La fiebre que desata la «red carpet season» de inicio de año tiene varios sentidos: así como el glamour y la moda fascinan a unos, para otros es la confirmación de su poder dentro de una industria, ya sea televisiva o del cine, y para unos cuantos es el placer de descifrar los encantos y sombras de las mejores producciones. Por eso pregunto ¿Qué rayos vimos en los Premios India Catalina el pasado sábado 23 de febrero?
1. Una ceremonia sin identidad Un evento de carácter nacional, en el marco de un festival de cine internacional debería ser el acontecimiento mediático del año, en lo que corresponde a la farándula. Sin embargo vemos una confusa mezcla entre «hacer-esto-porque-toca-hacerlo», la humillante intención de parecernos a las galas gringas o europeas y el acto de producirlo como si se tratara de un reinado de belleza. Miren los Ariel en México o los Martín Fierro en Argentina. A veces adolecen del mismo mal, pero no se ven tan chabacanos ¿Acaso por ser premios para lo mejor de la Televisión merecen un tratamiento de feria de barrio? ¿Con Maluma a bordo? Tampoco son los Teen Choice Awards…
2. La mala leche: Esta edición 2013 salió peor de lo que esperaba RCN. La anunciaron después del noticiero y se emite una hora más tarde de lo anunciado ¡EN DIFERIDO!.. Tómalas. Embarraron el chicle más de lo debido y encontramos una ceremonia emitida con ira, pues ya en las redes sociales todos sabíamos que el canal de las Américas recibió una monumental vapuleada (la primera puede ser ¿no?) Varias categorías las evacuaron en insertos como si acelerar la transmisión evitara la burla más difundida de la noche: RCN le produjo el mejor homenaje a su eterna competencia
3. El jurado. Estos fueron los honorables jurados encargados de tomar «difíciles» decisiones. ¿Alguna duda del resultado visto anoche?
4. Lo justo Reconocimientos a Vicky Hernández o al de toda una vida de Margalida Castro (mis actrices colombianas favoritas de todos los tiempos) son un alivio pero también un aviso: hasta ahora no vemos un relevo digno de estas grandes profesionales. No me hablen de Martina García o Catalina Sandino…esa es harina de otro costal.
5. El momento político de la noche. Que el productor de Operación E entregara el premio a mejor telenovela me pareció tan kitsch como un bofetón a Clara Rojas. Cierto es que el barullo armado por su inminente censura era justificado, pero sangrar la llaga con ese detalle fue el colmo del arrodillamiento. Harvey Keitel: gracias por no prestarte al circo.
6. Lo que viene. Si lo mejor de la televisión es lo premiado anoche se avecina un difuso porvenir en la pantalla. No solo de malas producciones sino de aventuras audiovisuales como lo destacado en el apartado de Mejor Nuevo Formato: Trueque. Y mientras, pensemos cómo diablos Señal Colombia se fortalece como productora de contenidos infantiles y «programas de entretenimiento». Felicitaciones a Santiago Rivas por ganar sin tener que mostrar las piernas.
Por ahora los dejo. Hoy gana Argo #FindelComunicado
@juanchoparada
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