de salir de pobres, pagar la operación de una joroba o cualquier patetismo de nuestra colombianidad del Sagrado Rostro.
Si las ficciones de lo que va corrido del año se ven medianamente salvadas (en clave de ironía) por la serie basada en la vida del narcotraficante Pablo Escobar, las apuestas frente a los programas de telerrealidad, sumadas todas, no pagan ni una changua. De un opaco Yo me llamo, en el que evitaron a toda costa repetir con un vallenatero más, y un deslucido Colombia Tiene Talento, con el final más apresurado que haya visto en mi vida, la epidemia por presentarnos formatos en donde «todo lo que pasa es real» promete una época atiborrada de narcolepsia televisiva.
RCN naufraga en un temporal de aguas bajas por increíbles decisiones de programación que, poco a poco, hunden al canal entre los gustos de la audiencia. Y para aumentar el mal estrena una vez más el horroso reality de Protagonistas de Nuestra Tele, en donde el premio es «hacer algo de bulla» bajo el sello de Las Américas.
Para los que estudian actuación o han acumulado algo de trayectoria en el medio, que un programa concurso le diga al país que esas sí son promesas echa por tierra cualquier propósito de formarse en el tema. Los egresados de dicha «escuela» ganaron más por las polémicas en las que se vieron envueltos que por sus logros, salvando uno que otro como Daniel Arenas (quien actualmente es reconocido en Televisa)…del resto puede entrar el diablo y hacer brochetas con todos ellos.
Se han perdido tantos miles de millones de pesos tratando de pulir carbones que mejor les sugiero a los canales buscar alguna familia rica y extravagante para seguirlas todo el día y con eso llenar parrilla ¿No les suena Keep up the Santodomingo’s? ¿O aún mejor, un reality sobre Abelardito de la Espriella, el defensor de putas y santas? ¿Y un día a día del caso Colmenares? Porque más rentable que adornar petardos es editar nuestra realidad.
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Quiero hacer una mención al «cambio» de canal 13, el canal PÚBLICO dizque para los jóvenes en Colombia, cuya audiencia se la debe en absoluto a sus videos musicales y su pobre imitación de la estética MTV. Una apuesta que debería ser refrescante no puede ser tan monótona. Traté de verla un día y no resistí 5 minutos viendo a Simona en un ¿concurso de argumentos? ¡Quién dijo que la TV Pública debe ser jarta! Más estructurado es un canal de televentas. Ahora, si esa es la visión de ser joven en nuestro país, pues con razón muy pronto seremos los más viejos del continente
@juanchoparada
Es bastante triste el conformismo con que la poblacion colombiana consume este tipo de televisión, es cierto que se da una demanda y oferta, pero esa demanda y esa oferta va condicionada por lo que la gente an algun momento del ciclo decide y elige ver, creo que con simplemente cambiar el canal y procurar otro canal que probablemente no es nacional en busca de un programa de calidad no es una solucion y por el contrario la gente debería darse cuenta de que la calidad se mide no solo con el tipo de imagen sino con los contenidos, originales, acordes a una sociedad moderna que quiere ir para adelante cada día, es triste encender el televisor y sintonizar un canal nacional, y encontrarse con programas que reflejan una imagen del comun colombiano como una mala copia de programas y realities americanos, considero importante insentivar el intelecto no solo con documentales o programas educativos, el entretinimiento debería ser algo autoctono y no una burla o un barato esfuerzo por sacar al aire contenidos ridiculos que no despiertan gran expectativa.
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Con todo el respeto, me parece que su posición es deshonesta desde el ámbito intelectual. No se olvide que habla de una Industria cultural, la cual está regida por la oferta y la demanda. Así usted no lo crea, mediocre o aburridora, esa televisión es de calidad. Razón, motivo o circunstancia: Es televisión que se consume. (¿Por qué al día de hoy -con tanto sistema de cable- una buena cantidad de individuos sigue sintonizando canales privados?)
Ahora, si se siente superior a las propuestas que son presentadas (efecto que produce la TV – sentirse inteligente- uno todo lo sabe) y para nada siente que se satisfacen sus gratificaciones, tome el control y pase de canal. Nadie se lo impide. Eso sí, recuerde que todos nos acercamos a esa pantalla con diferentes expectativas y necesidades. ¿Por qué negar las del otro?
Saludos,
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